Los periféricos y portátiles importados no están adaptados al ruso, y eso entorpece el trabajo en el país.
Rusia sigue sufriendo las consecuencias de las sanciones económicas impuestas a nivel internacional por el eje occidental hasta en lo más anecdótico, como la incipiente escasez de teclados en cirílico a la que se están enfrentando los trabajadores/as y usuarios de PC del país (como informa Kommersant). Desde que se impusieron estas medidas, el gobierno de Putin puso en marcha un plan de importaciones paralelas, pero esta solución no es más que un parche, y los portátiles y periféricos que llegan no están preparados para escribir en ruso. Para entender cómo puede Rusia escabullirse de las sanciones de manera legal, parémonos a estudiar un momento el concepto de las importaciones paralelas.
A efectos prácticos, es un sistema por el que aunque un producto no se pueda vender en un país B mediante importaciones directas desde el país A, si en un país C sí que se vende, el país B puede hacerse con ello. Es decir, que Rusia puede no poder importar productos de Apple directamente de EEUU, pero sí comprar en China, Turquía o Serbia, por ejemplo. ¿El problema? Los teclados que le llegan de esos países no tienen la distribución en cirílico
Aprender a mecanografiar es un asunto de práctica y costumbre, como aprender a tocar un instrumento con todas sus teclas y formas, así que puedes imaginar el desajuste que supone que te pongan a trabajar con un teclado que no es al que estás acostumbrado y que, directamente, está en otro alfabeto. Es el paso entre escribir sin mirar, volando por los interruptores, y ver convertidos nuestros dedos en patos mareados que sobrevuelan el teclado antes de caer torpemente.
Esta situación está provocando que trabajadores de toda Rusia las estén pasando canutas para ejercer sus profesiones, especialmente en los ámbitos gubernamentales, dado que los funcionarios o empleados vinculados deben escribir en teclados con la distribución adecuada. No obstante, de los dos millones de teclados que la federación ha importado en la primera mitad de 2022, ninguno cumple con este requisito y acaban siendo inservibles tal cual llegan.
Lo interesante es que este panorama está abriendo el mercado de la personalización de las teclas, dado que mientras que teclados en turco o árabe no muestran el alfabeto cirílico, su distribución es compatible con la rusa, así que con solo modificar las teclas, ya lo tienen. De hecho, esto, lejos de conformar una solución minoritaria, es lo que recomienda el mismo Ministerio de industria y comercio ruso.
Imagen | Eugenia Shustikova