Habrá pocos lectores de Marvel que no estén traumatizados por la muerte de Gwen Stacy. No solo destrozó al bueno de Peter Parker, haciendo de Spider-Man el héroe que es hoy, también dejó a millones de fans con la lagrimilla asomando por el filo del ojo. Y a pesar de ello y de las repercusiones del suceso para la historia de sus cómics, no estaba claro dónde sucedió, porque en su momento Marvel cometió un error y confundió dos importantes puentes de Nueva York.
"Swik! Snap!"
Estaa tragedia que sacudió los cimientos del universo de Spider-Man ocurrió en The Amazing Spider-Man Nº 121, publicado en 1973. Gwen Stacy, por entonces novia de Peter Parker, fue lanzada desde un puente por el malvado Duende Verde. En un intento desesperado por salvarla, Spider-Man lanzó una telaraña que se aferró a su pierna, pero el repentino frenazo provocó un latigazo cervical que acabó con su vida. Nunca leer "Snap!" nos había dolido tanto. Esta escena, que se ha grabado en la memoria de los fans de Marvel, cambió para siempre el curso de las historias del trepamuros. Sin embargo, el puente exacto donde ocurrió esta tragedia ha fue objeto de debate durante mucho tiempo.
Una muerte, dos puentes
En el cómic original, el narrador de la historia y Peter Parker se refieren al puente como el George Washington Bridge. No obstante, las ilustraciones del dibujante Gil Kane mostraban claramente el Puente Brooklyn en las viñetas. Esta discrepancia entre el texto y las imágenes sembró la confusión entre los lectores y sumó un encendido debate entre los fans a una historia ya de por sí desgarradora.
En posteriores reimpresiones se ha establecido claramente que la muerte de Gwen Stacy ocurrió en el Puente de Brooklyn
¿Por qué Marvel cometió este error en un momento tan crucial de la historia de Spider-Man? La respuesta podría residir en la naturaleza misma de la producción de cómics en los años 70. En aquella época, los cómics se producían a un ritmo vertiginoso, y la coordinación entre guionistas y artistas no siempre era perfecta. Stan Lee, el guionista original de Spider-Man, y Gerry Conway, el escritor de la fatídica historia, probablemente no anticiparon la minuciosidad con la que los fans escrutarían cada detalle de sus trabajos. También cabe la posibilidad que Kane se tomara cierta libertad creativa pensando que que el puente de Brooklyn era más emblemático, o que simplemente, le gustara más ese puente y le apeteciera dibujarlo.
A lo largo de los años, Marvel ha intentado corregir este error. En posteriores reimpresiones y adaptaciones, como en la serie Ultimate Spider-Man, se ha establecido claramente que la muerte de Gwen Stacy ocurrió en el Puente de Brooklyn. Esta decisión ha ayudado a unificar la continuidad y ha proporcionado a los fans un punto de referencia claro para este evento traumático. Aun así, el daño ya estaba hecho, y la confusión inicial fue un tema de discusión entre los aficionados más acérrimos.
La noche que murió Gwen Stacy
El impacto de la muerte de Gwen Stacy no se limitó a la corrección del error geográfico. Este trágico acontecimiento consolidó la idea de que la vida de Spider-Man está marcada por la tragedia y la pérdida. La muerte de Gwen añadió una nueva capa de complejidad emocional al personaje de Peter Parker, que ya cargaba con la culpa de la muerte de su tío Ben. Este evento también solidificó la rivalidad entre Spider-Man y el duende Verde, convirtiéndola en una de las enemistades más intensas y personales de todo el universo Marvel.
El mayor problema de la muerte de Gwen Stacy no radica solo en el trauma, sino en las numerosas resurrecciones, clonaciones y reapariciones
El impacto de esta historia fue tremendo. Incluso Álex de la Iglesia le dedicó un capítulo en su novela Payasos en la lavadora. Sin embargo en mi opinión, el mayor problema de la muerte de Gwen Stacy no radica solo en el trauma inicial causado a Peter Parker y a los lectores, sino en las numerosas resurrecciones, clonaciones y reapariciones del personaje a lo largo de los años. Marvel, en su intento de mantener viva la llama de la sorpresa y el interés entre sus lectores, ha recurrido a diversas tácticas editoriales que, en lugar de enriquecer la narrativa, han terminado por causar cierto hartazgo entre los aficionados.
Uno de los recientes regresos de Gwen a la continuidad de Spider-Man
Uno de los ejemplos más notables de estos intentos es la saga del clon en los años 90, donde se introduce a un clon de Gwen Stacy, añadiendo más confusión y drama al ya complicado mundo de Spider-Man. Esta historia, aunque emocionante para algunos, fue criticada por otros por su complejidad y por diluir el impacto emocional de la muerte original de Gwen. Además, la aparición de otras versiones de Gwen Stacy, como Spider-Gwen (Spider-Woman) de un universo alternativo, aunque interesante, ha contribuido a la sensación de que la tragedia original tal vez haya sido explotada en exceso. Y os lo dice un gran fan de la Gwen de la Tierra.65.
Estas decisiones editoriales muestran una tendencia en la industria a usar resurrecciones y regresos para revitalizar historias y mantener el interés, pero no siempre tienen éxito
Estas decisiones editoriales reflejan una tendencia en la industria del cómic de utilizar la resurrección y el retorno de personajes como herramientas para revitalizar historias y mantener el interés de los lectores. Pero no siempre aciertan. La ilusión del cambio, cambiar para que nada cambie, que decía Don Carlos Pacheco. A pesar de estas críticas, es innegable que la muerte de Gwen Stacy sigue siendo uno de los momentos más icónicos y definitorios de la historia de Spider-Man y que el impacto emocional de la historia original perdura. ¡Anda que fuimos pocos los fans veteranos que, superando la cuarentena de edad, sorbimos mocos y tragamos saliva viendo Spider-Man: No Way Home!. Y eso que si bien Gwen Stacy fue el primer gran amor y su muerte dejó una cicatriz profunda, todo el mundo sabe que el gran amor de Peter Parker es la Gata Negra, digo, Mary Jane.
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