Bill Gates es una de las figuras tecnológicas más importantes de la historia. El fundador de Microsoft, ahora dedicado a la filantropía, destacó hace varias décadas por implantar un estándar en la informática que aún hoy se mantiene. Para ello, como él mismo reconoció, aplicó una obsesiva visión por el trabajo que descartaba las vacaciones y los fines de semana. Sin embargo, existió un videojuego que muchos recuerdan con cariño que, sorpresivamente, conseguía ocupar las horas de descanso de Gates: el Buscaminas.
Tal y como reportan los compañeros de Mein-MMO, una época de la vida del creador de Microsoft estuvo marcada por este juego tan sencillo como divertido. En él, la premisa es interactuar con distintas casillas del tablero para evitar las minas y, por consiguiente, destapar todos los huecos sin que ninguna explote. Así, aunque su premisa parece sencilla, lo cierto es que requiere mucha habilidad, ingenio y estudio del espacio. Por ello, Gates se obsesionó con intentar mejorar su récord, una situación que llevó a un amigo suyo a escribir una macro para derrotarle de forma automática.
Así superó Bill Gates su obsesión por el Buscaminas
Dicha hazaña pertenece a Bruce Ryan, antiguo miembro de Microsoft y amigo personal de Gates. Tal y como indica el medio alemán, Ryan escribió un código con el software “Macro Recorder” de Windows con un único propósito: que siempre hiciera clic en una esquina determinada y, si perdía, el juego comenzase otra vez. Como el mismo Ryan admite, abandonó la oficina para asistir a una reunión y, al volver cuatro horas después, comprobó que el ordenador había sido capaz de terminar la partida en 1 segundo. Y, al avisar a Gates de la hazaña, este se asombró y se asustó con las posibilidades de la tecnología.
Al parecer, Gates temía que sus facultades críticas estuvieran siendo “suplantadas por un ordenador”. Por ello, aseguró que “esto de la tecnología está yendo demasiado lejos”, una situación que le llevó a plantearse una duda que aún hoy no tiene respuesta: “si las máquinas pueden hacer cosas más rápido que los humanos, ¿cómo podemos seguir manteniendo nuestra dignidad humana?”. Sea como fuere, el récord del ordenador acabó con la obsesión de Bill Gates; sin embargo, a la postre, le regaló una serie de dudas relacionadas con el alcance de la tecnología.
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