Steve Jobs, el cofundador de Apple que abandonó la compañía y volvió para salvarla e implantar la filosofía actual de la misma, es una de las figuras más reconocidas y respetadas del sector tecnológico. Aunque falleció hace más de una década, su influencia sigue marcando a figuras como Sam Altman, el CEO de OpenAI que reconoció que la primera vez que vio a Steve Jobs se quedó paralizado. Y, gracias a su legado e importancia, más de 10 años después de su muerte aún siguen surgiendo historias relacionadas con él.
Unas semanas atrás conocimos que su intención de contar con la consola más potente del mercado casi provoca una guerra abierta con Sony. Así, Jobs anunció un emulador oficial para Mac que permitía disfrutar de los títulos de la primera PlayStation; sin embargo, dicha idea quedó en nada después de la intervención de los japoneses, quiénes consideraron que esa opción iba en contra de sus intereses y, a la larga, podía llegar a restarle ventas a una de las consolas más exitosas de la historia.
El día que Steve Jobs hizo vivir al público una experiencia única
Sin embargo, la historia que hoy vamos a contar dista mucho de guerras tecnológicas y frentes abiertos. Como señala el portal francés JeuxVideo, esta está protagonizada por una salida de guion de Jobs, quién consideró que una de las Keynote (eventos de presentación de productos) de Apple era el lugar seguro para desconectar de internet por unos instantes. Y, por ello, tanto él como los asistentes vivieron un momento mágico cuando se vieron obligados a apagar la conectividad WiFi de sus dispositivos.
Como indica la noticia original, Jobs se salió del guion y anunció esta opción con la intención de que el público se centrase en el producto que se iba a presentar. Por aquel entonces, a comienzos de la década de 2010, la conectividad constante era un aspecto muy llamativo para muchos usuarios. Sin embargo, esto también implicaba que algunos podían distraerse más de la cuenta. Por ese motivo, Jobs quiso que todos apagaran la conectividad WiFi de sus dispositivos y, a cambio, les ofreció un instante inigualable: un entorno libre de internet en pleno siglo XXI.
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