Cuando pensamos en Gotham City, es casi imposible no imaginar al Caballero Oscuro protegiendo las calles de la ciudad. Sin embargo, El Pingüino tal vez sea la producción más atípica de cuentas se han vinculado con Batman recientemente. Y es que esta serie logra convertirse en un drama fascinante y adictivo que no necesita de vigilantes enmascarados para atrapar al espectador en los bajos fondos de la ciudad de Gotham.
El Pingüino comienza inmediatamente después de los eventos de The Batman, no solo en términos de narrativa, sino también en lo estético. La serie mantiene la misma atmósfera opresiva y sombría que caracterizó a la película dirigida por Matt Reeves. La transición entre ambas producciones es fluida, y la serie se sumerge de manera natural en el universo de Gotham. La serie sigue a Oswald Cobblepot, Cobb en la serie, apodado "Pingüino" y a quien ya conocimos en la película, en su ascenso al poder dentro del inframundo criminal de Gotham. La trama se desarrolla como un auténtico drama clásico, empapado de una épica miserable y delictiva. La historia se centra en las miserias humanas de sus protagonistas, presentando un relato oscuro y cautivador que convierte a El Pingüino en una de las mejores aportaciones al género negro de los últimos años.
Un Retrato Inolvidable de Oswald Cobblepot
Colin Farrell hace suyo un personaje de Oswald Cobb un papel icónico que en sus adaptación en pantalla se ha movido entre lo puramente cómico de la serie de los años 60 de Burgess Meredith, al bizarro y grotesco deforme de Danny de Vito en Batman Vuelve, o el interesante Oswald de Robin Lord Taylor, tal vez lo más salvable de la desaprovechadísima serie Gotham. Farrel, parapetado tras un fascinante y transformativo maquillaje explora la vileza de este villano clásico de Batman como no lo habíamos visto nunca, moviéndose entre los homenajes al Vito Corleone de Brando y al Tony Soprano de James Gandolfini. Y no le falta, sorprendentemente, también un guiño a la romantización que Netflix hizo de Escobar en su serie Narcos. Con todos esos referentes Farrel logra crear un personaje con el que es fácil empatizar pero al que nadie con dos dedos de frente daría la espalda.
El brillante trabajo del reparto
El trabajo de Farrell es, sin duda, impresionante, pero no podemos pasar por alto la calidad de las interpretaciones de los actores secundarios. Cristin Milioti, que previamente nos cautivó con su trabajo en Fargo, ofrece una actuación aterradora como Sofia Falcone. Su interpretación de este personaje, magníficamente escrito y mejor interpretado, es un testimonio del talento de Milioti y de la complejidad del papel.
Rhenzy Feliz, como Victor Aguilar, aporta carisma y humanidad a la serie. Su personaje se convierte en el corazón de la trama, ofreciendo una chispa de luz en medio de la oscuridad que rodea a Gotham. Finalmente, Deirdre O'Connell interpreta a Francis Cobb con una intensidad que resulta escalofriante, euna interpretación que pone los pelos de punta y que tiene el problema de llegar un par de años después del estreno de El Joker de Todd Phillips.
Una interesante adaptación a los cómics
El Pingüino no solo se enriquece con la narrativa de The Batman, sino que también integra elementos de los cómics originales de DC, especialmente de El Largo Halloween y Victoria Oscura. Estas historias han sido fundamentales en la construcción del universo de Gotham y su influencia se siente a lo largo de la serie. La serie mantiene la esencia de estos cómics, que presentaron a los lectores una Gotham llena de crimen, corrupción y personajes complejos.
El Largo Halloween y Victoria Oscura siguen las andanzas de la familia Falcone y otros elementos que la serie El Pingüino explora con gran detalle. Además, también toma elementos, ya presententes en el final de The Batman, de la saga Tierra de Nadie, ofrece una visión de Gotham en caos, su corrupción y deshumanización, un contexto social de fondo que también resuena en la serie, mostrando una ciudad sumida en el desorden y la desesperación.
Calidad técnica excepcional
El trabajo de maquillaje en El Pingüino es digno de ser destacado. La transformación de Farrell en el Pingüino es impresionante, y el maquillaje juega un papel crucial en la creación de un personaje que resulta tanto fascinante como repulsivo. Este nivel de detalle es un testimonio del compromiso de la serie con la autenticidad y la inmersión en el mundo de Gotham en un retrato que resulta una caricatura inquietante por su cercanía a lo mundano.
La edición y la fotografía, que beben directamente del trabajo de Matt Reeves y su equipo, como el maestro Greig Fraser, William Hoy y Tyler Nelson, añaden una capa adicional de calidad a la serie. La composición y el color capturan la atmósfera sombría y opresiva de Gotham, mientras que la edición mantiene un ritmo que mantiene al espectador enganchado y ansioso por descubrir qué sucederá a continuación. Y no perdaís de vista (o de oído) a los temazos que componen su banda sonora.
Un drama moderno de inspiración clásica
El Pingüino demuestra que Gotham no necesita a Batman para crear un drama oscuro, adictivo e impactante. Con una trama que explora las profundidades de la corrupción y el crimen, que tiene mucho de obra shakespeariana, y un Colin Farrell que redefine el papel del Pingüino, y un reparto secundario que aporta profundidad y matices a la serie, esta producción se establece como una de las mejores adiciones al universo de Batman en la pantalla. No te pierdas el estreno de El Pingüino en Max el próximo 19 de septiembre de 2024 y sumérgete en los bajos fondos de Gotham City.
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