Análisis de Star Ocean Integrity & Faithlessness. Un océano de estrellas sin brillo

Análisis de Star Ocean Integrity & Faithlessness. Un océano de estrellas sin brillo
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Square Enix vuelve a transportarnos a las estrellas con Star Ocean: Integrity and Faithlessness, una aventura de rol con mucho potencial pero tristemente lejos del nivel de calidad esperado. La espectacularidad de sus batallas ayuda a mejorar las sensaciones con el videojuego, pero como os contamos en este análisis, lo pobre de su argumento y simpleza de las misiones lo aleja de la grandeza.

Alzamos la mirada a los confines del universo con la ilusión del que espera encontrarse con una gran aventura de rol digna del legado Star Ocean, pero la triste realidad es que ese mar de estrellas que lo nuevo de Square Enix dibuja ante nuestros ojos está lejos de brillar con la intensidad esperada. Ni tan siquiera se acerca a ello; y parte de culpa la tiene un argumento pobre, demasiado simple y estereotipado, que no logra emocionar. Su punto de partida es bueno, no así original, y aunque cuenta en su haber con algunos personajes de gran interés como la hechicera Fiore Brunelli o el mujeriego Emmerson T. Kenny, cuesta horrores simpatizar con el variopinto grupo de héroes que pone a nuestro cargo y la misión a la que se enfrentan.

Le falta fuerza, emoción, intensidad... y le falta sobre todo épica. Sorprende, y no de manera positiva, que un equipo con la veteranía de tri-Ace haya fracasado en su intento de crear un relato capaz de dejarte pegado a los mandos de la consola. Ya el antecesor de Star Ocean: Integrity and Faithlessness pecó de algo parecido: abusaba de los clichés, de repetir mil y un estereotipos ya conocidos por todos los fans del rol japonés; pero al menos era una aventura colosal. Viajabas de un planeta a otro para hacer frente a una amenaza terrible para todo el universo. Nada de eso encontraréis aquí; o no al menos a esa escala. Que tampoco tendría por qué ser negativo. Nos gusta la apuesta por un relato algo más personal, más intimista; pero te das cuenta que el videojuego falla de forma estrepitosa cuando no sientes pena alguna por las desgracias a las que hacen frente los héroes. Casi que te da igual.


Grandes promesas, poca emoción

Por desgracia esta simpleza argumental se traslada al propio desarrollo de la acción. Las misiones son planas, poco inspiradas, con un diseño de mazmorras igualmente discreto que no aporta novedades al género, ni tampoco ofrece desafíos en forma de puzles o una mayor exploración. Demasiado lineales, se vuelcan únicamente en unos combates que sí, son bastante espectaculares y frenéticos, pero a la larga también terminan por resultar algo frustrantes debido a principalmente a la deficiente inteligencia artificial de enemigos y aliados.

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La acción tiene lugar entre los acontecimientos del segundo y tercer Star Ocean. Pese a ello, no necesitas haberlos jugados para disfrutar del argumento.
La acción tiene lugar entre los acontecimientos del segundo y tercer Star Ocean. Pese a ello, no necesitas haberlos jugados para disfrutar del argumento.


Suelen reaccionar con cierta lógica… hasta que dejan de hacerlo. Amigos y enemigos, no importa. Todos ellos presentan algunos comportamientos dignos de estudio. Véase el caso de los especialistas en la lucha a distancia, o ¡incluso nuestra sanadora!, que tienden una y otra vez a enzarzarse en el combate cercano; que corren como pollo sin cabeza a correr de un lado para otro alrededor de enemigos capaces de tumbarles con un par de golpes. Es dramático. Y lo es porque no aprenden.

Aunque cada uno de los siete héroes está especializado en un estilo de combate muy concreto, basados todos ellos en los arquetipos clásicos del género, uno de los grandes aciertos de este nuevo Star Ocean tiene que ver con los llamados "roles", que desempeñan un papel similar al de los gambit del clásico Final Fantasy II. Son instrucciones, órdenes que damos a nuestros personajes para que durante las batallas actúen siguiendo ciertos patrones estratégicos como, por ejemplo, atacar a los enemigos debilitados, dar prioridad a curar estados alterados o resucitar a los caídos, abusar de las habilidades especiales, o tal vez guardar la energía para otra ocasión.

Tiene un argumento demasiado estereotipado, que no logra emocionar

Con cerca de cien opciones entre las que elegir, podemos asignar hasta cuatro de estos roles a cada personaje, que además se beneficiará de ciertas mejoras pasivas que aumentarán conforme aumente nuestra maestría en estas lides. Nos gusta; especialmente por la gran libertad de acción que brinda, pues en todo momento puedes reconfigurar el sistema para adaptar a tus héroes a una nueva situación de combate como puede ser el enfrentamiento a un jefazo. ¿El problema? Lo dicho anteriormente. Aunque sobre el papel la idea es genial, y ciertamente héroes y villanos suelen actuar con lógica, hay momentos de la partida en los que la inteligencia artificial se va de paseo y toca gestionar, casi de forma individualizada, las habilidades especiales de cada héroe. Y no está el videojuego pensado para ello.

