Zelda: Tears of the Kingdom tiene las mejores mecánicas de exploración pero, a diferencia de Baldur's Gate 3, también tiene el peor sistema de recompensas

Zelda: Tears of the Kingdom tiene las mejores mecánicas de exploración pero, a diferencia de Baldur's Gate 3, también tiene el peor sistema de recompensas

Un desafío brutal puede darte como premio una espada oxidada en el juego de Nintendo. ¿Hasta qué punto te afecta como jugador? 

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Zelda: Tears of the Kingdom - Baldur's Gate 3

Parece una contradicción, pero es algo inherente a nuestra especie: el ser humano se caracteriza por su complejidad, pero también puede ser una criatura bastante sencilla. Porque sí, hemos creado un sistema de leyes difícil de entender, estructuras arquitectónicas dignas de admirar, melodías compuestas de decenas de instrumentos y sistemas económicos que rigen el día a día de todos los habitantes de un país. Pero también somos de reclamar recompensas ante cada una de nuestras acciones, tanto en la vida real como en los videojuegos. Supera el nivel para llegar hasta la princesa, mata a un jefe para alcanzar su botín, completa una misión para desbloquear una nueva habilidad… Al menos, esta es la lógica que siguen la gran mayoría de videojuegos desde los inicios del medio. Sin embargo, entregas como Zelda: Tears of the Kingdom o Baldur's Gate 3 demuestran que los desafíos no tienen por qué ir acompañados de premios. De hecho, y a pesar de que la entrega de Nintendo Switch es capaz de darte una espada oxidada después de superar un desafío brutal, ambas experiencias relegan la obtención de objetos especiales a un segundo plano para primar algo mucho más importante: simple y llana diversión

Podríamos hablar de lo entretenido que es usar Ultramano y otras habilidades en la última gran aventura de Link, o de las extravagantes batallas que hemos llevado a cabo en el RPG que ha protagonizado numerosas conversaciones en la red. Ambas opciones abren la puerta a una experiencia compleja que da como resultado la fabricación de una especie de Metal Gear en Hyrule o unas estrategias de combate calculadas al milímetro, pero estos juegos también pueden transmitir la más simple de las diversiones únicamente con la exploración; mecánica vista en muchos juegos, pero pulida al máximo en los trabajos de Nintendo y Larian Studios.

La particularidad principal, sin embargo, es que la retribución recibida en Hyrule tras superar un desafío brutal puede no estar a la altura de nuestras expectativas, tal y como ocurre tras recoger 1.000 semillas Kolog. Y, si bien es cierto que Baldur's Gate 3 premia la perseverancia del usuario con pociones o piezas de equipamiento encantadas, esto no significa que la experiencia de Nintendo Switch se estropee por su sistema de recompensas. De hecho, y como habrás podido comprobar si has jugado a uno de estos dos títulos, aquí vale más la experiencia de haber vivido una aventura que los ítems que te den con cada misión.

Baldur's Gate 3

Una exploración que prima los detalles y la imaginación…

Zelda: Tears of the Kingdom tiene desafíos muy buenos, y esto quita importancia a lo que recibamos como premio.

Aunque se trata de una característica que sólo pueden replicar los estudios más grandes, tanto Zelda: Tears of the Kingdom como Baldur's Gate 3 están tan bien hechos que el usuario es capaz de poner a prueba su imaginación ejecutando las ideas más extravagantes. Construye una máquina letal para acabar con un campamento de bokoblins o apila un montón de cajas para asediar un castillo; sean cuales sean tus locas intenciones, es muy probable que puedas llevarlas a cabo mientras caminas por estos mundos detallados.

Y es algo divertidísimo. Por lo general, todos los desafíos creados por Nintendo y Larian Studios vienen con una "solución obvia" que permite resolver cualquier encrucijada en unos 10 minutos. Sin embargo, tendemos a probar cosas nuevas y alargar este tiempo de juego simplemente porque nos entretiene experimentar un camino alternativo al que ofrecen los desarrolladores. Yo he llegado a invertir media hora de reloj en la fabricación de un dron en Zelda: Tears of the Kingdom que volaba torcido y terminó matándome. Y a pesar de que me fui con las manos vacías (el aparato se destruyó y perdí artilugios Zonnan valiosos), no me arrepiento de nada.

Este escenario se repite bastantes veces en el reino de Hyrule. No son pocas las veces que he recibido un escudo de bajos atributos o unas pocas rupias tras calentarme la cabeza con un puzle complicado o por empeñarme a alcanzar un punto de difícil acceso. Y sí, el RPG de Larian Studios es más amable y otorga armas poderosas que, si no las puedo usar con mis compañeros de viaje, puedo venderlas por un buen puñado de oro. Sin embargo, Zelda: Tears of the Kingdom no ha perdido mi atención ni un segundo, pues los ítems que me entregan al final de una misión, generalmente, apenas tienen importancia a comparación de la experiencia que acabo de vivir entre Santuarios, combates y cuevas llenas de secretos.

Zelda: Tears of the Kingdom

… con recompensas en segundo plano

Aunque una misión termine con la entrega de un objeto inservible para el jugador, vale la pena disfrutar del viaje de principio a fin.

Así que sí, por mucho que me cueste admitir tras muchos años siendo fan de la saga Zelda, el sistema de recompensas en Tears of the Kingdom podría bonificar al jugador con objetos más especiales. Y esto no significa que Baldur's Gate 3 sea perfecto en este sentido, pues el RPG también cuenta con desenlaces que no añaden precisamente muchos ítems de importancia a mi inventario.

Ahora bien, ¿esto es malo? En absoluto. Una de las mejores misiones secundarias de Baldur's Gate 3, de la cual no daré detalles para evitar spoilers innecesarios, puede terminar con el jugador consiguiendo únicamente unas pociones sencillas y objetos que se venden por pocas piezas de oro. Sin embargo, el desarrollo de los personajes que participan en este desafío es tan bueno y original que, aunque todo acabe con un premio más bien escaso para los aventureros, vale la pena disfrutar del viaje de principio a fin.

Lo mismo ocurre en Zelda: Tears of the Kingdom. Si bien es cierto que evito los grandes campamentos de enemigos por lo escaso de su recompensa, la exploración por Hyrule me parece tan buena que intento registrar todos los recovecos del reino en mi mapa. Porque, ¿quién iba a decirme que me encontraría unos pantalones de mi entrega favorita de la franquicia en el rincón más recóndito de una cueva? Y no los uso, pero solo por tenerlos ya soy feliz.

En resumidas cuentas, ambos juegos consiguen estimular al jugador para que explore y pruebe cosas nuevas a sabiendas de que la recompensa puede ser casi inservible. Y, aún así, Zelda: Tears of the Kingdom y Baldur's Gate 3 se han convertido en dos de los lanzamientos más potentes de este 2023, demostrando una vez más que la comunidad también gusta de divertirse sin la necesidad de obtener un premio especial después de cada misión o combate. Al fin y al cabo, esto es lo bonito de los videojuegos: que te enganchen no por la lista de objetos a obtener, sino por las grandes experiencias que puedes forjar por el camino.

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