Si conoces una forma mejor de asegurarte de que nadie puede acceder a tus datos, dínoslo.
Para asegurarse de que los datos y secretitos de un cliente estarían a salvo durante el proceso de devolución de su SSD, el servicio técnico de Samsung le recomendó que destruyera su unidad de almacenamiento antes de enviarla. El protagonista —íbamos a decir "afectado" pero según se vea es más bien "agraciado"— se lo ha contado a Igor's Lab.
Al parecer, el dueño de la SSD presentó una solicitud de asistencia o reclamación porque su unidad estaba empezando a funcionar mal, mostrando signos de que le quedaba poco de vida (para no llevarte estos sustos, aprende a comprobar si tus unidades están bien). En ese toma y daca de correos planteando una devolución y reemplazo hablaron de cómo proteger mejor la unidad y los datos privados del cliente, y acabaron concluyendo, por recomendación de Samsung, que el cliente la destruyera a martillazos o agujereándola con un taladro.
Es evidente que la destrucción completa es la mejor forma de evitar que se pueda acceder a los contenidos de una unidad de almacenamiento, ¡pero vaya sorpresa! Tiene sentido porque hablamos de gestionar la recepción de un producto que puede entrañar problemas de privacidad, pero sobre todo porque es la lógica de una empresa grande que puede permitirse simplemente realizar una devolución sin siquiera tratar de reparar el producto original. Con tal de recibirlo —aunque sea roto—, les vale.
Por otra parte, no deja de ser una excepción y un caso muy específico en el que el usuario pudo demostrar claramente que su SSD no funcionaba bien antes de llevar a cabo la solución definitiva. Bueno, es verdad que existen métodos para extraer información de las celdas que queden intactas, pero ya hablaríamos de una dedicación y un esfuerzo que no tendría sentido a menos que se tratara de códigos nucleares dejados de la mano de Dios. Tú no te preocupes, que hace unos meses ya hablamos de qué precauciones tomar antes de decirle adiós a tus SSD.
Imagen | Samsung Memory