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Acción intensa; también caótica

En la línea de sus antecesores, Integrity and Faithlessness apuesta por unas batallas en tiempo real donde importa el cuándo y cómo atacamos, esto es, si usamos golpes débiles o fuertes; desde dónde lo hacemos, próximos al objetivo o a cierta distancia, y cómo nos defendemos de las acometidas enemigas, ya sea con movimientos de evasión o con bloqueos, que en caso de ejecutarlos en el momento preciso nos permitirán contraatacar. También contamos con una amplia variedad de habilidades especiales, distintas dependiendo del rol que desempeñe cada personaje, que bien podemos activar pausando la acción para escoger de entre una larga lista, o bien asignando dos de estas, las más recurrentes, a los botones del DualShock 4: bastará con mantener pulsado el botón para hacer uso de ellas. Fácil y rápido.

En los tablones de anuncios encontraremos las misiones secundarias. Ofrecen experiencia, equipo y nuevas especializaciones, pero las tareas que proponen son bastante sosas.
En los tablones de anuncios encontraremos las misiones secundarias. Ofrecen experiencia, equipo y nuevas especializaciones, pero las tareas que proponen son bastante sosas.


Todo esto es genial, aunque hay un pero. Hay muchas posibilidades estratégicas, grandes opciones… que tristemente no se aprovechan debido al caos que impera en la lucha. Vaya por delante que nos encanta la intensidad con la que se desarrollan los combates en este nuevo Star Ocean, donde ni tan siquiera encontramos transiciones entre la exploración y las batallas en sí, es decir; al entrar en contacto con unos enemigos que siempre vemos en pantalla, no hay tiempos de carga ni pausa alguna. La acción es inmediata, cosa que aplaudimos. El problema es que este mismo caos dificulta mucho el que podamos discernir cuándo atacar y cuándo defendernos; si golpear con fuerza, lo que rompería la defensa de los rivales, o hacerlo rápido y veloz, a costa de sufrir un bloqueo y su consiguiente contraataque.

Dar el control a la inteligencia artificial facilita las cosas, y es lo suyo, pero obviamente también quieres jugar ya sea en la piel del protagonista principal, Fidel Camuze, o en la de cualquiera de sus aliados, a los que podemos dirigir en cualquier momento durante la batalla. No hay impedimento alguno. Así que sí. Las explosiones, las luces de colores, los personajes saltando por los aires de aquí para allá… de verdad que nos encanta este espectáculo pirotécnico, pero a veces puede ser demasiado frustrante. Encontramos aquí lo mejor y lo peor reunido en un mismo espacio de juego, y es una lástima.

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Es una aventura de rol discreta, con grandes ideas y mucho potencial, pero que está lejos de alcanzar el nivel de sus antecesores

La libertad de personalización y las muchas opciones estratégicas que brinda el sistema de roles, sumado a la propia intensidad de los combates, emocionarían a cualquiera. Nosotros lo estábamos durante las primeras horas de juego, pero la ilusión fue dando paso a la decepción. Aun cuando la acción se vuelve interesante, y esperas lo mejor, siempre encuentras algo que termina por estropearlo todo. Véanse por ejemplo esas misiones en las que debes velar por la seguridad de un personaje. Son un dolor de muelas. Todos los enemigos, en cuestión de segundos, atacando a esa persona en concreto. Y muere. Y tú te cabreas. Más cuando descubres que habías salvado la partida mucho antes, y ahora debes volver a ver cinemáticas, escuchar diálogos, sin opción de saltártelos. Tiempo perdido. Lo que sorprende en un videojuego que hace tanto por agilizar el ritmo de la acción. Y es que no tiene sentido.

Hay un momento concreto de la aventura en la que tras completar una misión vuelves a una posada como anticipo de una gran batalla. Incomprensiblemente la opción de guardar partida está bloqueada. Imaginaos morir en ese momento. A nosotros nos pasó. Y no una sola vez. Además, esa es otra, Star Ocean: Integrity and Faithlessness no destaca precisamente por la espectacularidad de sus cinemáticas; más bien son discretas y no hay tantas como cabría imaginar de una aventura de rol japonesa.

