Análisis de Tooth and Tail. Y, de beber, albóndigas

Análisis de Tooth and Tail. Y, de beber, albóndigas
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Tooth and Tail es el RTS que no esperábamos, pero estamos en 2017, y ya iba siendo hora de que el universo de los indies nos regalara un juego de estrategia verdaderamente diferente. Olvidad eso de que los juegos de estrategia no funcionan con mando; este ya no podemos controlarlo de otra forma. ¿Os interesa? Seguid leyendo su análisis.

Si hace años, cuando nos reuníamos por las tardes (o algunos por las mañanas haciendo pellas) en los cibercafés para echar un par de horas jugando al Starcraft, nos hubieran dicho que los RTS se pueden jugar de maravilla con un mando, habríamos soltado una carcajada y habríamos seguido masajeándole la espalda a nuestro preciado ratón. Pero claro, estamos en 2017; es época de avances y cambios inimaginables. Por eso Tooth and Tail se permite rediseñar el formato tradicional de los juegos de estrategia en tiempo real y conseguir que resulte la cosa más natural del mundo. En este juego el término APM desaparece para darle prioridad a destrezas más importantes, como la gestión económica.

A pesar de ofrecer unas mecánicas que resultarán familiares a los veteranos del género, hay un detalle que cambia por completo la interacción. En este título dejamos de ser un ente casi omnipresente para adoptar la identidad de un comandante que debemos mover por el mapa. Es un personaje que no puede atacar, pero sí morir. Tenemos que planteárnoslo como un cursor que desplazar para construir, atacar o retirar a las tropas. Pulsando los gatillos (o haciendo clic izquierdo o derecho en el ratón) podemos llamar a las tropas e indicar si deben atacar o retirarse, mientras que pulsando el botón A o X (o el espacio en el teclado) elegimos dónde construir, etc. Una vez nos hacemos con los controles en mando, no queremos volver a posar los antebrazos en la mesa.


El RTS que no esperábamos

Tooth and Tail cuenta con un modo historia suficientemente contundente y sólido como para que se nos olviden las características multijugador de que dispone el juego. En ese modo conocemos un mundo poblado por animales que ha ido desarrollando cierto apetito por la carne. Esa materia se ha convertido en la base de la economía, y es lo que se usa para construir estructuras y dar de comer a los soldados. Con unas siete horas y media de duración, ofrece suficiente chicha como para contentar a muchos jugadores.

El modo historia nos hace creer que estamos viviendo en una Rusia soviética animal, y le sienta genial.
El modo historia nos hace creer que estamos viviendo en una Rusia soviética animal, y le sienta genial.


Pero no es uno de esos juegos que establezca las mismas misiones para jugar en solitario y en compañía, sino que construye las de la campaña como experiencias únicas que plantean mecánicas una por una. Cada nivel se distingue bien del anterior y se va entrelazando en un relato esbozado por ideales, alianzas políticas y juegos de poder. La historia en sí se deja descubrir entre lucha y lucha, entre las bambalinas bélicas, donde conocemos a las figuras del conflicto y nos relacionamos con ellas.

A diferencia de lo que ocurre en otros RTS, las escaramuzas de Tooth and Tail pretenden enseñarnos a manejarnos con las unidades de combate y a entender su economía, más que a desentrañar cómo superar un nivel específico. ¿La clave? Se generan de forma aleatoria. Curiosamente, no tenemos la sensación de que esa aleatoriedad caiga en detrimento de la dificultad del mapa. Es verdad que a veces la ubicación de los enemigos o los aliados puede ser más favorable que otras, pero si un nivel tiene que ser difícil por algún requisito, lo será a todas, todas, especialmente si queremos completarlos con categoría heroica. Ya desde el primer segmento del juego nos encontramos alguna misión con algún requisito que nos obliga a pulir nuestra táctica al milímetro para llevarlo a cabo.

Y, de beber, albóndigas


Artísticamente tiene una personalidad encantadora


Para meternos en harina con el tema de la economía hay que entender que la estructura que la sustenta es el molino de grano. Con el grano producido se alimenta a los propios cerdos que lo cultivan para obtener la preciada carne que alimenta toda la maquinaria de guerra. Pero los campos de trigo no duran siempre, y, por otra parte, el trigo que no se usa se pudre. Por ello hay que prestar mucha atención a ese equilibrio si queremos mantener la producción eficiente. Es importante encontrar otros molinos para controlar el mapa y también mantenerse en movimiento desde el principio para ubicar al enemigo y dosificar nuestros ataques, porque en el momento en que cualquier base se queda sin alimento, es presa fácil.

Las partidas multijugador presentan un sistema de selección de personajes que nos hace olvidarnos de los árboles tecnológicos de antaño.
Las partidas multijugador presentan un sistema de selección de personajes que nos hace olvidarnos de los árboles tecnológicos de antaño.


En los combates multijugador, Tooth and Tail añade un sistema de selección de unidades antes de empezar. En lugar de elegir una facción con su propio elenco de unidades equilibradas de fábrica, los jugadores podemos seleccionar a seis unidades de 20. 15 de ellas son soldados activos, mientras que las otras cinco son unidades de defensa. Tenemos la libertad, eso sí, de escoger a las cinco unidades de defensa si es lo que nos atrae más. Y esas serán las unidades que tendremos. No hay más estructuras para "investigar" nuevas unidades sobre la marcha. Lo interesante de este formato es que, por no haber árbol tecnológico, aunque sepamos quiénes son los comandantes enemigos, para saber a qué nos enfrentamos tenemos que verlo directamente.

Así, tenemos un modo campaña, un modo multijugador en línea clasificatorio y otro informal, otro local y la posibilidad de enfrentarnos a la IA, que cuenta con seis niveles de dificultad —algo ideal para entrenar, especialmente si el jugador prefiere pasar de la campaña para centrarse en el multijugador.

Y, de beber, albóndigas


En el apartado artístico no podemos más que rendirnos a los pies de Adam deGrandis y Jerome Jacinto, los responsables de uno de esos diseños inolvidables que convencen y embelesan desde el primer vistazo. La mezcla entre el estilo de dibujo manual, el píxel-art y las animaciones les dan a todos los personajes una personalidad encantadora. Por otra parte, la banda sonora es excelentísima. Se mueve entre la música orquestal, los cánticos de tinte soviético y unas secciones de piano contundentes y revitalizantes. Incluso si no os animáis a jugarlo (por falta de tiempo o por inconsciencia), os recomendamos encarecidamente que le deis un tiento a la banda sonora. Merece la pena.

Excelente

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Tooth and Tail

Por: El equipo de 3DJuegos
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Tooth and Tail no es un RTS nuevo cualquiera. Es algo serio que viene para contar algo nuevo. El hecho de que se juegue mejor con un mando es toda una declaración de intenciones. Carece del componente deportivo de otros clásicos del género, pero porque se centra inteligentemente en su sistema económico y el equilibrio de unidades para demostrar que el género todavía tenía espacio para innovar. Es, sin duda, una de las grandes sorpresas del año.

  • Accesible. Muy accesible
  • Dirección artística excelente y una banda sonora dolorosamente buena
  • ¡Juego cruzado entre plataformas!
  • El sistema de creación de partidas en línea no distingue entre novatos y veteranos
Jugadores: 1-4
Idioma: Textos en inglés y voces en idioma inventado
Duración: 6-8 horas + multijugador incalculable
Ver requisitos del sistema
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