Llevábamos meses esperando el estreno de Gachiakuta y por fin está aquí. Esta semana se ha estrenado el segundo capítulo donde podemos ver cómo Rudo se enfrenta a las bestias del Abismo; un nuevo tipo de ser hecho de basura. Con monstruos de tales dimensiones, es imposible no pensar en Ataque a los Titanes, donde los insignificantes humanos se enfrentan a los titanes, pero esta vez es diferente. Y es que Gachiakuta decide vender muy rápido una gran idea.
Atención spoilers: este artículo contiene, de forma superficial, spoilers sobre algunos hechos de la trama posterior.
Las bestias polutas, un detalle contextual
Desde que se estrenó Ataque a los Titanes en 2013, el concepto del ser humano como una raza sometida a una superior ha sido constantemente explorado. Solo Leveling es una de las obras que se suman a esa idea durante el primer capítulo, sobre todo a nivel estético, o Deca-Dence, que directamente se apropia de la idea. La última serie en sumarse ha sido Gachiakuta, quien no ha dudado en añadir sus propias bestias gigantes.
Así, tal y como vemos en el segundo capítulo, las bestias polutas son el nuevo enemigo a derrotar; un monstruo hecho de basura que no puede ser eliminado por cualquier arma. Sin embargo, y si me permitís el adelanto, no van a tener demasiado protagonismo.
Aquellos que venimos de leer el manga sabemos que pronto las bestias polutas con sustituidas por tramas entre personajes y enemigos muy humanos. Estos seres quedan relegados a las zonas de alta contaminación y, de vez en cuando, hacen una aparición.
Teniendo en cuenta que uno de los principales atractivos de Gachiakuta es el mundo que rodea al Abismo, suprimir estos seres tan pronto se antoja algo llamativo. Rudo podría haber aprendido a hacer uso de sus poderes contra estas bestias y derrotarlos ser el núcleo que une a los primeros personajes que aparecen. Sin embargo, Kei Urana opta por entrar directamente en la trama.
Si nos fijamos en Ataque a los Titanes, la caza de los titanes dura varias temporadas hasta que estos son sustituidos por los verdaderos enemigos (los humanos) y las tramas políticas. El ritmo de Gachiakuta se antoja algo más vertiginoso y, aún así, sigue teniendo muchas papeletas para abrirse paso entre los más grandes animes actuales.
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