Gears of War 3 amplía su campaña individual con La Sombra de RAAM, un nuevo capítulo de la ya eterna lucha entre humanos y Locust. Dos bandos y dos visiones para una misma guerra, la que protagoniza este nuevo añadido de notable entretenimiento para uno de los mejores shooters en tercera persona de los tiempos recientes.
Hace escasos días se levantaba el embargo para las Impresiones Jugables de RAAM's Shadow, la nueva expansión de Gears of War 3, y ahora por los rigores del calendario debemos afrontar su análisis puesto que ya sale a la venta. Por aquel entonces ya disfrutábamos de un primer vistazo a un DLC de lo más atípico en el sentido de abordar una campaña individual en un momento en el que los shooters casi siempre apuestan por el corte multijugador, y ahora con su review las sensaciones se consolidan con un muy buen añadido.
Hay un nuevo personaje en este contenido descargable, y también hay un sorprendente regreso en forma del General RAAM, pero lo que sobre todo encontramos es un añadido con cierta duración y de calidad para su modo historia: ya lo abordemos en su estilo off-line o en el estilo cooperativo. Tan cruento como siempre y también igual de frenético, las dos o tres horas que nos llevará el superar La Sombra de RAAM apuestan en mayor medida por mirar al pasado y por olvidar incorporaciones recientes como los explosivos Lambent.
Retorno a las Raíces
RAAM's Shadow da su comienzo en el marco de la evacuación de la ciudad de Ilima, poco después del Día de la Emergencia y cuatro horas antes de la tormenta de Kril. En el título encarnaremos al pelotón Zeta, comandado por el novedoso Michael Barrick y que cuenta con personajes ya conocidos en la franquicia como Thai o Kim, por ejemplo. El nuevo héroe viene directamente de los cómics de la saga, y es el cabo de la CGO que encabezará el grupo de agresivos protagonistas que participarán de la parte humana del DLC.
No obstante el contenido descargable tiene una doble visión, y es que no sólo combatiremos desde el punto de vista del CGO sino que también lo haremos por vez primera en el rol de los Locust y, más concretamente, en el escamado pellejo del aterrador General RAAM. Con él podemos hablar de un título que cambia drásticamente su perfil y que, como ya adelantamos en las Impresiones Jugables, incorpora una serie de novedades de lo más interesantes. Por ejemplo el programa está más orientado en esta parte hacia el cuerpo a cuerpo, y todo lo que tiene que ver con la mecánica puramente shooter está limitada por el "calentamiento" de su arma: El Dedo Kril, que se acciona igual que cualquier arma del juego, es decir apuntando con el gatillo izquierdo y disparando con el derecho, sólo que como decimos su empleo está limitado por la típica barra blanca en la parte superior derecha de la pantalla que nos impedirá seguir lanzando a los letales pájaros sobre los enemigos hasta su recarga cuando agotemos su marca. Con esta restricción, lo que no admite limitación alguna es el combate cuerpo a cuerpo, y será éste el que principalmente empleemos contra los enemigos rango medio y cercano. Dentro de éste podemos utilizar tanto nuestro machete, pulsando el botón B, como la carrera para empalar a los oponentes con el gigantesco cuchillo al más puro estilo de la bayoneta del Retro Lancer.
Sin embargo, y por mucho que la parte de los Locust insufle un fuerte componente rompedor a la campaña, lo cierto es que ésta apuesta firmemente por un regreso hacia las partes más clásicas de la franquicia: directamente a por la raíz de lo que hizo grande al primer videojuego. Algunos sectores de aficionados, los más arraigados al estilo del original, protestaron amargamente por la fortísima presencia de los Lambent y la ruptura con el estilo más lento y táctico que caracterizaba a la IP, y este grupo de usuarios verá con mucho agrado cómo La Sombra de RAAM rompe con todo ello.
Piel de Teflón
Así pues el DLC ofrece un importante giro con respecto a lo visto con anterioridad, y lo presenta no lanzando una nueva propuesta, sino más bien olvidándose de lo visto en Gears of War 3 en cuanto al combate más frenético que ofrecían los habituales Lambent como enemigos, y que en esta ocasión apuesta por los Locust originales como villanos perfectos. ¿Qué supone esto? Agujeros de la emergencia, enemigos que no explotan al morir y, en definitiva, una experiencia mucho más pausada, táctica y en la que las coberturas tienen enorme fuerza.
Como ya hemos adelantado la expansión se basa únicamente en la vertiente individual, y como tal contamos con una campaña que podemos superar en unas tres horas, pero que amplía su duración en caso de que lo volvamos a acabar para disfrutar del desbloqueo del nivel de dificultad Locura o si lo hacemos nuevamente también en la modalidad cooperativa que nos pone al lado de otros tres usuarios para luchar contra la IA. En el caso del CGO lo haremos en los papeles de Barrick, Thai, Kim y la debutante Alicia Valera, y en el de los Locust con RAAM liderando un equipo que se completa con dos Maulers y un Elite Theron Guard.
El programa vuelve a apostar por un planteamiento muy lineal basado en la alternancia de escenarios de un esquema que se ha convertido en emblemático de la saga, es decir grandes arenas donde el combate es más táctico, con otras mucho más reducidas donde el frenetismo es marca de la casa y donde los drones de infantería se sustituyen por otras figuras más rápidas como los infames, por ejemplo. En este sentido el juego funciona muy bien, y todo ello a pesar de que echamos en falta algo más de trabajo a la hora de explotar algunas de estas situaciones, y también a pesar de que hubiéramos deseado algo más de introducción a la hora de presentar a un nuevo personaje como es el propio Barrick.
Esas pegas son algo livianas teniendo en cuenta el prisma de la expansión y su capacidad para sobresalir con su fantástica jugabilidad independientemente de lo poco que desarrolle su historia o del trazado de sus niveles, no obstante la parte en la que encarnamos al General RAAM sí es algo más peliaguda en este sentido. Resulta agradecida su presencia a la hora de aportar variedad al concepto del programa, y nos ha resultado atractivo el hecho de que se vaya solapando con las secciones protagonizadas por el CGO, no obstante su presencia es ciertamente reducida y no nos ha dado la sensación de que haya sido bien aprovechada más allá de resultar una suerte de prolongación del modo Bestia.
En lo gráfico y artístico y también en lo tecnológico, el juego apuesta en mayor medida por lo visto en Gears of War 3, por encima de cualquiera de sus predecesores. Por ejemplo el estilo más luminoso de la tercera parte vuelve a ser santo y seña del programa, que vuelve a apostar por entornos principalmente diurnos y por un tratamiento de la luz sencillamente fantástico. En cuanto a su rendimiento, el programa vuelve a hacer gala de una enorme fluidez, y en este sentido no hay nada que objetar al lanzamiento. En lo tocante al audio, sí hay alguna queja seria que interpelarle al programa, y es que si bien la banda sonora y los efectos de audio continúan haciendo gala de una enorme calidad, algunas decisiones a la hora de adjudicar las voces estropean el conjunto: con mención especial a la escogida para el propio Barrick.
Como más que notable añadido para Gears of War 3 que apuesta por la campaña, La Sombra de RAAM hará las delicias de los aficionados a la saga. Un nuevo protagonista y la capacidad de controlar al siniestro general de los Locust son motivos más que sobrados para hacerlo, no obstante es un añadido breve pero intenso al modo historia con sólo algunas pequeñas matizaciones que lo han alejado de la calificación de sobresaliente.
