"En videoconsolas te encuentras problemas intentando exprimir las capacidades del hardware pero una vez lanzado el juego sabes que funciona 100%"
El estudio croata Croteam, creadores de Serious Sam, se ha sincerado con el medio Destructoid sobre el eterno debate de la diferencia entre desarrollar videojuegos para PC y consolas, siendo diplomáticos en sus palabras.
Roman Ribaric, responsable del estudio, así lo ha explicado: “En lo concerniente al desarrollo, es fácil trabajar para PC, es un hecho. Pero una vez que el juego es lanzado, comienza la pesadilla. Estás intentando hacer funcionar el juego desesperadamente bajo todo tipo de configuraciones de PC. Eso cuesta mucho dinero y tiempo de trabajo”.
Roman añade que una vez que el juego es lanzado, las editoras se desentienden y se concentran económicamente en otros proyectos por lanzar, con lo que el dinero no llega para seguir apoyando a aquellos juegos que ya están acabados.
Además habla de las críticas por parte de los usuarios cuando consideran que muchos estudios abandonan sus juegos de ordenador tras el lanzamiento sin corregir ciertas configuraciones: “no es que no quieran apoyarlos, es más bien que no tienen dinero para mantener su apoyo”, añade Ribaric.
“Por otra parte en videoconsolas, te encuentras más problemas intentando exprimir las capacidades del hardware. Pero una vez que el juego ha sido aprobado y lanzado, has acabado tu trabajo y puedes seguir adelante sabiendo que el juego funciona al 100%”.
Dejando de lado este debate, Ribaric afirma que gracias al auge de la distribución digital, los estudios se beneficiarán enormemente: “El mercado de PC con la distribución digital directa funciona muy bien para las desarrolladoras. XBLA y PSN funcionan igualmente bien, ya que podemos optar por ir directamente a Microsoft/Sony/Nintendo”.
“Ellos también están reabriendo ese mercado arcade y permitiendo un precio más barato en los juegos, lo que también es bueno para todos. Los precios son un factor importante”.
Como ejemplo habla de su país, Croacia, donde un juego en formato físico suele alcanzar los 110 dólares mientras que uno en formato digital ronda los 20-30 dólares.