El mal ha vencido. Se acabó. Los héroes son cosa del pasado. ¿O tal vez no? Los creadores de Pillars of Eternity y Fallout: New Vegas vuelven a la carga con otra prometedora aventura de rol que ya hemos tenido oportunidad de jugar, y estas son nuestras impresiones. ¿Todavía no conocías Tyranny? El videojuego de Obsidian tiene papeletas para ser uno de los grandes del año.
Raras son las ocasiones en las que un videojuego nos pone a las órdenes del malo de turno; y mucho más que este sea quien domine el mundo. Tyranny lo hace. No de forma infantil o simplista, sino al estilo Obsidian, es decir, con muchos grises de por medio; con difíciles decisiones morales que bordearán la frontera entre el bien y el mal hasta hacernos cuestionar nuestros propios actos. Por eso, en ese afán de libertad absoluta por el que siempre ha abogado el equipo responsable de Pillars of Eternity y Fallout: New Vegas, en esta nueva aventura de rol tendremos el poder, la misión, de cambiarlo todo; de traer de vuelta la luz al reino o, por qué no, usurpar el trono, convertirnos en los nuevos señores oscuros, y reinar con mano de hierro masacrando a quien se oponga.
Cada decisión que tomemos, por pequeña que parezca a simple vista, marcará el curso de los acontecimientos en este videojuego que, sí, en líneas generales se ve y se juega de forma muy similar a Pillars of Eternity, pero a la vez también desprende sensaciones distintas. No solo a nivel de ambientación, más oscura, cruenta, con cadáveres por doquier y regiones enteras asoladas por el caos de la guerra; también su acción parece más directa, más visceral en la forma en la que te enfrenta a hordas de enemigos sedientos de sangre sin perder por ello ni un ápice del valor estratégico que se exige a una aventura de estas características.
El brazo ejecutor de Kyros
Bajo las órdenes del temible señor oscuro Kyros, en Tyranny nuestra principal tarea es hacer cumplir la ley de nuestro soberano ¡sea como sea! Lo que implica el uso de la fuerza bruta, si creemos que es lo adecuado, o tal vez la diplomacia si consideramos que esto puede reportarnos beneficios en el futuro. La libertad de acción promete ser altísima y las consecuencias, una auténtica locura, pues podremos incluso avivar las llamas de la revolución para hacer frente a nuestro lord y así arrebatarle el mando.
La presencia de varias facciones, algunas afines, otras no tanto, ayudará a construir un oscuro relato de fantasía que sentiremos como propio, pues serán al final nuestros actos los que determinen cómo progresa la historia. Lo comprobamos en el pasado E3 de Los Angeles, disfrutando de una breve pero intensa demostración jugable que nos llevó a asaltar un bastión rebelde. Cumplida la tarea, insistimos, sea como sea, ante nosotros se abrieron varias opciones tan distintas entre sí, que solo de imaginar las consecuencias nos emocionados. Por desgracia no se nos permitió descubrir el alcance de nuestras decisiones, aunque Obsidian nos repitió una y otra vez que debemos esperar grandes cosas al respecto. Nada nos hace dudar de ello. Menos cuando Tyranny transmite tan buenas sensaciones.
Su narrativa sigue la línea de Pillars of Eternity, aunque con un tono algo más realista y oscuro
Su narrativa, por ejemplo, sigue la línea de Pillars of Eternity aunque con un tono algo más realista y, como decíamos, también más oscuro. Se dará mucha importancia a lo que digamos y, por supuesto, al cómo lo decimos, pues los atributos y rasgos personales del protagonista influirán en los diálogos. Podemos mostrarnos amenazantes, ser diplomáticos, pasar a las manos o recurrir a nuestros conocimientos sobre el mundo y sus habitantes para extraer información adicional. Nada nuevo, como veis.
La cosa cambia cuando hablamos de los combates. La base es la misma que la del anterior trabajo del estudio, esto es, batallas en tiempo real con la opción de la pausa táctica, necesaria para asignar con calma órdenes a los integrantes del equipo, y un montón de habilidades a las que recurrir. Aquí encontramos muchas de las mejoras que Pillars of Eternity integró con su expansión The White March, especialmente ligadas a la inteligencia artificial de los aliados, que responderán con gran eficiencia a las vicisitudes del combate sin necesidad de andar gestionando paso a paso todos y cada uno de sus movimientos. Se agradece. Más vista la intensidad de estas batallas.
Tyranny también introduce los novedosos movimientos combinados, con los que podremos unir la fuerza de dos personajes para ejecutar golpes más devastadores, y cambia la forma en la que potenciamos sus habilidades de combate, que en este caso no estarán ligadas a una clase de personaje en concreto, los arquetipos como tal desaparecen, sino más bien a su propia destreza. Podrán aprender cualquier habilidad, la que sea, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos basados en su destreza, agilidad, etc. De esta forma, nos comentaron en Obsidian, el jugador tendrá libertad total para crear su propio equipo de aventureros sin las limitaciones típicas del género.
Gracias a ello nuestro sanador, por ejemplo, podría recurrir a conjuros dañinos, o ser curandero y a la vez tanque. El equipo de desarrollo promete una amplia variedad de opciones y, además, nos aseguraron que el propio videojuego aconsejará a los aficionados para que estos, elijan lo que elijan, siempre lideren a un grupo equilibrado, que pueda responder a todas las necesidades del combate. La idea, cuanto menos, es bastante prometedora; pero no podía esperarse otra cosa de un estudio como Obsidian, auténticos maestros del rol occidental.
Las buenas palabras no acaban aquí. Aunque se ha apostado por el mismo motor gráfico que Pillars of Eternity, el acabado visual en general ha mejorado lo suyo. Los escenarios son más detallados, también más grises y en cierto modo sucios, como deprimentes; y lo mismo se podría decirse del modelado de personajes. ¿Las batallas? Un caos multicolor que luce francamente bien. Lo suficiente como para que en la redacción de 3DJuegos contemos las horas que quedan para disfrutar de Tyranny, una aventura de rol prometedora, con muchas posibilidades y una premisa argumental, cuanto menos, poco habitual en el mundo del videojuego. Su lanzamiento está fijado para finales de 2016, pero de momento no se ha concretado cuándo.