Ya hemos esperado demasiado nuestro turno, por fin nos toca mover unidades con Fire Emblem: Awakening. La reputada serie de Intelligent Systems regresa con nuevo videojuego, pero no uno cualquiera. En esta entrega, los nipones quieren sorprender, manteniendo la fórmula jugable original al tiempo que añaden cantidad de mejoras y novedades. Ha llegado vuestro turno... ¿lo vais a dejar pasar?
El regreso de Fire Emblem al panorama nintendero era uno de los acontecimientos más esperados por los fieles seguidores de la Gran N. Hacía mucho tiempo que no recibíamos un nuevo título dentro de esta laureada franquicia nacida en 1990. Fue una saga, de hecho, a la que le costó mucho traspasar las fronteras niponas, teniendo que esperar nada más y nada menos que quince años hasta que nos llegara un videojuego de la licencia, en concreto para la portátil Game Boy Advance.
Y aquel título debió hacer pensar a los nipones que exportar el rol táctico de Intelligent Systems era una gran idea, porque a partir de entonces no nos hemos perdido ninguna entrega, hasta la última que se nos concedió en 2009 en un remake del primer juego de la serie para Nintendo DS. Pero ya ha pasado mucho tiempo desde aquello, unos años en los que los responsables de Paper Mario, Pullblox y compañía han estado preparando su próximo asalto. Uno que volvería a ser por turnos y que rebosaría de una incontestable calidad.
Así nace Fire Emblem: Awakening, la última parada de la reputada factoría nipona dentro del mundo de los videojuegos. Y es exclusivo para Nintendo 3DS, máquina que se va nutriendo de cada vez mejores lanzamientos. De hecho, nos encontramos ante una obra que entra decididamente en la carrera por convertirse en el mejor juego del año para la consola. Un programa que escucha a los fans al tiempo que innova, ofreciendo una duración elevadísima y vistiéndose con profundidad para, ante todo, acercarnos esa diversión táctico-estratégica tan clásica de Fire Emblem. Es más de lo que esperábamos. Es una superación de todo lo que ha dado la franquicia hasta la fecha.
El emblema de fuego - Guión
Podría decirse que de todas las series de videojuegos que diseña Intelligent Systems, ésta es la que se caracteriza por presentar guiones de mayor profundidad. Este caso no es una excepción. El argumento forma parte importante del título y logra meternos aún más en las batallas que se libran. Todo bajo una simple pero efectiva perspectiva: ponernos al frente de un misterioso personaje que despierta con amnesia en mitad de un bosque.
Un enfoque recurrente pero ideal para darnos la opción de ponerle nombre, escoger sexo y hasta personalizarlo a nuestro gusto con caras, peinados y apariencias preestablecidas. Primer paso para sumergirnos en esta aventura, una que arranca en el momento en que conocemos al príncipe Chrom (que de algo os sonará) para iniciar una particular y cruenta lucha por defender al país de Ylisse de las malignas fuerzas que la amenazan. Eso, y para proteger el legendario emblema de fuego, que juega un papel importante en la trama.
Una reina bondadosa, un villano despiadado, giros sorprendentes, momentos emocionantes... No puede decirse que el argumento sea brillante, pero cumple muy bien su función, dándonos lo suficiente para querer llegar al siguiente capítulo y comprobar lo que ocurre. Un planteamiento que, tras un inicio algo denso, gana en interés conforme avanza. Y eso que consideramos que los autores se han excedido en la cantidad de diálogo (en ocasiones redundante o prescindible), aunque para bien de los jugadores las intros y las conversaciones pueden saltarse en cualquier momento. No es recomentable, pero ahí está la opción.
Turno de combatir - Jugabilidad y duración
Fire Emblem: Awakening mantiene la esencia de todas las producciones anteriores en la saga, aunque sin olvidarse de introducir novedades a la reconocida fórmula. Básicamente, es una cuidada combinación de las ideas que hicieron grandes a pasados juegos, al tiempo que estrena otras nuevas. Todo manteniendo el esquema rolero por turnos que tan bien le ha funcionado a Intelligent Systems durante estos años. Una dinámica jugable que se resume en mover unidades dentro de un escenario de cuadrícula.
Dos ejércitos enfrentados y una condición de victoria, que normalmente tiene que ver con derrotar a todos los soldados del ejército enemigo (manejado por la CPU). Así se resume nuestro objetivo en esta estratégica producción, la cual puede presumir de una inteligencia artificial competente, capaz de leer nuestras debilidades y atacar a las unidades de menor experiencia. Gracias a ello, los combates pueden llegar a convertirse en auténticas partidas de ajedrez.
