En 1989, la todavía incipiente relación entre el mundo del cine y los cómics se encontraba en delicado momento. Y es que la noticia de que Michael Keaton interpreta al icónico superhéroe Batman en la película dirigida por Tim Burton no fue especialmente bien recibida en un primer momento. Se trataba de uno de los personajes más queridos por los lectores y uno de los estrenos con presupuesto más abultado de la década. Las dudas y la incredulidad inundaban las conversaciones de los fans, que escribían multitud de fanzines y cartas a los medios abordando el tema sobre si un actor conocido por sus comedias románticas era el idoneo para calzarse la capucha del Caballero Oscuro de Gotham.
Los expertos de la industria se hacían preguntas similares, evidenciando sus dudas sobre si Keaton estaría a la altura encabezando un reparto en el que destacaban ya Kim Basinger y Jack Nicholson. Sin embargo, a medida que se acercaba el estreno, Keaton demostró que las apariencias engañan y que no hay que vender la capa del cruzado enmascarado antes del estreno. Su interpretación en Batman no solo silenció a los escépticos, sino que redefinió la forma en que los superhéroes serían retratados en la gran pantalla. Tampoco el director elegido por Warner, un poco conocido Tim Burton, tranquilizaba a nadie, y con todo, logró uno de los mayores éxitos de taquilla de la historia.
A pesar de las dudas iniciales, Keaton y Burton se embarcaron en una misión para desafiar las ideas preconcebidas de lo que un superhéroe podría llegar a ser en las manos adecuadas. Si Superman nos hizo creer que un hombre podía volar, Batman nos hizo creer que un señor de 1.75m de altura podía ser el oscuro vigilante de Gotham. En lugar de enfocarse únicamente en la imagen física, Keaton se sumergió en la psicología del personaje de Batman, explorando su dualidad y sus motivaciones ocultas. La actuación de Keaton se centró en la introspección y la intensidad emocional, en lugar de depender únicamente de la fuerza física y las acrobacias.
Una interpretación definitoria
Cuando Batman finalmente llegó a los cines en 1989, las dudas se disiparon completamente. La película no solo fue un éxito en taquilla, sino que la actuación de Keaton fue aclamada por críticos y espectadores por igual. Keaton logró transmitir la complejidad interna de Bruce Wayne mientras el enfoque de Burton, entre lo oscuro y lo pop, proporcionó el telón de fondo perfecto para que Keaton hiciera suyo el papel.
La reinvención de Batman no se detuvo en 1989. La secuela de 1992, Batman Vuelve, consolidó aún más la visión de Keaton como el defensor enmascarado de Gotham. Sin embargo, todavía existían algunas dudas respecto a la representación de Batman en la pantalla. Algunos críticos argumentaban que el personaje se veía opacado por los villanos extravagantes y carismáticos. Parte de la culpa la tenía el propio Keaton, que más allá de la calidad de su trabajo, tampoco se vinculó emocionalmente al personaje en ningún momento, llegando a admitir que no ha visto las películas. En el caso de Batman Vuelve llegó a pedir por contrato que se redujera la cantidad de sus diálogos en el guion. Y que le subieran el sueldo.
"Recuerdo haber oído cosas como 'en la primera película, el Joker robó el show'. Y en la segunda película, apenas aparece. 'Sólo están Catwoman y el Pingüino". Siempre he tenido la impresión de que esa gente no entiende la esencia del personaje de Batman, lo que significa" - Tim Burton
Burton respondió a las críticas con determinación, explicando que Batman no busca ser el centro de atención, sino operar en las sombras para proteger la ciudad, como leíamos recientemente la revista JeuxVideo. Más de tres décadas después de su debut como Batman, Michael Keaton sorprendió al mundo al regresar al papel en The Flash, una película que explora el concepto de realidades alternativas y que recupera a su Batman como una versión madura del personaje en un testimonio del impacto duradero que tuvo su interpretación y la influencia que ejerció en el género de superhéroes en el cine.
La influencia de Michael Keaton como Batman trasciende el tiempo: su enfoque en la profundidad del personaje sentó un precedente para futuras interpretaciones de superhéroes en el cine, no solo de Batman. Hoy en día, los actores que asumen papeles de este tipo se ven desafiados a explorar la psicología y las motivaciones de sus personajes más allá de la capa y la máscara. Keaton demostró que un enfoque introspectivo puede llevar a una representación más rica y auténtica en la pantalla.
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