Todo comenzó en Indonesia. Un grupo de jóvenes abanderaban sus protestas contra el gobierno con el símbolo de los Mugiwara como seña de identidad. La imagen dio la vuelta al mundo por lo inesperado, llamativo y (aunque sea un tema serio) casi lo gracioso de la situación. ¿A quién se le ocurría coger un anime para reforzar sus quejas? Este suceso fue solo el principio y, apenas un mes más tarde, la población de Nepal ha repetido sus pasos y ha puesto a One Piece en la mira de todo el mundo. Ya ha dejado una imagen para la historia, pero yo lo único en lo que puedo pensar es en la magnitud que ha adquirido un manga que comenzó como una historia de sueños y libertad. ¿Qué pensará Eiichiro Oda?
One Piece adquiere dimensión real
One Piece se estrenó en 1999 para contar la historia de un joven pirata que soñaba con convertirse en el rey de todos ellos. En contra del Gobierno Mundial, Monkey D. Luffy se convertía en una figura de revolución, independencia y resistencia. Décadas más tarde, la obra de Eiichiro Oda ha conseguido instaurarse en una generación entera de jóvenes que esperan que los Mugiwara triunfen por encima del poder impuesto, pero lo que su autor nunca se imaginaría es que la propia obra trascendiera las barreras de la ficción y formara parte de diferentes revoluciones.
Nepal está cabreada. Las imposiciones sobre la limitación de uso de redes sociales como Facebook, Instagram o YouTube ha provocado que La Generación Z salga a las calles y provoque la dimisión del Primer Ministro K. P. Sharma Oli. 19 personas perdieron la vida durante los disturbios que terminaron con el Parlamento en llamas y una bandera de One Piece colgada en la puerta. Katmandú tiene toque de queda, el ejército se encuentra en las calles y también los carteles de "Wanted" (los de la serie) con las recompensas de algunos políticos
Las fotografías ya han dado la vuelta al mundo y han ocupado titulares al respecto. El que parece no pronunciarse es Eiichiro Oda. No puedo evitar pensar en que al mangaka esta situación debe de venirle grande. Pese a su propuesta revolucionaria, el autor nunca ha expresado ideas políticas llamativas ni ha manifestado un espíritu revolucionario. One Piece no nació como una herramienta, sino como una forma de entretenimiento.
Este suceso tiene más relevancia de la que pueda parecer, ya que por un lado es la prueba perfecta de que One Piece ha calado a fondo en la sociedad y, sobre todo, en las generaciones jóvenes. Por otro lado, podría considerarse como una fuente de inspiración para defender ideales, pero también podría caer en el riesgo de politizarse. Por supuesto, no es la primera vez que la ficción llega hasta la realidad y obras como V de Vendetta o La Casa de Papel también han servido como fuente de inspiración en los momentos de lucha social.
Desde la distancia, hay quienes pueden pensar que esto es gracioso, como si los Mugiwara hubieran cobrado vida y se manifestaran a través de la población de un país. One Piece también es una historia de amistad y de unión entre las personas, de minorías que se juntan para hacer frente a las amenazas, pero deja de ser tan divertido cuando hay gente que ha fallecido durante las revueltas. Ahí es dónde me pregunto cómo el mangaka estará viviendo esta situación.
Fuente imagen de portada: usuario @J_Alezzandro en X.
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