Uno de los males que más azotan a internet es la expansión de los ransomware. Para aquellos que desconozcan este término, el mismo hace alusión a los ataques informáticos que llevan a cabo distintos grupos organizados o hackers en solitario con la intención de estafar, chantajear o robar información con fines delictivos. Y, según ha confirmado un reciente estudio, existe un núcleo regional que concentra la mayoría de esos ataques: los países con menos capital.
Así, como indica el portal Ars Technica en una reciente publicación, los piratas informáticos han puesto su mira en países de África, Asia y América del Sur para poner en práctica una táctica conocida como “campo de entrenamiento”. En resumidas cuentas, esta técnica implica que, para comprobar la efectividad de los ransomware, los hackers atacan a regiones como Nigeria, Colombia o India. Y, una vez obtienen resultados relacionados con la tasa de estafas, pasan a expandir sus ransomware por otras localizaciones.
El auge de este ataque se produjo en 2020
Según señala Ars Technica, en las últimas semanas delegaciones como un banco senegalés, una firma de impuestos en Colombia o una agencia económica gubernamental en Argentina se han enfrentado a prácticas relacionadas con el citado campo de entrenamiento. De hecho, hacen hincapié en que los ciberataques se han duplicado desde la pandemia de COVID-19. Y, de esta forma, el capital de registros robados o comprometidos ha ascendido hasta casi los 27.000 millones de euros desde el año 2020 hasta hoy.
Sea como fuere, esta táctica demuestra que los hackers tienen una especial fijación con los países menos desarrollados. Así, muchas regiones de África sufren este mal, siendo el continente más atacado por delante de Asia y América del Sur. En contraparte, América del Norte y Europa están “a salvo” hasta que un ransomware comienza a ser popular. De esta forma, una vez comienza a engañar a miles de víctimas, los autores deciden expandir su impacto hasta el Viejo Continente y el territorio norteamericano.
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