Ni siquiera tiene edad para jugar a Valorant, pero ya está entre los mejores del mundo: Su castigo es no poder compartir sus grandes jugadas por culpa de Twitch o Twitter

Phoenix Bebé Valorant
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Aunque resulta casi imposible de creer, un niño de once años está entre los mejores jugadores del mundo en Valorant. Lucas, jovencísimo talento brasileño, ganó fama entre la comunidad cuando consiguió alcanzar el rango más alto del videojuego (Radiante) mientras emitía la hazaña en Twitch. Inmediatamente corrió a abrazar a su padre. Él o su madre siempre están presentes mientras está jugando o haciendo ‘streaming’. Sin embargo, el momento viral protagonizado por el crío también dio lugar a un baneo en la plataforma. Sanción a la que recientemente se ha unido Twitter, que ha borrado la cuenta de este particular creador de contenido.

Un dilema en la comunidad de Valorant, pero también para Twitch y Twitter

Lo cierto es que ambas sanciones están justificadas si nos atenemos a las normas de las plataformas. Twitch tiene totalmente prohibido que menores de 13 años lleven a cabo ‘streamings’ y exige autorización paterna (aunque no siempre se cumple) a los menores de 18 años para hacerlo. En este caso, pese a que madre y padre están de acuerdo con que su hijo pueda emitir en directo, al no tener la edad mínima han sido sancionados. Algo similar sucede en Twitter, que exige también esta edad mínima y permiso paterno para los menores.

Muchos miembros de la comunidad de Valorant se han volcado con la historia de Lucas y, aunque todos están de acuerdo en que incumplió las normas al emitir en directo con solo 11 años, señalan que es un caso excepcional. A fin de cuentas, sus padres están siempre al lado supervisando al niño y él parece disfrutar genuinamente de compartir ese momento tanto con su familia como con posibles espectadores. Sin embargo, está claro que estas normas existen para algo. No siempre que un niño aparece en cámara las intenciones de sus familiares son las mejores. En YouTube, por ejemplo, ha habido polémica con familias o niños creando contenido.

En cierto modo, lo injusto es que el niño ha caído víctima de su propio éxito. Su caso no es único en ninguna de las plataformas en las que está presente, pero rara vez se les presta tanta atención. Sin embargo, al conseguir un logro de tal envergadura la comunidad internacional de Valorant se volcó con la historia haciéndola viral y llamando la atención de los moderadores. Lo último que sabemos es que la familia ha asumido la culpa y está buscando, de la mano de Twitch, alguna fórmula que permita a Lucas seguir haciendo streamings.

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