Uno de los mejores shonen de la historia cumple 26 años y, tras su éxito, se encuentra una promesa oculta

Parece mentira que el tiempo transcurra tan rápido, pero así es. Su paso es todavía más difícil de asimilar cuando obras como Naruto siguen en plena forma y sacando músculo. La obra de Masashi Kishimoto acaba de cumplir 26 años. Casi tres décadas han pasado desde que el pequeño Naruto Uzumaki comenzara su formación como ninja, aprobara la escuela a la tercera y formara parte del Equipo 7. A día de hoy, Naruto es una de las obras más populares en todo el mundo y sigue cosechando éxitos: los datos de Netflix demuestran que es la franquicia más vista de anime dentro de la plataforma. Pero no todo fue gloria desde el primer momento y sus comienzos fueron una lección de humildad para un joven Masashi Kishimoto que, con 25 años por aquel entonces, soñaba con ser artista. 

Los inicios de Naruto no fueron fáciles 

Corría la década de los noventa cuando Masashi Kishimoto era tan solo un estudiante de universidad que soñaba con ser mangaka. Algunos de sus trabajos le habían valido reconocimientos y premios, pero el autor estaba pasando por un periodo de estancamiento en su vida. "Estaba en mi cuarto año de carrera, me faltaba poco para licenciarme, pero con el manga, en cambio, no avanzaba ni para atrás. He dicho que las personas necesitan fuerza para cambiar, pero cuando yo gané el premio, intenté cambiar sin conseguirlo. Pensaba que por haber recibido un simple premio ya no tenía por qué esforzarme en cambiar", compartía con sus fans durante uno de los tomos de Naruto. 

Kishimoto consiguió salir de ese periodo gracias a la ayuda de su padre. Tomó la decisión de no trabajar al terminar la facultad, con la consecuente culpa que eso conllevaba. El ahínco de su propio progenitor por verlo triunfar fue lo que hizo que el mangaka decidiera esforzarse por completo. "Mientras me contaba un montón de propuestas no demasiado interesantes , me juré a mí mismo que un día sería autor profesional de manga y mis padres ya no tendrían que preocuparse más por el dinero". 

Fuente: Nippon.com

Pasarían dos años desde que Kishimoto terminara los estudios y comenzara a cosechar frutos. Durante ese tiempo, se esforzó por mejorar su dibujo y sus técnicas hasta que un día se le ocurrió Naruto. "Mientras tanto, apenas dibujé manga, pero hubo una historia autoconclusiva llamada 'Naruto' que dibujé poco después de empezar con mi estudio intensivo y que parece que gustó mucho a los lectores de la Akamaru Jump (una revista menor)".

Naruto iba a ser un mago

Esta primera versión de Naruto no era como la conocemos hoy en día. Se trataba de una versión diferente en la que los ninjas eran sustituidos por magos. La idea llegó incluso a publicarse en el año 1997. Dos años más tarde, Kishimoto recuperaría el concepto para dar lugar a una nueva historia. "El personaje de Naruto me gustó tanto que acabé por utilizarlo en esta historia larga. ¡Aunque tener que dibujar las gafas cada vez era una lata! Por eso me inventé lo de las cintas de los ninjas". 

Fue el 21 de septiembre de 1999 cuando el primer capítulo del Naruto que conocemos hoy en día vio la luz. Se publicó en la aclamada Shonen Jump bajo la editorial Shueisha. Tal fue su éxito que, en el año 2002, el ninja dio el salto a la pequeña pantalla en una adaptación anime de la mano de Studio Pierrot. 

Sacar adelante el proyecto fue todo un reto para Kishimoto. El autor ha confesado en más de una ocasión el estricto horario con escasas horas de sueño que llevaba durante los años más exigentes de la obra. También ha admitido que sus planes muchas veces han sido modificados o que descuidó a algunos personajes. Uno de los arcos más populares de Naruto, el de los exámenes Chunin, fue producto de la presión de los editores de la Shonen Jump. 

Con el paso de los años, la propia vida personal del autor fue influyendo en la obra, que ya había crecido con el nacimiento de Naruto Shippuden. "Durante mi carrera como mangaka, me casé, tuve hijos y fui padre. Esto influyó directamente en la historia de Naruto. A través de estas experiencias, me di cuenta de las cosas que son importantes en este mundo. Ser padre me dio una perspectiva diferente, que no tenía cuando estaba soltero", confesaba durante una entrevista en 2012. 

Un camino lleno de curvas 

Para el año 2007, momento en que se estrenó Shippuden en anime, Kishimoto ya competía contra los grandes del momentos como One Piece o Bleach. Quiso diferenciarse de la obra de Eiichiro Oda con un tono mucho más oscuro que el de la banda de los piratas y, desde ese momento, la mirada del público estuvo atenta a todo lo que sucedía en la ficción, criticando muchos elementos, como el eterno relleno, o cuestionando algunas de las decisiones del autor. 

Uno de los momentos más duros vino con la publicación del arco de Pain. Para muchos el verdadero final de Naruto, para Kishimoto un auténtico quebradero de cabeza. "La lógica de Pain puede interpretarse como justa, pero al mismo tiempo también la de Naruto. Dado que ambos personajes podían verse como correctos, realmente me angustió manejar el resultado correctamente. Ese fue un período realmente difícil para mí". 

Pero Naruto continuó hasta el año 2014, momento en el que se dio por terminada la historia del ninja, más o menos. Kishimoto quiso hacer un Dragon Ball y continuar con la siguiente generación de ninjas en Boruto. Pasó el relevo a  Ukyō Kodachi, quien se encargó de escribir los trece primeros tomos de la secuela. A partir de ese momento, el autor original volvería a la creación para llevar a cabo Boruto: Two Blue Vortex (el Shippuden de Boruto). 

El futuro de Naruto no es Boruto

Aunque ha hecho una remontada de la mano de Kishimoto, Boruto tiene un papel mucho más discreto que su antecesor. Los fans siguen pidiendo más de la obra de Naruto, incluyendo un remake, por lo que el futuro de la franquicia no es exactamente su secuela. 

El juego para móviles, Naruto Mobile, ha dejado de manifiesto que la obra original necesita un remake. Studio Pierrot estaba llevando a cabo cuatro nuevos capítulos que, en teoría, ya están terminados, pero que todavía no tienen fecha de estreno. Se supone que, de una hora de duración cada uno, adaptarán la primera parte de la obra, cuando Naruto es niño. 

Menos noticias tenemos todavía de ese supuesto live-action que fue anunciado en febrero de 2024 y que permitiría a Naruto dar el salto a la gran pantalla en carne y hueso. Por su parte, Kishimoto, habiendo alcanzado la fama mundial, se dedica a continuar con la obra que le dio la fama y haciendo algunos trabajos más relajados, como una colaboración con Cómo Entrenar a tu Dragón. 

26 años más tarde, el autor ha cumplido su promesa: convertirse en un mangaka de éxito mundial para que sus padres no tuvieran que volver a preocuparse. Un suceso que va de la mano de su propia obra: Naruto también cumplió su sueño de ser Hokage y hoy lo celebramos. 

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