Análisis de Assassin's Creed Rogue. Cambio de Bando

Análisis de Assassin's Creed Rogue. Cambio de Bando
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Batallas navales, disparos en tierra, combates a espada, cañonazos, saltos, caza, pesca y comandar nuestro propio buque. ¿Alguien da más? Rogue ofrece un notable tótum revolútum que mezcla elementos de los episodios anteriores para perder personalidad, frescura y chispa, pero ganar variedad. ¿Merece la pena el Assassin's Creed "old-gen"? Te lo contamos.

Dos Assassin's Creed en el mismo año puede sonar a algo arriesgado, pero tiene lógica en un momento de la industria en el que los aficionados protestan cada vez que un videojuego multiplataforma lastra las posibilidades visuales y tecnológicas de un lanzamiento Next-Gen por su carácter intergeneracional. Es una buena respuesta. Claro que si por ello desciende la calidad de a lo que la franquicia nos ha venido acostumbrando las conclusiones ya no son tan buenas, ¿verdad?

Planteado desde el principio como el "hermano pequeño" de Unity, un videojuego francamente notable pero también lejos del estándar de la IP, el Assassin's Creed de la pasada generación de consolas (y también de PC) no ha desistido a la hora de ofrecer una experiencia de admirable variedad, gran duración y fascinante propuesta narrativa. Falta chispa, eso sí, y obviamente la referencia de Black Flag es tan clara que Rogue es completamente incapaz de sorprender a quien disfrutara del cuarto episodio de la saga, manteniendo intacto su espíritu de exploración y sosteniéndose también sobre los pilares de batallas navales y misiones en tierra firme que hicieron grande a aquel con, no obstante, mucho menor éxito y capacidad de sorpresa. Sin embargo no por no ser ni remotamente sobresaliente deja de ser un producto compacto, divertido y con mucho entretenimiento que depararnos.

Marea Roja

En Rogue somos Shay Patrick Cormac, un Assassin que opera para la organización en la Norteamérica del Siglo XVIII. La idea, precisamente, es el que el nuevo título de la saga cierre con un buen broche el arco argumental que ha servido para contarnos la historia de Connor, de Edward Kenway y del propio héroe de la nueva aventura, todo en un mismo marco histórico y con una serie de patrones jugables más o menos comunes (especialmente entre un Black Flag y el episodio que nos ocupa que son, virtualmente, idénticos). El guión que sigue los pasos de nuestro nuevo héroe está ambientado años después del cuarto juego, y llega repleto de sorpresas que, como es obvio, nos vamos a ahorrar desvelar.

Cambio de Bando
La sensación de reutilización es tan fuerte que no nos la quitaremos de encima salvo en algunos momentos. Pero, ¿hace eso de Rogue un mal juego? En absoluto.
La sensación de reutilización es tan fuerte que no nos la quitaremos de encima salvo en algunos momentos. Pero, ¿hace eso de Rogue un mal juego? En absoluto.

Lo que sí vamos a contar es que, como ya se adelantó durante la fase promocional del programa, cambiamos de bando en un momento determinado de la aventura. Cormac se siente traicionado por la orden a la que pertenece y, percibiendo que ya no tiene sentido luchar por esas metas con sus antiguos compañeros, se pasa al bando contrario. Esto da pie a un fuerte tratamiento de las motivaciones y las filosofías de ambas organizaciones, que nos deja el gran titular en términos narrativos de este Rogue: Y es esa profundización en algo que en otras ocasiones se ha tratado de manera superficial.

¿Todo lo demás? Bastante olvidable, para un juego que si bien no deja de ser interesante en ningún momento, sí que transmite una sensación de que con mayor inspiración y chispa se podría haber logrado un argumento que nos mantuviera pegados a la campaña. Especialmente porque el propio Shay es un protagonista quizá no demasiado carismático, pero definitivamente sí tridimensional, muy humano y que se hace preguntas en todo momento sobre si lo que hace es correcto y sobre los dilemas que presenta tanto su batalla en primera instancia, como su cambio de posicionamiento. La historia se toma su tiempo para desarrollarse, algo común a todos los Assassin's Creed, y eso es algo que siempre agradecemos porque ayuda a conocer mejor a los personajes y a presentar con más calma las situaciones. De hecho la traición que sirve de detonante a nuestro salto al bando Templario se produce con un buen número de horas ya a nuestras espaldas, lo que nos permite conocer al héroe bien antes de su cambio.