Interesante es mencionar que disponemos de un mapa para movernos entre capítulos. Una vez concluida una batalla, podremos avanzar en la historia, pero también detenernos en las escaramuzas o desvíos que presenta el juego, así como adquirir objetos en tiendas y rejugar niveles ya completados. No hay pocas cosas que hacer en un videojuego que puede llevarnos 20 horas terminarlo (sin pararnos demasiado), pudiéndose doblar la cifra fácilmente -hasta las 40- si decidimos exprimirlo al cien por cien. Es más, los tres niveles de dificultad seleccionables expanden la diversión todavía más, y eso sin contar con la alternativa de escoger el modo clásico, una seña de identidad de los juegos de Fire Emblem, consistente en que las unidades caídas en una batalla ya no puedan regresar nunca.
¡Al ataque! - Sistema de batalla
Hemos hablado de la historia, de los principios de esta franquicia. No obstante, su verdadero núcleo son los combates, basados en escoger unidades y ponerlas a luchar en un tablero cuadriculado dominado por los turnos. Se trata de un concepto muy estratégico donde cada unidad goza de sus propios atributos, con una capacidad de desplazamiento limitada. Hay cantidad de variables a tener en cuenta, pero lo mejor de esta serie, y en particular de este episodio, es que todo se presenta de forma amena, para que resulte fácil de entender.
Por ejemplo, antes de iniciar una ofensiva tenemos un análisis del ataque en cuestión, con una previsión de los daños que causaremos y recibiremos. Una dinámica importante, como la del "triángulo de armas", consistente en que las espadas vencen a las hachas, las hachas a las lanzas, y las lanzas a las espadas. Algo que deberemos tener muy en cuenta para obtener la gloria en unos conflictos donde los magos y los arqueros no faltan, siendo capaces de atacar desde la distancia, sin necesidad de entrar en contacto directo con unidades enemigas.
Sin duda, la profundidad es elevada, más considerando que el terreno puede influir en la contienda, que podemos intercambiar objetos con soldados anexos y que es posible visitar pueblos para obtener refuerzos. Eso, y la posibilidad de agrupar unidades, potenciando así sus atributos dependiendo de la afinidad que presenten. Así se hace realidad una de las grandes novedades para esta entrega, consistente en que el soldado agrupado pueda apoyarnos en la refriega, y hasta defendernos. Sin duda, una positiva incorporación que añade un factor de aleatoriedad muy satisfactorio durante los combates.
Una cuadrícula de posibilidades - Profundidad de juego
Dentro del género rolero-táctico, la serie Fire Emblem puede presumir de haber logrado un buen equilibrio entre accesibilidad y profundidad. Aquí no tenemos excepción, con más de 40 clases y la oportunidad de promocionar unidades para que pasen de "estratega" a "gran estratega" o de "maga" a "sacerdotisa". Esto multiplica las posibilidades, además de fomentar una sensación de progresión que resulta fundamental en un título tan longevo.
El inventario recibe igualmente en Fire Emblem: Awakening una potente inyección de complejidad. Espadas, lanzas, hachas, arcos, libros mágicos, conjuros... Un repertorio amplísimo de armas y objetos está a nuestro alcance, con características y atributos únicos que nos hacen pensarnos qué es lo mejor para cada unidad. Tanto es así, que el usuario podría verse superado durante las primeras horas de juego, pero os aseguramos que poco a poco acabaréis dominando los menús. Y si todavía no lo conseguís, no importa, porque existe una práctica opción para optimizar automáticamente el equipamiento de cada unidad. El videojuego pierde algo de interés de esta manera, pero muchos agradecerán la alternativa.
Otro aspecto que añade una capa de profundidad al conjunto son los lazos entre los personajes. Podemos hacer que las unidades conversen, algo que mejora su química en el campo de batalla. Incluso existe un "cuartel", un punto de reunión donde podrían aflorar los sentimientos entre nuestros soldados. Una mecánica, en definitiva, muy interesante que se completa con la presencia de tiendas y vendedores ambulantes (con auténticas gangas) que nos permiten comprar, vender y mejorar armas. Ciertos precios están descompensados, pero no supone un impedimento significativo para disfrutar de la obra.
Más allá de la campaña - Stylus, opciones y multijugador
Poseyendo una jugabilidad tan clásica, era de esperar que este lanzamiento también presentara unos controles tradicionales, y así ha sido. El videojuego puede manejarse de principio a fin mediante la cruceta y los botones, quedando la pantalla táctil relegada a una función de apoyo, con la posibilidad de movernos entre menús. Es decir, una inclusión accesoria, la cual los más veteranos seguramente acabarán pasando por alto.
No es una mala noticia, y tampoco quiere decir que los diseñadores nipones hayan dejado de esforzarse. Ni mucho menos. En particular, encontramos un gran abanico de opciones dentro del videojuego, desde desactivar las animaciones de combate hasta modificar la velocidad del juego o personalizar la interfaz (mostrando más información, cambiando la opacidad de la cuadrícula y ocultando las áreas de ataque del enemigo).
