Un asesino capaz de quitarse la piel de las yemas para no tener huellas dactilares y una música inquietante de fondo. Así es una de las primeras escenas de Seven, que transcurre después de haber conocido previamente a la dupla formada por Brad Pitt y Morgan Freeman. Un escenario que, con tan solo unos minutos, te hace entender que no estás ante una simple película de crímenes, no. Seven es mucho más, supone adentrarse en una mente retorcida y, todo ello, bajo el manto de los siete pecados capitales.
Sin embargo, si hay algo por lo que todo el mundo recuerda esta cinta es por su final, siendo uno de los mejores giros de guion del cine. Un giro que, por cierto, casi no se lleva a cabo si no llega a ser por su protagonista. No voy a entrar en spoilers. El que la ha visto sabe de lo que hablo y el que no, a lo mejor se anima a ver la película ahora que podemos hacerlo a través de HBO Max. Y aprovechando este hecho, es momento de hablar de todas sus virtudes.
Dónde ver Seven en español
Seven es una película dirigida por David Fincher, conocido por otras obras como El club de la lucha o La habitación del pánico. Se estrenó en 1999 para presentarnos un thriller en el que dos policías investigaban unos macabros crímenes relacionados con los 7 pecados capitales.
Así, a lo largo de más de 2 horas comienza una investigación plagada de detalles, momentos impactantes, muchas pistas y, en medio de todo ello, el drama personal de los personajes. Mills, el personaje de Pitt, es un policía recién llegado a Nueva York al que asignan a un agente a punto de retirarse, Somerset. Entre ellos se genera una relación profesional en el que uno funciona de mentor y otro como alumno al encarnar todas las cualidades de la inexperiencia: un carácter fuerte, prepotencia, ironía y una excesiva confianza.
Sin embargo, en Seven nada, absolutamente nada, es al azar. Una vez la has visto por primera vez, si lo vuelves a hacer, te das cuenta de la gran cantidad de elementos que indican de una forma indirecta mucha información importante. El carácter de Mills es expuesto desde el inicio para que, en el último momento, la tensión del final se presente en su máximo esplendor. Lo mismo ocurre con el personaje de Gwyneth Paltrow, encontrando planos muy específicos sobre ella que señalan un foco que va más allá de ser un personaje secundario.
Por otra parte, ya no se trata solo de este lenguaje indirecto, sino también del hecho de que el propio asesino tiene el poder de la acción en todo momento. La sensación de ser un plan completamente orquestado es notable desde el momento en el que encontramos el primer crimen hasta la propia persecución que se genera a mitad de la obra. Además, se adopta la decisión de no mostrar al asesino hasta casi el final para generar todavía más la sensación de que hay una mano moviendo los hilos que no se personifica.
La manera de generar suspense de Seven fue adoptada más adelante por una gran cantidad de obras. Algunas referenciaban directamente a esta película y otras cogían lo que más les gustaba. Un ejemplo de ello podría ser la última cinta de The Batman, cuyo villano guarda ciertas similitudes en su propósito, así cómo la manera en la que está desarrollada la acción. Volviendo a la obra que nos ocupa, esta se toma tiempo en exponer su planteamiento, en dedicar tiempo a la investigación para dar la sensación de complejidad, en generar pinzas de guion para ser sorpresiva e interesante en todo momento. Y todo sea dicho, conforme más ahondamos en la psique del asesino más inquietante resulta todo.
Por todas estas características, Seven fue una de las cintas más aclamadas del momento, recaudando más de 300 millones de dólares y causando un gran éxito entre el público. Como curiosidad, sabed que fue la séptima película más taquillera de su año. Con todo ello, os comentaba al inicio del artículo que su final, su gran desenlace, casi no se lleva a cabo. Eso es así, porque New Line Cinema decidió que no quería que la cinta terminase de la forma tan apoteósica en la que lo hace, siendo Brad Pitt el que dijo que no protagonizaría la cinta si no era así.
Muchos actores rechazaron participar en esta película porque decían que era muy oscura y lo cierto es que no se equivocaban. Todos los crímenes que vemos en la cinta, sin enseñar demasiado, consiguen estremecer al público. Os doy fe de ello, he vuelto a verla ahora que está en HBO Max y lo he pasado realmente mal en según qué escenas. Además, es estremecedor cuando escuchas los diálogos sabiendo lo que está por venir y, por si fuera poco, la última reflexión de John Doe es demoledora.
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