Terrible y casposo desde el punto de vista jugable, y feo hasta la exageración desde el visual. La segunda parte de Afro Samurai hace parecer a su original el Ciudadano Kane de los videojuegos. ¿Las claves de su secuela? Una narrativa irritante, ausencia total de cualquier rastro de diversión y unos escenarios que están, literalmente sin terminar. En definitiva, un escalofriante museo de los horrores.
La segunda parte de Afro Samurai se va a convertir en un videojuego memorable pero por absolutamente todas las razones equivocadas. Convertido, por méritos propios, en uno de los peores lanzamientos del año, el título de Redacted Studios nos hace preguntarnos qué ha pasado exactamente con esta simpática propiedad intelectual que nos brindó allá por 2009 una más que interesante primera parte. Absolutamente todo lo que se podía estropear con la secuela se ha torcido hasta extremos grotescos, convirtiendo su ¿disfrute? en un placer sadomasoquista trufado de interminables y soporíferas secuencias cinemáticas, de combates de una simplicidad insultante y de sonrojantes secuencias de plataformas.
La música es, de forma ocasional, el único elemento salvable y la única parte de redención que encontrarán en este atropello quienes se compren el videojuego engañados por su pasión por el manga de Takashi Okazaki y posterior anime en el que se inspira. El problema no es sólo que sus mecánicas son limitadísimas y están pésimamente implementadas, sino que además nada de lo que se nos cuenta tiene interés alguno. Su historia es la de un viaje para descubrir y vengar muertes cuando, en realidad, el único misterio que permite formularse Afro Samurai 2 es cómo se ha permitido su puesta a la venta.
Harakiri Jugable
Seis años después del lanzamiento de la puesta a la venta del primer Afro Samurai, firmado por Namco, tenemos una segunda parte que no hace ningún honor a su nombre. Sin salirse del tiesto ni ofrecer una calidad desbocada, la primera parte ofrecía algunas cosas interesantes y hacía honor a su nombre con una historia que respetaba su referencia, y que se podía seguir con más o menos interés. En esta ocasión su segunda parte es un formidable atropello que, por si fuera poco, amenaza con seguir prolongando el daño creado a la franquicia al dividirse en tres episodios. Esto, señores, literalmente no ha hecho más que comenzar.
En primer lugar los responsables de este Revenge of Kuma le han dado enorme importancia a la parte narrativa, pero lo han hecho de la forma equivocada. Gratuitamente salpican la acción constantemente de vídeos de todo tipo, imposibilitando que la jugabilidad se desarrolle de una forma fluida, y logrando el efecto contrario puesto que entorpecen el escaso disfrute que el programa sería capaz de brindarnos. Para contarnos el guión utilizan tres herramientas: en primer lugar CGIs bastante estáticas en las que la cámara se mueve sobre modelados fijos, en segundo otras secuencias hechas con el motor gráfico del título y, en tercer lugar, viñetas estáticas de un diseño muy bueno que homenajean la referencia manga de la marca. Lamentablemente todos los intentos de explicarnos la historia fracasan de manera miserable, para empezar porque lo que se nos cuenta es un tedioso y rutinario ejercicio de venganza, y para continuar porque está lleno de monólogos pretenciosos e interminables que no llevan a ninguna parte. Algunos objetivos a cumplir son francamente risibles, como el de un capítulo que dice algo así como “Confronta el dolor de la pérdida de un ser querido” y nos tiene paseando entre espectros durante más tiempo del deseable, y en líneas generales la campaña individual es un desastre incomprensible y del que hay poco bueno que decir.
En ocasiones resulta difícil que el control responda adecuadamente y a tiempo a nuestras órdenes
Por si fuera poco, a menudo hablamos de la inteligencia de los estudios al crear secuelas que, incluso cuando dependen estrictamente de lo acontecido en juegos precedentes, tienen fundamentos y abundantes explicaciones para satisfacer también el conocimiento de quienes son nuevos. A nadie le gusta cerrarse puertas en cuanto a ganar un nuevo público, ¿verdad? Pues esta noción tan básica ha sido completamente ignorada por los debutantes chicos de Redacted Studios. Es del todo imposible entender la historia de Afro Samurai 2 si no conocemos el manga o si no hemos, como mínimo, terminado el juego anterior. No es que sea grave porque el argumento es tedioso, pero ya que vamos a pasar tanto tiempo viendo vídeos qué menos que entenderlos.
