Se dice que un rayo no cae dos veces en un mismo lugar, pero el camino trazado por Warner Bros. para su universo cinematográfico de DC desde la marcha por una desgracia familiar de Zack Snyder en 2017 está lleno de controversias. Así, hoy se ha publicado un detallado informe en EE.UU. hablando sobre los diferentes escándalos que han sacudido a Aquaman y El reino perdido.
Polémicas totalmente ajenas a las discusiones creativas que acechan este tipo de producciones y que implican a terceras personas. En este sentido, desde Variety se ha dado veracidad y puesto en contexto una serie de notas de la terapeuta de Amber Heard, la Dra. Dawn Hughes, en las que se habla de un trato poco amistoso de Jason Momoa, su compañero de reparto en Aquaman 2. Al parecer, el actor habría llegado a disfrazarse de Johnny Depp en el set de la producción y habría incluso acudido al trabajo en un evidente estando de embriaguez. Un portavoz de DC niega tales acusaciones en declaraciones enviadas al medio: "Jason Momoa se comportó de manera profesional en todo momento en el set".
Otra fuente consultada por Variety que estuvo presente en la producción también rechaza estas afirmaciones, añadiendo que Jason Momoa siempre fue vestido con el "estilo bohemio" que le caracteriza. "Jason trabaja duro, le gusta tomar una cerveza de vez en cuando como a todos, pero no se le vio borracho en el set".
El no despido de Amber Heard por Elon Musk
No obstante, es posible que nada de esto hubiera sucedido si Warner Bros., como así parecía haber tenido decidido, hubiera prescindido de Amber Heard para la secuela de Aquaman. Siempre de acuerdo a las fuentes consultadas por el citado medio estadounidense, James Wan no veía suficiente química entre la actriz y Jason Momoa hasta el punto de plantearse su sustitución. ¿Qué les impidió entonces tomar la decisión? Elon Musk amenazó con "dejar hecho un solar y arrasar" Warner Bros. si se prescindía de la que fue un día su pareja sentimental.
En definitiva, un cúmulo de polémicas que, para mayor inri, están acompañadas de rumores de pases previos con la audiencia bastante desastrosos y que hacen pensar que esta producción de 215 millones de dólares, tal y como pasó con Flash, volverá a ser otro desastre de proporciones gigantescas para Warner Bros. Todo ello, además, con una posproducción que dejó al film sin Batman.
El fin de una era, y el comienzo de otra
Secuela del film de mayor éxito en taquilla de la historia de la franquicia, esta película tiene el dudoso de honor de dar carpetazo a los proyectos rodados bajo el liderazgo y supervisión de la anterior propiedad del estudio de cine. Después de su estreno en Navidad todo lo que llegará tendrá el visto bueno de James Gunn y Peter Safran, si bien este último actúa como productor ejecutivo de la cinta así como otros fracasos recientes de la marca como ¡Shazam! 2 y Blue Beetle.
Eso sí. A pesar de todo, parece que Jason Momoa aún tiene una oportunidad de volver en el DCU que dará comienzo en unos meses con James Gunn al mando. De acuerdo a los contactos de Variety, hay negociaciones abiertas entre el actor y la gerencia de DC Studios para hacer de Lobo en Superman: Legacy, aunque también se habla de que se podría apostar por un film independiente.
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