Sólo ha pasado un año desde el lanzamiento del primer Warriors Orochi y de nuevo Koei nos presenta la misma fórmula de juego: un beat´em up masivo ambientado en diferentes dinastías chinas y en el imperio samurai japonés.
Warriors Orochi presenta la unión de dos juegos, tanto el Samurai Warriors enfocado hacía los guerreros japoneses, como el Dynasty Warriors, lo mismo pero con los distintos reinos del Imperio Chino. En aquel primer juego el experimento salió medianamente bien, aportando una serie de novedades dentro de una fórmula ya de por sí anclada desde hace años. Ahora, un año después, y con esta segunda entrega en nuestras manos, podemos adelantar que apenas se han incluido cambios respecto al primer título.
Todo sigue igual pero en un tiempo diferente, así se podría resumir la esencia de este Warriors Orochi 2. El argumento sigue las mismas premisas, y por lo tanto las fuerzas demoníacas vuelven a incordiar a la humanidad siendo la única solución la unión de dos culturas contrapuestas para lidiar con dicho conflicto.
Más de lo mismo
Cuando vemos las posibilidades que nos ofrece esta segunda entrega no atisbamos novedad significativa en sí, lo que tras una conclusión sustentada en bases podemos afirmar que estamos más ante una actualización de la primera entrega que ante un juego nuevo que aporte algún cambio sustancial a la saga o al género. Warriors Orochi 2 es básicamente el mismo primer juego pero con una historia diferente y con algunos personajes más para manejar.
El desarrollo de las batallas es simple, y por lo tanto la experiencia suele acabar siendo monótona. Nos situaremos en un campo de batalla, amplio, aunque poco detallado, donde lidiaremos con cientos de enemigos que representan distintos mandos comandados a su vez por varios oficiales. Estos mandos están asentados en campamentos que debemos ocupar en nuestro avance, y así hasta completar la misión principal de la fase, que suele ser habitualmente la eliminación de un alto cargo específico.
La propuesta, realmente interesante, cae lamentablemente en una jugabilidad mal ajustada y en un concepto de juego repetitivo y aburrido. No hay mayor profundidad en el juego que el simple avance y ataque frente a todo lo que se mueva, sin ningún toque táctico ni ninguna variante que pueda darse en los más de 30 minutos que suele durar cada fase. Además, lo que más daño hace al juego es su escasa IA con la que cuentan los enemigos, que sólo se dirigirán a nosotros esperando su eliminación ya que apenas se moverán para atacarnos. Pero lo más preocupante de la IA que abraza al juego es la incompetencia de nuestros propios aliados, que además de ir a lo loco y sin seguirnos en ningún momento, dejarán nuestro campamento solo y ni siquiera se molestarán en ayudarnos cuando estemos en apuros.
El descalabro en la IA al menos puede verse ligeramente compensado en que los distintos oficiales enemigos sí que se molestarán en atacarnos y en seguirnos, pero igualmente irán a lo loco descuidando a su bando. Todo ello provoca que el juego sea un enfrentamiento del jugador no sólo contra los enemigos sino también contra sus propios aliados, que deberemos defenderlos ya que en alguna de las condiciones de batalla nos harán fracasar si cae eliminado alguno de ellos.
Personajes, modos y opciones a rebosar
Lo que no se le puede achacar negativo en el trabajo de los chicos de Koei es en el magnífico e ingente plantel con el que contará el juego. Nada menos que 92 personajes jugables con sus características diferentes cada uno en batalla, muchos de ellos pertenecientes a distintas dinastías y reinados, lo que conllevará también cierta diferencia en la historia. Como era habitual en la primera entrega podremos formar un equipo propio de 3 personajes, que los podremos ir turnando en plena batalla según nuestras necesidades. Cada personaje estará equilibrado en aspectos como velocidad, técnica o fuerza, y conviene elegir bien este trío para conseguir buenos resultados en las batallas.
Además el elenco de opciones a editar que tendremos dan un toque RPG al título, con lo que podremos crear nuevas armas, unirlas, modificarlas, desarrollarlas e incluso subir los parámetros de los distintos personajes para potenciarlos. El juego invita a pasar fase tras fase porque gracias a ello iremos desbloqueando tanto músicas, como fondos de pantalla, videos y también los propios escenarios y personajes que podremos usar en otros modos de juego. Cada uno de nuestros personajes cuenta con tres ataques en batalla: el normal, el ataque carga y la técnica Musou. Además en esta segunda entrega se ha incluido la novedad del ataque triple, donde los tres personajes de nuestro equipo se unirán para crear un devastador movimiento que saque por los aires a todos los enemigos que nos rodeen.
Tampoco podemos atribuir al juego la falta de modos. Desde el “modo historia”, que además está dividido en varios caminos paralelos según el grupo o la dinastía que escojamos, y que será el eje por el cual se sustenten los demás, ya que como dijimos nos desbloquearán personajes y escenarios para usar en otros modos. El modo historia podrá ser jugado también en cooperativo con otro compañero dividiéndose la pantalla. Otro de estos modos será el “modo libre”, donde simplemente disputaremos combates en escenarios ya jugados y con personajes ya desbloqueados, sin ninguna presión. Destacar igualmente el “modo versus” para jugar con otro amigo, con submodos tales como “Tower”, “steeplechase”, “tag team” o el “eliminación”. Luego habrá otros modos como el “Dream Mode” y el “Survival Mode”, pero que no variarán excesivamente de los anteriores.
Técnicamente el juego luce muy similar a la su anterior versión de Playstation 2 de hace más de un año, contando con una serie de fallos gráficos como una continua ralentización cuando hay numerosos enemigos en pantalla, y unos escenarios poco detallados, repetitivos y algo sosos. Por lo demás las voces están en un aceptable inglés pero no especialmente bien interpretadas, con una música que se repite hasta la saciedad y unos sonidos que simplemente están. Eso sí, muy buen plantel de luchadores con sus propias características cada uno.
Warriors Orochi 2 no ha sabido aprender del tiempo y nos ofrece la misma experiencia ya vista en su primera entrega. Además sigue teniendo los mismos errores jugables de su antecesor y no se han incluido novedades sustanciales. Peca de estar mal implementado jugablemente, aunque al menos cuenta con bastantes modos de juego y un elenco de personajes amplio. Recomendable únicamente para los amantes de los hack-and-slash masivos.
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