Raquel Cervantes
Editora - StreamersYa se ha estrenado la segunda parte de la quinta temporada de Stranger Things y, a falta del capítulo final el próximo 31 de diciembre, la recepción no ha sido buena. Así lo refleja el séptimo capítulo, El Puente, con una de las puntuaciones más bajas de toda la serie y el enfado por redes sociales. Todo el mundo está cuestionando algunas de las decisiones tomadas por los hermanos Duffer y que ahora abordaremos, pero menos gente está comentando un aspecto que me parece de verdad preocupante y que, bajo mi juicio, pondría en jaque el desarrollo de toda la serie; algo de lo que además los propios creadores se han hecho eco y han tratado de justificar mediante Juego de Tronos.
Atención spoilers: este artículo contiene spoilers sobre los últimos capítulos de la quinta temporada de Stranger Things.
Stranger Things no es Juego de Tronos
Tras ver la gran mayoría de capítulos de la temporada, hay una cosa clara: los hermanos Duffer han tratado de sorprender y desbancarse de todas las teorías que circulaban por la red para no ser predecibles. Me atrevo a señalar que nadie contaba con que la trama de Ocho se centrara en evitar un nuevo experimento para crear niños con habilidades psíquicas o, más importante, que no muera absolutamente nadie.
Todo apunta a que los creadores de la serie se están guardando esa baza para el último capítulo, pero me parece un error garrafal. Es una crítica personal, por supuesto, pero no entiendo el motivo de plantear tantas escenas con un posible final dramático que no llegan a ningún lado. Incluso si ahora el episodio ocho nos deja una despedida difícil, creo que no tendrá el mismo impacto que el que podrían haber tenido algunas de las escenas de Shock Jock, por ejemplo.
Ya lo pensé cuando los Wheeler se enfrentaron al Demogorgon: ni el padre de Mike (completamente secundario y prescindible) ha perdido la vida. Han preferido dejarlo directamente en coma y lo cierto es que, para que nadie se preocupe luego por él en la escena del hospital, mejor haberlo matado.
Otros personajes como Lucas, Steve, Nancy o Jonathan han tenido también oportunidad de despedirse a lo grande, pero ahí siguen. Y no es que tenga un interés particular en ver una cacería, es que cuesta pensar que todo el mundo se salve con la situación tan complicada que están viviendo.
Los hermanos Duffer han tratado de justificarlo al decir "que Stranger Things no es Juego de Tronos", pero solo hay que retroceder a las temporadas anteriores para saber que la muerte ha sido un recurso tan válido como cualquier otro: Bárbara, Bob, Eddie, todas las víctimas de Vecna, Billy... Sí, siempre han sido secundarios, pero no les ha temblado el pulso a la hora de quitarse gente de en medio hasta que le ha llegado el turno a los principales. En esta temporada, todavía no hemos visto ni muertes menores, más allá de unos soldados.
Pienso que, dada la madurez narrativa que ha adquirido la historia, era más adecuado plantear algunas escenas dramáticas a lo largo de la temporada para que las consecuencias de ello pudieran ser abordadas con profundidad en el resto de personajes en vez de esperar al final.
Por otro lado, hay otro punto desde el que abordar esta problemática: hay demasiados personajes y algunos han sido relegados por completo, como Hopper, Joyce o Erica. Holly tiene más minutos en pantalla durante esta temporada que cualquiera del grupo principal. Esto puede deberse al rumor que indica que los capítulos han sufrido un corte importante en duración; con tijeretazo en muchas tramas que darían más cohesión a momentos que el público no entiende, como la reacción de Once al ver a Max, pero no quita que alguna que otra muerte podría haber puesto solución al problema.
No hay que sacar conclusiones firmes todavía, aunque la audiencia no parece muy contenta. Yo, como poco, me encuentro confundida. Soy consciente de que una temporada tan importante como la final no iba a ser plato de buen gusto para todos. De hecho, no me incluyo en algunas de las críticas que se le están haciendo a los episodios, pero sí dentro de ese sentimiento de sorpresa general.
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