Resolver los 150 Santuarios de Zelda: Tears of the Kingdom es algo que os puede llevar bastante tiempo, sobre todo si sois jugadores del tipo completista y que quieren desbloquearlo todo para tener a Link al 100% de corazones y resistencia, y luego también está el hecho de que se enfatiza mucho el uso de las nuevas habilidades de nuestro héroe en el juego. En esta guía os voy a explicar cómo resolver el que se encuentra en una de las zonas más al norte de los dominios de Gerudo, donde el clima no es ni abrasdor ni helado: el de Sur'aqau.
Santuario de Sur'aqau: Camino amontonado
Este santuario, aunque se encuentre de acuerdo con el mapa en la región de Gerudo, está en una de las pocas zonas en las que no son necesarios los elixires de resistencia al frio o al calor o por las que podemos transitar sin necesidad de equiparnos con alguna de las prendas que nos ofrecen dicha protección.
El santuario de Sur'aqau se encuentra cerca de un lago, rodeado por unas zarzas pero que es posible quemarlas con alguna combinación de flecha con fruto ígneo, o si está lloviendo es posible ascender por la montaña y dejarnos caer planeando en paravela. Ya en su entrada podemos activarlo y proceder a su interior para comenzar con su prueba: el camino amontonado.
Solución y tesoro del santuario de Sur'aqau
Os preguntaréis cómo es que estamos combinando la solución de ambos acertijos de este santuario y no lo separamos como siempre; se debe a que por la posición en la que está el tesoro se hace más recomendable para completarlo que realizar su recorrido normal.
En primer lugar debemos fusionar en vertical dos bloques metálicos con cierto relieve en sus cantos por los que Link puede trepar. Inicialmente parece que sea para poder alcanzar la escalera que nos lleva a la segunda y última sección, pero resulta que al llegar a ella vemos que el tesoro está tras una amplia jaula, y en el suelo hay un piso fino con celosía que nos puede servir de punto de entrada con la infiltración.
Tenemos que volver a la sección de abajo y mover los bloques fusionados debajo de dicha celosía para que, encaramados al conjunto, podamos usar la habilidad Infiltración para salir cerca del cofre y poder abrirlo. Acto seguido, tenemos que volver a usar la habilidad de Infiltración para salir de la jaula y quedarnos sobre ella. Subidos a ella, es posible manipular el gran bloque de metal para usar el viejo truco de moverlo arriba, mantenerlo y bajarlo de nuevo para crearnos una ascensor.
De este modo, luego saltamos sobre él, y activando la habilidad de Retroceso conseguimos ponernos a la altura de la sección en la que se encuentra el altar con el Orbe de Luz. Ya sólo resta cogerlo y habremos completado este simple pero ingenioso santuario.
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