Por si esto fuera poco, tenemos funciones inalámbricas, incluyendo los duelos con un segundo usuario a través de red local. Podemos hasta cooperar para librar batallas -siempre fuera del modo historia- sumando las fuerzas de nuestro ejército con las que posee nuestro compañero. Es una pena que no se haya incluido el online, pero al menos gozamos de la oportunidad de descargar nuevos mapas ideales para expandir la experiencia de la campaña. Las tecnologías StreetPass y SpotPass están igualmente implementadas, la primera para enviar nuestro ejército a los jugadores con que nos encontremos y la segunda para recibir todo tipo de objetos, mapas y rivales. No hay poco de lo que disfrutar, aunque tal vez se echa de menos algo más de profundidad en el planteamiento, sobre todo por la ausencia de las batallas en línea.
Conflicto manganime - Gráficos y sonido
No puede decirse que Fire Emblem: Awakening sea un portento en términos visuales. Sus gráficos no responden a los de un motor a la vanguardia tecnológica, pero lo cierto es que tampoco le hacía falta. En su lugar, apuesta por cuidar la presentación al máximo, algo muy importante en un RPG de este estilo, simplificando la puesta en escena y poniendo un especial empeño en presentar un aspecto ordenado en los menús.
Dentro del campo de batalla tampoco podemos quejarnos. La combinación de escenarios tridimensionales con los "sprites" 2D de nuestras unidades sienta fenomenal a un título que apuesta por los diseños manganime en los personajes, algo que se deja ver sobre todo durante las conversaciones, con los tradicionales artworks que tanto gustan a los japoneses. Un trabajo elaborado que se aprecia principalmente durante las secuencias de combate, en completas 3D para mostrar con cierta espectacularidad el desenlace de cada enfrentamiento. Unas escenas que no se hacen para nada repetitivas, además de que están trabajadas con mimo.
Eso sí, el efecto estereoscópico no acompaña, y a pesar de que puede resultar curioso, no aporta demasiado a la experiencia. Sin ir más lejos, podría hacerse hasta molesto. Todo lo contrario que la música, convirtiéndose en uno de los mejores apartados del título. Las melodías no sólo saben acompañar durante los enfrentamientos tácticos, sino que presentan una gran variedad, siendo especialmente importantes durante las secuencias de introducción, las cuales por cierto están realmente inspiradas (aparte de numerosas y cargadas de contenido narrativo que logra sumergirnos aún más en la obra).
Turno para Fire Emblem - Conclusión
Fire Emblem vuelve a estar con todos nosotros, sumando un capítulo más dentro de esta reputada franquicia que tantos admiradores arrastra. Y lo hace no de una forma cualquiera, sino con mucho talento. El título mantiene las mecánicas tradicionales de la licencia, pero al tiempo añade sustanciosas novedades que mejoran la fórmula. Una mayor profundidad en el planteamiento y una historia bien contada nos dan el que probablemente es el mejor videojuego de la serie visto hasta la fecha.
Aparte, es un título que aporta cantidad de diversión, entre las 20 y las 40 horas dependiendo de si vamos rápido a completar la campaña o nos paramos para descubrir cada uno de sus entresijos. Un tiempo que se hace muy llevadero, sin obstáculos, gracias a que el cartucho nos llega con una esmerada traducción al español. Por supuesto, el juego todavía tiene puntos flacos, con un avance no tan fluido como hubiésemos deseado o la ausencia de modalidades multijugador realmente poderosas.
Sin embargo, vistos sus atributos, los pequeños defectos se difuminan casi por completo. Fire Emblem: Awakening se convierte de esta forma en nuevo referente para esta laureada saga, imprescindible para sus fieles seguidores. Y eso no es todo. También se erige como un lanzamiento exclusivo realmente importante, una gran inyección de moral para una máquina que cada día posee videojuegos más interesantes. En definitiva, un añadido de incalculable valor para Nintendo 3DS, que entra directamente en su "top", en su particular Olimpo de joyas jugables.
Fire Emblem regresa con nuevo videojuego exclusivo para Nintendo 3DS, y lo hace de la mejor forma posible, manteniendo la fórmula original al tiempo que le añade profundidad y un buen conjunto de novedades. Una base revitalizada que sirve para erigir no sólo el mejor exponente de la serie, sino probablemente uno de los más divertidos, grandes y longevos cartuchos de la portátil, con entre 20-40 horas de juego. Tal vez en términos multijugador requería algo más de trabajo, pero se trata de un pequeño defecto que se pierde dentro de la inmensidad jugable de este lanzamiento, uno completamente imprescindible para los poseedores de la consola estereoscópica de Nintendo.
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