Así pues el modo historia, única oferta del programa, está dividido en una serie de capítulos que podemos superar en un par de horas. Cada uno de ellos suele tener tramos de cuatro o cinco minutos de juego separados por vídeos, y siempre son o de plataformas o de combates (en su mayoría estos últimos). Los saltos y las acrobacias se resuelven tan mal como el resto de facetas del lanzamiento, sólo que aquí quedan más de manifiesto porque se nos pide una precisión en los movimientos que vamos a ser incapaces de reproducir. Las secciones de escalada no son nada inspiradas, y a menudo los controles sencillamente no responden, lo que puede provocar caídas imprevistas que den al traste con nuestros progresos.
La misma falta de exactitud queda patente en los combates, donde en ocasiones resulta difícil que el control responda adecuadamente y a tiempo a nuestras órdenes. Esto en la mayor parte de la aventura no supone mayor problema puesto que el desafío es escaso, sin embargo en la recta final sí es más desafiante y algunos de los últimos combates pueden tornarse en verdadera pesadilla. Para llegar a ello disponemos de una mecánica bastante sencilla e insatisfactoria, que se basa únicamente en bloquear en el momento oportuno los ataques de los adversarios y atacar con el otro botón. Aparte de esto hay hasta tres vertientes de tipo de lucha que podemos alternar con la cruceta en función de las circunstancias que requiera el tipo de enemigo al que debemos hacer frente, sin embargo las diferencias entre ellas son nimias más allá de ejecuciones y algún detalle más, y sólo obtenemos la totalidad de ellas en la recta final del programa… Cuando ya es demasiado tarde para aportar algo de variedad.
Para valorar lo insuficiente del apartado gráfico basta con echar un vistazo a las capturas de pantalla que acompañan al análisis o el Gameplay Comentado. Las capacidades del motor gráfico son pobres y, por otro lado, el apartado artístico no hace ninguna justicia a la brillantez de los personajes en el manga/anime. Los escenarios son perezosos y repetitivos, los modelados de los seres que los moran también reiterativos y poco detallados, y el acabado provoca atascos inesperados del personaje entre cualquier elemento de repetición (rocas, vallados, precipicios…) y muchos saltos acaban con éste flotando por la pésima implementación del motor de colisiones. Por el camino, así mismo, hemos sufrido de aparatosas salidas al escritorio en la versión PC.
En términos de audio la banda sonora no está nada mal en cuanto a los propios temas, rap sin mayores complicaciones. El problema, como con todas las escasas cosas positivas del programa, es que hay un reverso negativo para todo, y en este caso es el hecho de que las canciones brillan por su escasa variedad y acaban siendo repetitivas hasta el dolor de cabeza. Por otra parte las voces no están mal si hablamos del narrador y algunos secundarios, aunque algunas otras en zonas puramente in-game suenan absurdamente enlatadas. Quizá es el efecto empleado para emular hablar detrás de una máscara de un personaje, de manera fallida, pero desde luego en su formato actual exhiben una falta de medios tremenda y cuyo estilo envasado se repite en muchos otros personajes. Lo mismo podemos decir de los efectos de audio, muy escasos en diversidad, igualmente pobres en calidad, y casi siempre fatalmente mezclados en cuanto a volúmenes.
Afro Samurai 2 comete prácticamente cualquier error imaginable y denota escaso cariño por la IP a la que pertenece. Mal terminado, de dudoso gusto y aburrido desde el punto de vista narrativo y jugable, es difícil encontrar elementos rescatables de un videojuego tan triste a todos los niveles. Una pésima y sorprendentemente mal ejecutada secuela de un original de 2009 que, al contrario que su continuación, no estaba nada mal.
- En poco más de un par de horas podemos acabar con el sufrimiento
- En lo jugable no aporta nada, y no hay una sola dinámica bien implementada
- La historia es pobre y mal contada. Se convierte en un tostón de proporciones bíblicas
- Escenarios horripilantes, diseño de personajes de mal gusto… Feo hasta decir basta
- Uno de los juegos peor terminados y menos pulidos que han pasado por redacción
