¿Te imaginas encarnar a Obama o a Zapatero dirigiendo una república bananera? Con Tropico 3 pronto podrás hacerlo. La original y divertida saga de estrategia va a por su tercera entrega con el gran reclamo de poder crear y dirigir directamente a los líderes de nuestro paraíso tropical. Crea a tu comandante y dirige los destinos de tu nación.
La saga Tropico nacía en 2001 con la intención de dar un nuevo telón de fondo a los trillados escenarios de la estrategia, y proponiendo un RTS ligero y de gran calidad ambientado en los calurosos trópicos como su propio nombre hacía indicar. Años después le siguió Tropico 2: Pirate Cove, que quizá se desmarcó en exceso de lo logrado por su brillante original, y por ello no caló demasiado bien entre sus aficionados.
No obstante Kallypso y Haemimont son plenamente conscientes de lo que los fans de las series buscan del videojuego, y pretenden una robusta vuelta a los orígenes con esta, su tercera parte. Te contamos los primeros detalles sobre este sorprendente título que sus creadores llevan en secreto.
Comandante: Mucho Macho
Como los aficionados que hayan seguido la franquicia Tropico ya sabrán, los videojuegos de las series siempre se han basado en una estrategia de corte algo ligero y a menudo simpático, en el que dirigimos los destinos de una población situada en algún tipo de república bananera.
En esta ocasión el juego estará ambientado en la guerra fría y decidiremos los destinos de una isla caribeña. Controlaremos la armada, decidiremos si queremos que nuestro país sea un estado policial, una república, una nación avanzada y fuertemente industrializada… Las opciones están ahí, y en nuestras manos queda el llevar a nuestro pueblo en una dirección o en otra, todo ello dentro de un contexto fuertemente marcado por un intento de fidelizar históricamente nuestro alrededor con sucesos como la Crisis de Cuba entre otros.
En Tropico 3, como en la primera parte, el funcionamiento será muy parecido, volviendo a tener que prestar mucha atención a elementos de habitual actualidad en este tipo de países como las compañías petrolíferas, la policía secreta, la nacionalización de empresas, la redacción de edictos y muchas más.
Sin embargo, y pese a que en esa línea el juego es bastante continuista con lo visto hasta la fecha, el gran hallazgo del lanzamiento es el del control directo y detallado de nuestros líderes. Comenzaremos el videojuego definiendo el aspecto de nuestro máximo mandatario, a no ser que deseemos optar por alguno de los predeterminados, y aquí podremos escoger con todo lujo de detalles su complexión, tipo de vestimenta, sexo, accesorios, peinado y vello facial… Una deliciosa herramienta con la que tan pronto podemos homenajear a algunas de las figuras más relevantes de la historia como sencillamente crear un personaje ficticio con el aspecto que deseemos.
Una vez hecho esto podremos manejar a nuestro avatar de forma directa e incluso desplazándolo como deseemos por la isla que gobernamos. Para ello podremos hacerlo a pie o a bordo de su obscenamente abigarrada limusina. ¿Para qué querríamos hacerlo? Moviéndonos con él a determinados lugares podremos ayudar a acelerar la velocidad de construcción de edificios, dar discursos interminables desde nuestro balcón presidencial para arengar a las masas o tranquilizarlas, tener reuniones de carácter diplomático con emisarios extranjeros…
Sin embargo, y a pesar de que la principal premisa del juego continúa siendo la de diseñar, construir y gestionar nuestra isla, incluso podremos combatir con nuestro comandante a pie de trinchera. Seremos mucho más eficaces que los soldados, arma en mano, y si nuestra salud comienza a dar síntomas de resentirse podremos refugiarnos en nuestra mansión para recuperarnos.
Tropico 3 parece seguir con exquisito mimo las líneas marcadas por la primera parte, pero expandiéndolas y explorándolas con cuidadoso cariño. Se trata de un videojuego colorista y dotado de una gran personalidad, y uno de los lanzamientos de estrategia más sorprendentes e imprevisibles para la recta final del presente año 2009.