Análisis de Aaru's Awakening. Desafío extremo

Análisis de Aaru's Awakening. Desafío extremo
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Con grandes ideas de fondo pero un irregular sistema de control, Aaru’s Awakening se ha quedado lejos de ser esa gran aventura de plataformas que esperábamos. Su endiablada dificultad y ciertas decisiones de diseño erróneas hacen de este un título más frustrante que divertido.

La vistosidad de su apartado artístico y la apuesta por un concepto jugable tan atractivo como el teletransporte nos hizo esperar grandes cosas de Aaru's Awakening, una llamativa aventura de acción y plataformas en 2D que sin embargo ha terminado convirtiéndose en una de las mayores pesadillas a la que hemos tenido que hacer frente los últimos meses. Y no porque la base jugable sea mala. Al contrario. Esta obra del estudio independiente Lumenox tenía potencial más que de sobra para contentar a cualquier seguidor del género. ¿Qué ha ocurrido entonces? Para no andarnos con rodeos... ¡es frustrante a más no poder! Tan desquiciante, que os garantizamos que si hemos seguido adelante con el juego ha sido simple y llanamente porque teníamos que hablaros de él.

Sin la obligación de echarle horas para escribir este análisis tened por seguro que no habríamos perdido tanto tiempo frente a la pantalla del ordenador. Y menos cuando el título falla en aspectos capitales como el sistema de control o el diseño de niveles, que es retorcidamente enfermizo. Tan duro, que morir cerca de doscientas veces en un mismo escenario es una penitencia más habitual de la que pudierais imaginar. ¡Y ojo! Que no criticamos que sea un videojuego difícil. Como solemos decir en estos casos, nos encantan los retos y que los juegos nos pongan a prueba de mil y una formas distintas. Pero eso es una cosa y lo que plantea Aaru’s Awakening otra bien distinta.


Salto al vacío

Sortear infinidad de trampas valiéndonos de una habilidad tan única como es la capacidad para teletransportarse resulta, cuanto menos, muy prometedor. Pero que justamente sea esta, uno de los grandes atractivos de la obra, también uno de sus principales defectos tiene delito. Y la culpa de ello la tiene esa caprichosa bola de energía que usaremos para cambiar de posición tal y como en el pasado nos mostró el mítico Unreal Tournament; o mejor dicho, las circunstancias que rodean a esta acción.

Teletransportarse a lugares seguros será una constante en esta aventura que nos lo hará pasar muy mal por lo impreciso de su control y pobre diseño de niveles.
Teletransportarse a lugares seguros será una constante en esta aventura que nos lo hará pasar muy mal por lo impreciso de su control y pobre diseño de niveles.


Porque sí, vale, apuntar en una dirección, disparar y teletransportarse en el momento preciso no es una tarea especialmente difícil. Pero cuando te exigen hacer todo eso en un lapso de tiempo minúsculo, ya sea porque algún enemigo te pisa los talones o porque directamente estás cayendo al vacío... bueno, os hacéis una idea ¿verdad? Pues aún hay más. La maldita bola también tiene un comportamiento de lo más caprichoso que nos obligará a medir con una precisión milimétrica el ángulo y fuerza de disparo si no queremos que rebote y vaya en la dirección opuesta a la deseada. ¿Qué ocurre? Lo de antes. Que si esto hubiera que hacerlo con cierta tranquilidad no habría problema, pero cuando tienes milésimas de segundo para ajustar el tiro si no quieres de morir calcinado, la broma no tiene ni pizca de gracia. Y la pesadilla no acaba aquí.

El diseño de niveles y la dificultad son exagerados, más que divertir, el juego cabrea

Aaru cuenta con la habilidad de cargar con fuerza en la dirección indicada para derribar ciertos obstáculos o, en su mayoría, para alcanzar zonas inaccesibles en comunión con el propio teletransporte. Pero volvemos a lo de antes. Se nos exige un grado de precisión excesivamente alto para el poquísimo margen de error con el que contamos. Y no es que el sistema de control sea tampoco la panacea, pues una vez estamos en el aire –la mayoría de veces- no resulta cómodo ni fácil dirigir los movimientos de la criatura a la que guiamos en su lucha contra el mundo de la Noche.