“Va a ser muy difícil aburrirse en Rogue porque hay infinidad de cosas que hacer

Lo único que tiene que quedar claro es que el videojuego hace avanzar la historia como siempre, a base de encargos principales que propulsan la trama. Como hablamos de un sandbox el juego se divide entre éstos tipos de objetivos y también los secundarios, pero lo ideal es alternarlos para maximizar la diversión. Va a ser muy difícil aburrirse en Rogue porque hay infinidad de cosas que hacer. En este sentido hay pocas novedades puesto que a pesar de la apuesta por las áreas polares de Ubisoft, el cambio de localización y de condiciones climatológicas podría haber deparado grandes cambios que no hemos acabado de ver. Básicamente los entretenimientos que ofrecía Black Flag son los que vemos de nuevo en esta ocasión, así que la cacería para cosechar mejoras, la pesca o incluso la mejora de estructuras al más puro estilo de Assassin's Creed II vuelven a la carga en esta ocasión... Sólo hemos echado en falta las secuencias de buceo pero, claro... ¡cualquiera se da un chapuzón en esas aguas! Así pues hay mucho que hacer, pero casi todo está directamente reciclado de los distintos episodios de la IP que hemos ido viendo en los últimos tiempos.

Cambio de Bando

El Cazador Cazado

Como ya ha quedado claro, el respeto por el legado de Assassin's Creed IV es minucioso, sin embargo eso no significa que Rogue no aporte también su granito de arena en cuanto a novedades. ¿Qué fichajes trae el programa entonces? Detalles pequeños, pero relacionados con la climatología tan particular del área escogida para la ambientación. Por ejemplo los pequeños icebergs que flotan cuando estamos pilotando el barco nos van a resultar muy útiles para deshacernos de los buques más pequeños que serán arrastrados irremisiblemente por las mareas que forman estos grandes bloques de hielo al deshacerse en mil pedazos. Otros detalles tienen que ver con, por ejemplo, el hecho de que Shay no puede pasar mucho tiempo en el agua antes de comenzar a congelarse, hecho que se nos notificará con unos bordes de escarcha en los extremos de la pantalla, y también el factor de que ahora nosotros también podemos ser abordados por otros navíos.

Cambio de Bando

El escenario está dividido en hasta tres partes, separadas por un tiempo de carga, para una extensión algo menor que la que vimos en su momento en su predecesor. Eso supone también que la densidad de las cosas para hacer es mucho mayor, ya que todo está más concentrado. Lo más apasionante de esta decisión son los contrastes entre la climatología de unas áreas y otras, con mucha agua pero mucho más circunscrita a zonas más pequeñas con una renuncia obvia y premeditada a los grandes océanos que surcábamos en Black Flag y con también el gran titular de una gran urbe que retorna para ofrecer más cosas que hacer a pie.

Shay puede no ser un héroe demasiado carismático, pero protagoniza una historia con algunos dilemas realmente fascinantes.
Shay puede no ser un héroe demasiado carismático, pero protagoniza una historia con algunos dilemas realmente fascinantes.

Más interesante y sorprendente resulta el hecho de que, como buenos Templarios que somos, estaremos a menudo amenazados por otros Assassin. Estos son amenazas que están escondidas en el escenario y que, bajo la dirección de la inteligencia artificial, pueden acabar con nosotros si no estamos atentos. Pueden surgir en cualquier momento, y se nos notifica su presencia y cercanía con una serie de señales sonoras que nos emplazarán a utilizar la vista de águila y tratar de neutralizarlo antes de que se salga con la suya. Es algo parecido a lo que ofrecía el multijugador competitivo de antaño, con esa misma sensación de peligro y amenaza constante, aunque con menos interés y profundidad como es lógico. Una faceta on-line que, por cierto, ha desaparecido de Rogue, para sorpresa de muchos, y es que la fórmula del juego a través de internet estaba ganando muchas posibilidades y complejidad entrega tras entrega, y llama la atención que tanto Unity como el lanzamiento que nos ocupa hayan renunciado a cultivarla. Así mismo también hay algunas armas inéditas como dardos especiales y algunas de proyectiles para el protagonista, y también algunos fichajes para el buque, el Morrigan, aunque no queremos entrar en demasiados detalles para no estropear el factor sorpresa.

