Desde hace años, Estados Unidos y China están envueltos en una particular guerra fría tecnológica que parece no tener fin. Como consecuencia de esta, ambos países han autorizado distintas restricciones con las que intentan paliar el impacto y el alcance que tiene su rival en el mercado internacional. Así, por ejemplo, esto ha derivado en el aumento del mercado negro de tarjetas gráficas en China, una condición que afecta a compañías, instituciones gubernamentales e incluso universidades. Sin embargo, Estados Unidos podría sufrir un duro golpe en las próximas semanas si se confirma el hipotético próximo movimiento de Foxconn.
Según recoge el portal Techspot, a raíz de las decisiones que ha tomado Estados Unidos con respecto a sus compañías en China y a las operaciones de estas entidades en suelo norteamericano, Foxconn (el mayor fabricante de iPhone del mundo) podría dar un giro de 180º a sus políticas. Aunque tiene sede en Taiwán, la firma es reconocida porque su mano de obra china depende del gigante tecnológico de móviles y ordenadores. Y, a raíz del creciente conflicto entre China y Estados Unidos, Young Liu (actual CEO de Foxconn) ha mostrado su interés en los vehículos eléctricos al señalar que estos son una oportunidad importante para su futuro.
Foxconn planea pasar de los iPhone a los coches eléctricos
En la actualidad, la compañía solo ha fabricado unos pocos modelos eléctricos. Sin embargo, tiene previsto estrechar lazos con países como Tailandia, Indonesia, la India y Estados Unidos con la intención de hacerse con un 5% del mercado de coches eléctricos. En relación a esto, Liu aseguró que estos artefactos representan una “perspectiva razonable de expansión” para Foxconn, aprovechando la oportunidad para equipararlos con los teléfonos inteligentes.
Según el CEO, Foxconn intenta trasladar su experiencia en piezas electrónicas para iPhone a los motores y las baterías de los vehículos eléctricos. De esta forma, no descartan dar un volantazo en su hoja de ruta y, a raíz de las tensiones cada vez más grandes entre ambos países, optar por una nueva forma de negocio alejada de los teléfonos inteligentes y más centrada en coches eléctricos. Sea como fuere, Taiwán sigue haciendo esfuerzos para no perder impacto a raíz del conflicto abierto entre China y Estados Unidos.
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