Uno de los grandes atractivos del cine de terror es que siempre ha encontrado una fascinación especial en adentrarse en los rincones más oscuros de la psique humana. Por eso, cuando supe que Sydney Sweeney, conocida por su papel en la serie Euphoria, estaba protagonizando una nueva película de terror psicológico llamada Immaculate, estaba intrigado, porque esta actriz está actualmente disfrutando de lo más dulce de la fama y me parecía curioso que se embarca en una pequeña producción italoamericana de este tipo. Pero debo admitir que, hasta este momento, la película que más miedo me había dado de Sydney Sweeney había sido Madame Web.
Immaculate es una película que combina elementos del catolicismo y su misticismo con elementos propios del género de terror, añadiendo incluso un toque de ciencia ficción y un guiño al Movimiento Raeliano. Desde los primeros minutos de la película, queda claro que estamos ante un thriller psicológico que no dejará indiferente a nadie, porque Immaculate juega duro con lo explícito de su violencia y su casquería También es justo decir que sii has visto películas como La Semilla del Diablo, o la más reciente La Primera Profecía, sabrás de qué va Immaculate en apenas 10 minutos. La trama se desarrolla de manera predecible, sin ofrecer grandes sorpresas en cuanto a su argumento. Hasta su gran final.
Una monja de cuidado
Lo que realmente hace destacar a Immaculate es la convincente actuación de Sydney Sweeney. En este proyecto, Sweeney no solo se desempeña como actriz principal, sino que también figura como productora, lo que demuestra que esta película es una apuesta personal para ella. Como sufrida protagonista, la Hermana Cecilia, Sweeney cumple con creces, entregando una interpretación que nos sumerge de lleno en la angustia y el terror que experimenta su personaje. También tengo que destacar a Benedetta Porcaroli, que si bien aparece poco en la peli, hace un gran trabajo como contrapunto y compinche del personaje de Sweeney, Cecilia.
También hay que destacar el cuidado trabajo de producción, especialmente con el trabajo realizado en las diferentes localizaciones y escenarios, completamente deprimentes y angustiosos, con un pie entre lo sacro y lo profano, y un elemento clave a la hora de arrastrar al público a esta historia.
Horribles claroscuros
Pero no todo en Immaculate es perfecto. La película tiene sus puntos débiles, especialmente en lo que respecta a la originalidad de su trama y la forma en que se desarrolla. A pesar de contar con una premisa interesante, si la película no logra mantener el suspenso durante todo su metraje es gracias a utilizar todos y cada uno de los trucos y recursos del género, como el golpe de sonido sincronizado con un brusco cambio de plano. Algunos momentos pueden resultar predecibles para los espectadores más experimentados en el género del terror, ya lo mejor se le podría haber pedido a su director Michael Mohan que tratar de darle un toque más personal a la fórmula.
No obstante, el punto culminante de Immaculate llega hacia el final de la película, en sus últimos instantes. Es aquí donde la cinta logra revalorizarse, ofreciendo un desenlace impactante que hace del espectador y la Hermana Cecilia cómplices por unos momentos. Si alguien está buscando una experiencia cinematográfica que lo mantenga en vilo hasta el último momento, Immaculate es una opción interesante que si bien no revoluciona el género del terror, y ofrece una experiencia satisfactoria para los amantes del cine de este tipo. si alguien quiere pasar una hora y media viendo cómo un grupo de monjas le hace todo tipo de perrerías a Sydney Sweeney, que no lo dude: immaculate se estrena en España el próximo 1 de mayo.
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