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Una historia con poca emoción

Si antes destacábamos que no hay transiciones entre exploración y combate, casi que ocurre lo mismo al hablar de las secuencias de vídeo. La mayoría forma parte de la propia aventura, permitiéndonos movernos por la escena y controlar la cámara. Nos parece bien, aunque esto tiene una pega: hay situaciones que pierden toda la fuerza dramática, que no llegan a emocionar porque asistes a esas escenas como un espectador lejano. Aunque luego las cinemáticas en sí tampoco brillan especialmente por sus altos valores de producción. Hay algunas espectaculares, otras son directamente aburridas; se alargan innecesariamente y no aportan nada a una historia que, ya lo decíamos antes, es bastante floja.

No podían faltar. Hay mazmorras especiales donde enfrentarse a enemigos más poderosos a cambio de obtener también suculentas recompensas.
No podían faltar. Hay mazmorras especiales donde enfrentarse a enemigos más poderosos a cambio de obtener también suculentas recompensas.


Cuando encuentras a la joven Relia a las pocas horas de juego la cosa promete, pues además la forma en la que tri-Ace combina fantasía con ciencia ficción está bien llevada. Luego el argumento cae en los típicos clichés del género, y casi que no se levanta de ahí salvo en contadas ocasiones, en las que sí plantea temas de gran interés. Los diálogos, la historia tras cada uno de los héroes a los que guiamos, la propia excusa que les lleva a pelear por esa niñita con, qué raro, problemas de amnesia… aunque lo hemos intentado y en todo momento esperábamos encontrarnos con esa épica propia del universo Star Ocean, lo cierto es que nos hemos quedado con ganas de mucho más.

No ahondaremos en detalles para no destriparos el argumento, pero sí hay aspecto que han terminado por cansarnos. Uno de ellos tiene que ver con el abuso de los paseos de aquí para allá a través del planeta Faykreed. Te mandan a una aldea, y de allí a otra, para terminar volviendo al punto de partida, y de allí de nuevo a la capital de tu nación. No hay emoción en las misiones que plantean ni en cómo rellena los huecos entre una tarea y otra. Es siempre lo mismo. Ir de un punto a otro, acabar con varios enemigos, y volver sobre tus pasos. Las misiones secundarias son incluso peores. Insípidas como ellas solas. Por no mencionar las que buscan darnos a conocer a los héroes.

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La idea a priori es buena. Llegas a una ciudad y ordenas a los tuyos que vayan a disfrutar de su tiempo libre; la excusa perfecta para que Fidel Camuze "cotillee" y se entere de sus secretos, que entienda por qué son como son. Normalmente estas tareas no pasan de ahí, simple información, pero algunas de estas permiten desbloquear nuevos roles. Y así durante las cerca de 20 horas que os llevará completar la historia principal, o las casi 40 que dedicaréis al juego si exploráis todos sus contenidos. Menos de las habituales en esta clase de obras, pero viendo la ligereza de su argumento, tampoco nos parece mal.

Al final, Star Ocean: Integrity and Faithlessness es una aventura de rol discreta, con grandes ideas y mucho potencial, pero que está lejos de alcanzar el nivel de sus antecesores. Ni en lo argumental ni en lo jugable brilla como esperábamos; tampoco así en lo audiovisual. El diseño de personajes a cargo del famoso Akira Yasuda está muy bien, pero los escenarios, aun siendo muy variados entre sí, denotan una cierta sensación de vacío y diseño genérico que empobrecen el resultado. Nada que ver con la vistosidad de las batallas, en algunos momentos realmente espectaculares.

En cuanto a la banda sonora, esta ofrece una buena variedad de temas que casan perfectamente con el tono del videojuego: hay melodías cañeras que acompañan perfectamente los momentos de acción con otras más pausadas, que evocan ese tono épico que ansiábamos y no hemos encontrado. Además, el videojuego llega con los textos en inglés, lo que dificultará todavía más el pleno disfrute de la obra a aquellos que no se entiendan especialmente bien con el idioma de Shakespeare.

Discreto

Sin sello
Un océano de estrellas sin brillo

Star Ocean: Integrity & Faithlessness

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Esperábamos grandes cosas de esta aventura de rol, pero la triste realidad es que el nuevo Star Ocean no está a la altura del legado de esta veterana franquicia. Falla en aspectos clave como el argumento, poco original y carente del tono épico que esperas de esta saga, o el sistema de combate, que si bien es bastante divertido, no alcanza su grandeza a causa de una deficiente inteligencia artificial. Puedes pasar buenos ratos con este videojuego, pero es difícil no sentirse decepcionado.

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  • Un sistema de combate emocionante y por momentos espectacular
  • La personalización de los héroes. El sistema de roles es todo un acierto
  • Fantasía y ciencia ficción. El universo Star Ocean siempre es atractivo
  • Pobre en lo argumental y demasiado simple en el diseño de las misiones
  • El caos de las batallas dificulta que puedas actuar con precisión
  • La inteligencia artificial. Es irregular, y eso provoca frustración en los combates
Jugadores: 1
Idioma: Textos en inglés y voces en japonés / inglés
Duración: 20-40 horas
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