Análisis de Ridge Racer

Análisis de Ridge Racer
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La serie de velocidad de Namco, Ridge Racer, ha acompañado al lanzamiento de las últimas portátiles que han ido apareciendo en el mercado en los últimos tiempos. Y fiel a su trayectoria, tampoco ha querido faltar a la puesta de largo de PS Vita.

Los aficionados a la velocidad conocen perfectamente la saga Ridge Racer, que lleva con nosotros desde 1993. Desde entonces la serie ha aparecido en innumerables máquinas a través de un sinfín de versiones, siendo ésta que nos ocupa la última en llegar, edición que va a dar que hablar por su fuerte vínculo con el contenido descargable adicional.

Adrenalina arcade
Como es habitual en la saga, nos encontramos con un juego de velocidad que apuesta seriamente por la jugabilidad arcade. ¿Y en qué se traduce esto exactamente? Pues en coches ficticios, escenarios urbanos también inventados y un sistema de control sencillo y para nada realista. Aún así, dicho manejo tiene su aquél como bien sabrán los aficionados a la saga, siendo fundamental aprender y dominar la técnica del derrape.

Dicha técnica es fundamental para obtener victorias en Ridge Racer y, para ejecutarla, debemos soltar el acelerador justo antes de entrar en cada curva para, después, girar bruscamente en la dirección de la misma para conseguir que el coche comience a derrapar. Luego sólo nos queda realizar los contravolantes adecuados para mantener el vehículo en pista y, ¡voila!, derrape satisfactorio.

Los derrapes son vitales ya no solo para tomar las curvas perdiendo la menor velocidad posible, sino que también nos facultan el uso indiscriminado de nitros o turbos. Sí, cuantos más derrapes ejecutemos, más rápidamente se irán rellenando los tres turbos que dispondremos de inicio y que nos permitirán alcanzar velocidades casi ultrasónicas por un tiempo limitado. Eso sí, hay que saber exactamente cuándo usar estas ayudas durante las carreras, por lo que el conocimiento milimétrico de cada circuito se convierte también en una parte importante de Ridge Racer.

Como ya es costumbre en la serie, Ridge Racer acompaña el lanzamiento de una nueva consola portátil, Vita en este caso.
Como ya es costumbre en la serie, Ridge Racer acompaña el lanzamiento de una nueva consola portátil, Vita en este caso.

Contenido variable
Una de las partes más controvertidas de este cartucho es su contenido, es decir, aquello que incluye el cartucho en materia jugable. Por un lado, en modos de juego anda bastante escaso, sobre todo si queremos jugar en solitario, pudiendo probar Carreras Normales, Contrarrelojes y poco más, oferta demasiado limitada a todas luces. Esta exigua cantidad de modalidades se amplía ligeramente si queremos jugar acompañados, pudiendo competir en red contra otros siete pilotos, desafiar a otro jugador cara a cara o descargar coches fantasmas de rivales para intentar superarlos. Aún así, se trata de una oferta corta.

También es necesario mencionar el Taller que se ha incorporado, lugar en el que es posible modificar algunos de los parámetros de conducción de nuestro vehículo (transmisión, formato del velocímetro, etc.), así como potenciar algunas de las partes del mismo. Entretenido y bastante útil.

Y si esta oferta de modos de juego no es la más generosa que hayamos disfrutado nunca, el número de circuitos que ofrece el cartucho se limita a tres de inicio, a los que se añaden cinco vehículos diferentes (ficticios pero inspirados en modelos reales). La razón de esta limitadísima cantidad de circuitos, coches y demás elementos del juego (banda sonora, etc.) la encontramos en la decisión de los desarrolladores de apostar por los contenidos DLC. De esta forma, el cartucho físico de Ridge Racer posee un precio más bajo de lo normal y viene a ser la base del título completo, pudiendo adquirir una amplia gama de extras mediante descargas DLC que se venden de forma separada.

Juzgar este tipo de iniciativas es complicado y se convierte en una misión casi imposible, ya que eso depende de cada usuario. Así, habrá jugadores a quienes les parezca bien pagar sólo por aquello que les interesa, mientras que habrá otros que se sientan un tanto "estafados" por la escasez de contenido "de serie" incluido en el cartucho físico. Lo dicho, la polémica está servida.

El juego incluye de inicio 5 coches y 3 circuitos, cantidad exigua que puede incrementarse mediante descarga de DLC.
El juego incluye de inicio 5 coches y 3 circuitos, cantidad exigua que puede incrementarse mediante descarga de DLC.

Potencia contenida
En lo puramente tecnológico, Ridge Racer da muestras del poderío que ostenta PS Vita, pero sólo con cuentagotas. Lo más destacado es la sensación de velocidad que se puede llegar a alcanzar con los vehículos más potentes, sensación que se acentúa más aún si jugamos desde la vista interior (sólo hay dos disponibles). La realización de los coches también está muy conseguida y aunque se echan de menos la inclusión de modelos reales de los principales fabricantes, todos ellos presentan un grado de detalle notable. Poco que objetar.

Hasta aquí todo bien, pero sin embargo el título también presenta algunas imperfecciones. Por ejemplo, el aspecto de los circuitos es mejorable. No es que estén mal realizados, pero en algunos de sus tramos es posible advertir texturas poco pulidas, elementos demasiado simples y poligonales, etc. Además, en determinadas ocasiones la tasa de cuadros por segundo se resiente de manera sensible, algo que no favorece el pilotaje.

En cuanto a la banda sonora (que también se puede potenciar mediante DLC), ésta se compone de temas electrónicos compuestos (al menos en su mayoría) por artistas japoneses, melodías que se adaptan bien a la acción. Y en cuanto a los efectos, éstos no son especialmente variados, pero cumplen con su cometido.

Ridge Racer debuta en PS Vita con una versión que sin duda va a dar que hablar por su idiosincrasia, apostando a su vez por las características más tradicionales de la serie. No pasará a la historia como uno de los mejores juegos de su estilo, pero sigue siendo un título divertido para los que disfruten de la velocidad arcade.

Flojo

Sin sello

Ridge Racer

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Sin querer entrar en la polémica de los contenidos DLC, nos encontramos ante un título arcade de conducción jugable y ameno… aunque limitado en cuanto a modos de juego se refiere, especialmente para aquellos que pretenden hacerlo en solitario. Su jugabilidad se mantiene inalterable con respecto a pasadas entregas, algo que agradecerán algunos usuarios pero que quizá decepcione bastante a otros, debido a la falta de originalidad y frescura que destila el título.

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