Desafío extremo


El diseño de escenarios es en este punto desquiciante, pues enlaza una tras otra un sinfín de situaciones de riesgo a las que resulta muy difícil responder con éxito a no ser que sepamos de antemano qué va ocurrir. O lo que es lo mismo: se basa demasiado en el ensayo y error. Lo que no nos gusta nada cuando la gracia en esta clase de juegos radica precisamente en superar todas estas adversidades en base a nuestra pericia con el control y no tanto a nuestras dotes clarividentes... que no tenemos. En este sentido, la dureza de su acción es desmedida y exasperante. ¿Os imagináis morir justo tras haber superado la peor de las trampas imaginables? En Aaru’s Awakening lo haréis constantemente, y además de formas ridículas.

Dependiendo del tiempo que dediquemos a completar un nivel se nos recompensará con una u otra medalla. También hay tablas clasificatorias para comparar nuestras marcas con las de otros jugadores.
Dependiendo del tiempo que dediquemos a completar un nivel se nos recompensará con una u otra medalla. También hay tablas clasificatorias para comparar nuestras marcas con las de otros jugadores.


Lo peor es que toda esta dificultad no motiva lo más mínimo a continuar la partida. Hay casos como el del genial Super Meat Boy que a pesar de su extremada dureza te invita a seguir intentándolo una y otra vez, pues sabes que al final todo depende de tu habilidad y destreza. En la obra Lumenox ocurre todo lo contrario. Te frustra, pone a prueba tus nervios -para mal- y lo peor es que ni tan siquiera consigue despertar esa sensación de satisfacción personal que suele embriagarnos cuando completamos con éxito la partida. Lo que tiene una explicación bien sencilla. No divierte. Al contrario. Cabrea.

Y es una auténtica lástima porque como señalábamos anteriormente, Aaru’s Awakening tiene en su interior el potencial para convertirse en una gran aventura de plataformas. Artísticamente el juego es bastante bueno con ese toque "dibujado a mano" y el colorido de sus escenarios. Hasta su ambientación, aún a pesar de que la historia no es brillante, tiene su encanto. Pero al final lo que importa es si un videojuego divierte o no lo hace, y en el caso de esta obra la respuesta es negativa. Hay potencial, tiene una base jugable que puede entretener durante unas cuantas horas, pero no es suficiente. Ni tampoco la recompensa con la que se nos premia al derrotar al jefe final.

Pésimo

No recomendado
Desafío extremo

Aaru's Awakening

Por: El equipo de 3DJuegos
No recomendado

Frustrante a más no poder, lo poco bueno que tiene Aaru’s Awakening frente a sus muchos errores hace difícil que podamos recomendaros esta aventura de plataformas en 2D. Estéticamente es llamativa y cuenta con algunos patrones jugables de calidad, pero su sistema de control es tan duro y caprichoso, y su diseño de niveles tan retorcidamente psicópata, que por momentos desearías ni tan siquiera haber puesto la mano encima a este juego. Y esto es terrible, más cuando muy en el fondo hay buenas ideas que daban para una aventura de mayor calidad.

  • Bonito apartado artístico. Las animaciones están muy bien trabajadas
  • Hay buenas ideas de fondo como el teletransporte...
  • ...pero se van al traste por culpa de un sistema de control demasiado caprichoso
  • Exagerado nivel de dificultad. Es un título frustrante a más no poder
  • Diseño de niveles muy cuestionable. Propone algunos desafíos enfermizos
  • Pocas variables en las mecánicas de juego. Siempre es lo mismo
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 7-10 horas
Ver requisitos del sistema
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