Sigue presente, por otra parte, el habitual desarrollo en paralelo de una historia ambientada en una edad moderna que vivimos en primera persona. Nuevamente toda esta sección está ambientada en las oficinas de Industrias Abstergo, y nos lleva de la mano por distintas instalaciones de la compañía. Como ya sucedió en Black Flag podemos profundizar todo lo que deseemos en esta parte del programa puesto que su desarrollo depende de nuestro interés por conocer documentación, detalles y curiosidades de la saga. Hay algunos minijuegos curiosos a modo de rompecabezas y, en general, una historia que a los fans de la franquicia les resultará fascinante desvelar y que enlaza muy bien con otros episodios de la IP como Unity.

Un Horizonte Conocido

¿Cuál ha sido el mejor protagonista de un Assassin's Creed? Todos los personajes de la franquicia nos han dejado grandes momentos. Probablemente el favorito más unánime sea Ezio por su carisma, sin embargo no hay que olvidarse del caribeño Kenway, del serio nativo americano Connor, tampoco del Altair que fue el encargado de abrir la saga ni del Arno con el que, por el momento, se cierra. Algunos solemnes, otros divertidos, otros enamorados... Lo único que está claro es que, cada uno a su manera, nos han permitido vivir con ellos algunas de las más fascinantes aventuras de los últimos tiempos.
Estirpe de Asesinos - ¿Cuál ha sido el mejor protagonista de un Assassin's Creed? Todos los personajes de la franquicia nos han dejado grandes momentos. Probablemente el favorito más unánime sea Ezio por su carisma, sin embargo no hay que olvidarse del caribeño Kenway, del serio nativo americano Connor, tampoco del Altair que fue el encargado de abrir la saga ni del Arno con el que, por el momento, se cierra. Algunos solemnes, otros divertidos, otros enamorados... Lo único que está claro es que, cada uno a su manera, nos han permitido vivir con ellos algunas de las más fascinantes aventuras de los últimos tiempos.

Las mismas sensaciones de familiaridad que se perciben en las partes jugables de Rogue son las que se extrapolan de su faceta puramente estética. La belleza y el nivel general de lo que vimos el año pasado en las consolas del anterior ciclo sigue manteniéndose a buena altura, con mención especial para esa variedad de telones de fondo de las que tanto se enriquece el programa. La dirección artística sigue siendo uno de los grandes baluartes de la saga, y se ve apoyada por un acabado en general en cuanto a modelados, texturas y el resto de elementos gráficos muy interesantes.

El aspecto, eso sí, de algunas cosas como los rostros, las secuencias cinemáticas y algunos otros elementos no está a la altura de lo visto en su predecesor, algo que evidencia el hecho de que el título ha contado con unos valores de producción menores a lo que suele ser habitual en la IP. El programa está, en líneas generales, mucho mejor acabado y más pulido que Unity; aunque eso no significa que no esté exento de algunos problemas ocasionales que, esta vez sí, son más tolerables dentro del contexto general de un videojuego de acción ya venturas en un mundo abierto.
En lo sonoro las conclusiones son parecidas. El doblaje está francamente bien, con el habitual buen nivel de todas las voces en nuestro idioma; aunque sí hay que matizar que la del protagonista es algo más plana... evidenciando incluso más su notable falta de carisma. La música tampoco parece particularmente inspirada, con incluso la recuperación de algunos temas emblemáticos de la serie, y los efectos cumplen.

Muy Bueno

Sin sello
Cambio de Bando

Assassin's Creed: Rogue

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Rogue es un notable videojuego que, sin embargo, está muy lejos de los habituales estándares de calidad de la saga. Aunque ofrece de nuevo todo lo que puede dar de sí la fórmula de Black Flag, lo cierto es que su fórmula es algo perezosa, poco inspirada y sin un atisbo de énfasis por innovar. Su variedad, generosa cantidad de contenidos y la diversión que depara son, eso sí, motivos suficientes para que los fans de la saga Assassin's Creed le presten atención.

Comprar Assassin's Creed: Rogue
  • Con su mezcla de combates navales, acrobacias y acción es difícil ser más variado
  • Muchos contenidos y distracciones. Y todo, en general, bien resuelto
  • Virtualmente idéntico a Black Flag, no aporta ninguna sorpresa
  • Falta chispa, no tiene momentos memorables ni misiones particularmente inspiradas
  • Renuncia a un multijugador competitivo que comenzaba a dar buenos resultados en los últimos años
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 10-14 horas (mínimo)
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