El contraste entre el mundo de los magos y el de los muggles siempre ha sido más que evidente. J.K Rowling se esforzó mucho por crear una sociedad ajena a las costumbres de aquellos que no poseían facultades mágicas, pero a los fans siempre les ha parecido extraño que algunas brechas sean tan grandes como no saber usar el transporte público o saber lo que es un patito de goma. Y sí, seguramente la trama de Harry Potter se podría haber solucionado con una pistola, pero es mejor seguir buceando en la atmósfera del Mundo Mágico y aceptar algunas de las explicaciones que la propia autora da. Por ejemplo, está el tema de los nombres. A excepción de Harry, Fred o George, durante todas las novelas encontramos nombres tan particulares como Xenophilius, Sirius, Draco o Bellatrix y esto no es carente de importancia.
El origen de los nombres de Harry Potter
Algunos nombres de personajes de Harry Potter son inspiración directa de la cultura ajena a la novela. Por ejemplo, el nombre de Sirius proviene de la estrella Sirio o Draco proviene del latín "dragón", así como Malfoy proviene de "mala suerte" en francés. Sin embargo, cuando hablamos del origen de los nombres como tal nos referimos más bien a la tradición de elegir nombres raros, poco vistos. Hay que tener en cuenta que las novelas transcurren durante los años noventa, por lo que podrían haber sido totalmente comunes.
La propia J.K Rowling ha puesto solución a la duda a través de la página oficial de Harry Potter. Mediante una pequeña entrada, ha dejado claro por qué los magos tienen nombres tan característicos. "Algunos magos tienen una tradición familiar de nombres. A la familia Black, por ejemplo, le gusta nombrar a sus hijos con nombres de estrellas y constelaciones (lo que muchos dirían que se ajusta a su noble ambición y orgullo). Otras familias de magos (como los Potter y los Weasley) simplemente eligen sus nombres favoritos para sus hijos y lo dejan así", comienza explicando la autora.
Sin embargo, la elección va mucho más allá. "Cierto sector de la sociedad mágica sigue la antigua práctica mágica de consultar a un Vidente Nombrador, quien (generalmente por un gran pago de oro) predecirá el futuro del niño y sugerirá un apodo apropiado. Esta práctica es cada vez más infrecuente. Muchos padres prefieren dejar que su hijo/a encuentre su propio camino y les desagrada (con razón) recibir indicios prematuros de aptitud, limitaciones o, en el peor de los casos, de catástrofe", aclara.
Por este motivo, tiene sentido que algunos personajes hagan honor a su personalidad, como Severus, Dolores, Newt, Fenrir o Mundungus. Otros como Susan, Cedric, Oliver o Lavender indican un sentido de la moda más adaptado a tiempos modernos, así como la existencia, en algunos casos, de cercanía con el mundo muggle.
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