Cuatro detalles que el organizador del Summer Game Fest debería tener en cuenta en el futuro.
Geoff, tenemos un problema. Te juro que intento defenderte y valorarte solo por el bien que hacen tus proyectos a la industria, pero hay veces que me superas. Pero confío en tu versión física del Summer Game Fest y creo que entiendes mejor la industria del videojuego (o al menos, cómo se realiza una feria de videojuegos) que la ESA, que solo parece comprometida a descuidar los deseos de, quién lo diría, sus socios. Que te pongan como el malo de la película a ti y olviden los incontables intereses de la ESA no es del todo justo, pero entonces haces una de tus movidas y entiendo el pensamiento general: eres un villano perfecto. Haces cosas que a la masa gusta detestar y deberías cambiarlas por el futuro del proyecto. Yo cuento cuatro cositas, pero no descarto que sean muchas más.
Primero, habría que repensar las conferencias, porque lo de ayer fue un sinsentido. Es así y lo comentaba en Twitter: llevamos desde que comenzó la pandemia criticando el 90% de los eventos que se han celebrado porque se empeñan en alargar hasta el absurdo la pura nada. La filtración de The Last of Us Part 1 fue la guinda del pastel: acabar la retransmisión con un Neil Druckmann con una cara tan larga como la duración de un The Game Awards fue completamente descorazonador. ¿No se podría reprogramar? El efecto de dirigirse a una audiencia que ya había visto el tráiler antes de empezar el evento fue una auténtica tragedia para el presunto espectáculo que se presuponía que esperábamos ayer. No me malinterpretéis: la producción de un show como el de ayer no es sencillo y seguramente se vieron acorralados por las circunstancias… pero qué desastre.
El gran perdedor de los acontecimientos es el usuario
Segundo, lo de las películas y los videojuegos. Que entienda el forzar hasta el absurdo la relación entre las estrellas de Hollywood y los juegos no quiere decir que comparta el enfoque y que la audiencia lo entienda. Permitidme ser claro: Geoff, macho, a las estrellas de Hollywood se la pela los videojuegos. Que no sean capaces de perder algo más de tiempo del que pierden haciendo un Cameo cutre debería darte la pista. Lo de The Rock de ayer no estaba ni para emitirlo. Es inaceptable que actores y actrices repartan premios de videojuegos, porque la situación contraria es del todo impensable. La madurez de nuestro sector le hace no depender de nadie desde hace mucho tiempo, por lo que no hacen falta famosos; sería bueno comenzar a granjear nuestras propias estrellas de la industria para no depender de entes ajenos que no están interesados en lo nuestro.
Tercero, la exposición de Geoff. Es indiscutible: le gusta mucho chupar cámara y micro. Requiere protagonismo como oxígeno y necesita estar en el centro de todo. Ayudaría a los jugadores desembarazarse de algunas actitudes que no han sido nada elegantes en los últimos tiempos con sus supuestos rivales. Esperar a una mala noticia ajena para dar una buena noticia tuya, como hizo en su día cuando se confirmó la cancelación del E3, no es el sumun de la deportividad y la elegancia y crea antipatías; acabar un evento dedicado a los videojuegos recordando que va a ser uno de los protagonistas de la nueva película de la cerdita Peggy y la rana Gustavo tampoco es de recibo. A ver, es para estar contento, pero no viene a cuento, Geoff.
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Cuarto, pensar en una feria usuariocéntrica pero sin olvidar a la industria. Geoff tiene que plantear su estrategia no desde el enfrentamiento contra el E3; debe hacerlo desde el planteamiento que el hipotético Summer Game Fest es lo correcto para el usuario y la industria. Y lo tiene fácil si es capaz de traer de vuelta a los esquiroles y crear algo que, para los usuarios, se parezca más a la experiencia de la Gamescom, feria con la que también tiene buenísima relación. La ESA solo piensa en sí misma y, aunque parezca que nuestro protagonista también hace lo propio, una apuesta por la comunidad le puede ayudar a ganar una batalla que hoy muchos creen invencible.
¿Sabéis qué parecía imposible también? Que la industria pudiese tener su propia feria de videojuegos en Estados Unidos en 1995. Y se logró porque la industria remó. Las cartas han cambiado y las normas también, pero el gran perdedor de los acontecimientos es el usuario. Me da igual quien sea el capitán que nos lleve a la feria que todos merecemos el año que viene, pero me gustaría que el que lo hiciese tuviese el favor del público para no ver una actitud tan ceniza como la vivida durante el día de ayer en la previa del Summer Game Fest. Necesitamos creer, Geoff, y gran parte del trabajo para creer en tu proyecto debes hacerlo cambiando tú.