Dedicarle a Echo una serie es una tarea complicada. Pero yo, con la misma ilusión con la que sigo pegado a las páginas de los cómics (aunque muchas de las cabeceras editadas actualmente me produzcan cierta dentera) sigo fielmente cada estreno de Marvel Studios. Y lo hago pensando que voy a recuperar esa emoción trepidante que tenía hace algunos años. Sé que hay motivos suficientes para confiar en su regreso. Solo hace falta la chispa adecuada que vuelva a avivar ese fuego (de artificio) de la mejor Marvel. El caso es que no creo que Echo sea el producto que va a conseguirlo.
La serie sigue la historia de Maya Lopez, también conocida como Echo, interpretada por Alaqua Cox. Echo es una joven criminal sorda que se embarca en un viaje para reconectar con sus raíces nativas americanas mientras equilibra aspiraciones vinculadas a la vida del crimen y al legado brutal de Wilson Fisk, el temido Kingpin, interpretado magistralmente por Vincent D'Onofrio. Hay que reconocer el mérito del estudio por apostar por este personaje. No es uno de esos coloridos héroe de primera fila. Ni de segunda, como pueda serlo para la mayoría de los aficionados el Caballero Luna. Pero Marvel logró introducir a Echo, Maya López, de manera tremendamente inteligente en la serie de Ojo de Halcón, seguramente la serie más infravalorada de cuantas ha estrenado Marvel en disney+. Una serie imprescindible para entender de qué va este nuevo estreno, porque Echo es una historia de venganza (principalmente), y esta tiene sus sangrientos motivos en Ojo de Halcón. Con eso en mente los fans del personaje deben encarar esta serie asumiendo que el personaje se desarrolla en pantalla con bastantes cambios respecto al original de los cómics.
Maya sigue teniendo sus habilidades para aprender y reproducir todos los comportamientos que observa, sí, pero esta particularidad deja paso a una nueva habilidad que viene de la mano de una herencia genética muy especial gracias a sus orígenes como nativa americana. En los tres primeros episodios que hemos podido ver de la serie esta parte de la trama solo comienza a desarrollarse, pero deja entrever algún tipo de perpetuación de habilidades mediante la línea sanguínea. Por ejemplo, si una de las antepasadas de Maya resultaba ser una excelente tiradora durante los días de la conquista del Oeste Americano, Maya parece haber heredado esa misma habilidad. Si se trata de algún tipo de poder mutante o de manipulación genética alienígena, lo que sea, todavía no lo sabemos. ¿Era necesario reforzar tanto a este personaje dándole todo un juego de nuevas habilidades metahumanas? Bueno, a priori no, pero tampoco lo era convertirla en la Fuerza Fénix en los cómics, y lo hicieron. Así que de momento y hasta que desarrollen más esa trama, lo dejaré solo como que resulta más extraño que intrigante.
Dos series en una
El mayor problema de Echo no es ese, ni mucho menos. En mi opinión la apuesta que hace Echo por alejarse de sus orígenes y de ese tipo de aventuras Marvel más urbanas del ecosistema Daredevil es donde la serie pincha. Con ese cambio de escenario se pierde el tono maduro e interesante que tenía el Daredevil de Netflix. Y no confundáis "maduro" con "violento", como parece hacer esta nueva serie. No sé hasta qué punto resulta una estrategia con la que el personaje (y el espectador) sale ganando. Como os decía, Disney+ solo ha proporcionado los tres primeros episodios de la serie para poder realizar la crítica, y la sensación que me genera es que resultan insuficientes e insatisfactorios. Porque me da la sensación de que Echo es dos series en una. De la primera, desarrollada en Nueva York y en la que Maya quiere llenar el vacío dejado por Kingpin en el mundillo criminal, me parece tremendamente interesante. Pero hasta donde he visto apenas se dan unas pinceladas y se deja sobre la mesa la promesa de un posterior desarrollo.
La otra serie es una que casi redefine a Echo como a un nuevo personaje. Maya regresa a su Oklahoma natal en una pirueta argumental que la lleva a reconectar con una raíces familiares cercenadas 20 años antes y que, de propina, llevan al personaje a comenzar a desarrollar esas nuevas habilidades de las que antes os hablaba. El caso es que es en este escenario rural en el que Echo se desdibuja. En un momento tenemos una escena de gracietas con personajes creados por un dios del alivio cómico muy poco inspirado, y de pronto pasamos a una de extrema violencia, de fácil justificación en el contexto, pero de una ejecución torpe que parecen metidas con calzador solo para que el espectador no se aburra. Con todo, le reconozco su buen gusto a la hora de plantear algunas escenas de acción desde el punto de vista de Maya, con unos efectos sonoros tan sorprendentes como efectivos.
El futuro de Echo en el UCM
Como lector creo que echo de menos esa primera versión del personaje en los cómics, en las que el Maya se ve continuamente infravalorada en su inteligencia, en sus habilidades y en su personalidad. La que comenzaba a aparecer en la serie de Ojo de Halcón y que se ha quedado por el camino. Había una doblez interesante en comprobar que, como un eco, Maya en realidad es tan sobresaliente en todo como aquel que la juzga. Y que lo interesante no era tanto qué ven los demás como qué consideraba Maya digno de tomar e imitar. Pero ese es un debate interno e imaginario que mantengo imaginariamente con sus creadores, Joe Quesada y David Mack (autores de una de las mejores etapas de Daredevil en los cómics y que os recomiendo encarecidamente).
ECHO: THE SAGA OF MAYA LOPEZ
Tal vez tres episodios resultan insuficientes para hacerse una idea justa sobre la serie, pero la sensación que dejan es que lo mejor está todavía por llegar. Y no porque se esté preparando un escenario narrativo con especial maestría, sino porque de pasar algo en la serie tiene por fuerza que ser en los siguientes episodios, ya que los primeros solo presenta nuevos personajes y redibujan a Echo de cara a un futuro incierto, tanto en su propia serie como en el cómputo global de UCM. La relación entre Echo y Kingpin (siempre inmenso gracias a D'Onofrio) es un elemento central, cuya exploración del vínculo paternal podría soportar por sí sola todo el peso argumental y complejidad a la trama. Espero con ganas su estreno en Disney+ el día 10 de enero para ver hasta qué punto Echo puede remontar el vuelo y dejar al personaje en un punto interesante que asegure su regreso en el UCM.
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