Tras unas semanas apasionantes en cuanto a RTS clásicos de calidad en Pc, la emblemática saga Codename Panzers vuelve a la carga. Con Cold War se modifica el escenario, pero se sigue manteniendo de forma inquebrantable sus virtudes jugables. Cambiando Segunda Guerra Mundial por Guerra Fría: tanques, aviones, helicópteros e infantería siguen recorriendo los campos de batalla con idéntica sed de sangre.
Por fortuna en cosa de un mes tenemos las tiendas llenas de lanzamientos de estrategia para Pc de una calidad asombrosa, con títulos de la talla de Warhammer 40.000: Dawn of War II o Empire: Total War. Tristemente esto hace que otros videojuegos más pequeños en comparación pasen desapercibidos para el grueso de los aficionados.
Ese es precisamente el caso de la última entrega de las prestigiosas series Codename Panzers que, lamentablemente, quizá hubiera tenido una mayor repercusión encuadrado en cualquier otro mes del año. Estas circunstancias ajenas al videojuego que rodean su lanzamiento no deben distraernos de lo que, en realidad, es Cold War; un videojuego de estrategia potente, serio y con la autoridad tradicional de la franquicia totalmente intacta.
La Importancia del Prestigio
Cold War cambia drásticamente el escenario de la Segunda Guerra Mundial por el de la Guerra Fría que le da nombre, y nos propone un contexto histórico ficticio y paralelo a la realidad, en el que el combate entre rusos y norteamericanos sí llegó a producirse.
Cuatro años después de los sucesos de Panzers II, Berlín se convierte en el epicentro de un gigantesco conflicto entre occidente y la Unión Soviética. En la mayor parte de las 18 misiones de la campaña individual del nuevo Codename Panzers encarnaremos a la OTAN, aunque en determinados momentos del modo historia interpretaremos a los soviéticos.
En Cold War, por primera vez en la saga, toda la gestión se realiza en base a lo que el propio videojuego denomina como Puntos de Prestigio, que no es ni más ni menos que la moneda de cambio que se utiliza en el videojuego para adquirir o reparar las tropas. ¿Cómo se obtiene? Tan sencillo como acabar con enemigos, cumplir misiones o capturar los puntos de control o Banderas de Prestigio.
Esto va en una línea continuista con algo que está ganando peso en la estrategia de la actualidad, la minimización de la importancia de los recursos. Los RTS más innovadores se apuntan a una línea cada vez más táctica, donde los aspectos de macrogestión pierden peso a pasos agigantados para conceder a la microgestión el compromiso decisivo del desarrollo de las tropas.
Así pues las unidades en Cold War pueden ser mejoradas con diferentes pertrechos. Una de las decisiones tácticas más importantes, de hecho, es la de equipar con unos elementos u otros un vehículo, pues potencia sus características en diferentes direcciones que deberemos tomar en consideración. Un carro blindado de tipo APC, por ejemplo, puede ser mejorado con la capacidad de reparar otros vehículos que estén a su alrededor, la de convertirse en carro blindado, ser efectivo contra ataques aéreos o contar con un camuflaje que le permita pasar desapercibido a distancia. Cada una de estas mejoras tiene su lógico coste en Prestigio para todas las tropas, de modo que una unidad muy mejorada no sólo es un arma decisiva a nuestro favor, sino que al mismo tiempo debe ser conservada con mimo por la inversión que ha supuesto.
Todo estos aspectos de producción “al vuelo” repercuten en que el videojuego gane muchísimo en velocidad con respecto a lanzamientos anteriores de la saga. Aquí el frenetismo es absoluto, y el imparable ritmo al que podemos mejorar unidades y capturar puntos para ganar prestigio se acaba convirtiendo en la mejor motivación para mantener al jugador en vilo durante toda la partida desde el primer minuto de ésta.
Retrato de Guerra
A pesar del título del videojuego la infantería tiene en esta ocasión tanto peso como en entregas anteriores, o incluso más. Y es que para hacerse con la victoria en un Cold War tan importante es contar con un escuadrón de blindados como el hacerlo también con un apoyo de infantería adecuado. Las unidades de a pie no sólo son escurridizas y razonablemente resistentes, sino que en algunos casos tienen un poder de destrucción verdaderamente masivo, y además son fáciles de curar y atrincherar. Las coberturas tienen un peso esencial en los soldados en Codename Panzers, y tienen un funcionamiento similar al que hemos visto en otros grandes de la estrategia en tiempo real como Company of Heroes o Dawn of War. Cuando un destacamento de nuestras tropas esté a cubierto tras algún elemento del escenario, aparecerá sobre sus cabezas un símbolo con forma de escudo gris, y para saber dónde podemos guarnecerlos del fuego enemigo nos guiaremos por idéntico símbolo en el puntero del ratón al pasar por encima de los lugares que se presten a ello.
Entre las unidades de infantería más importantes se cuenta el pelotón paramédico, gracias al cual podremos curar a las unidades aliadas sólo con pinchar sobre ellas. Lo más importante, sin embargo, hace referencia a los jefes de pelotón de las unidades de infantería, uno de los elementos decisivos del programa. Gracias a este personaje no sólo contaremos con comandos más duros a sus órdenes, sino que también podremos crear estructuras en tierra en función del tipo de unidad al que pertenezca. Así, por ejemplo, un jefe de pelotón de los mencionados paramédicos podrá erigir un puesto médico con el que curar a las unidades cercanas de forma rápida y eficaz.
Todos estos detalles no son únicamente desequilibrantes en la campaña individual, sino que también cuentan con un peso específico fundamental en el multijugador. Precisamente aquí contamos con las opciones de disfrutarlo por IP, en modo LAN, o a través de Internet mediante GameSpy, siempre para hasta 8 jugadores. Las modalidades de las que disfrutaremos son Dominación, En Equipo y Misión MJ.
En Dominación, por ejemplo, el mapeado nos ofrecerá una serie de puntos diferentes que debemos capturar o proteger del enemigo. Aquí encontraremos una gran variedad de instalaciones entre las cuales destacarán, por ejemplo, fábricas en las que convertir los puntos de prestigio en unidades mecanizadas, emisoras de radio con las que pedir refuerzos o banderas mediante las cuales ganar prestigio. Algunas de estas construcciones aparecen ya en nuestro poder desde el comienzo al estar situadas en nuestra base, otras deberemos tomarlas capturando los puntos neutrales, mientras que el resto deberemos robárselas al oponente.
Trabajo en Equipo no merece mayores explicaciones, puesto que se trata de la clásica modalidad que basa la victoria en la efectividad del tándem con otros jugadores, y contando únicamente con el ejército con el que partamos desde el inicio. Equipo MJ, por último, nos plantea un desafío eminentemente cooperativo para 2, 3 o 4 jugadores, que se enfrentarán contra la IA en una serie de objetivos comunes que dependen del mapa.
Nombre en Código: Guerra Fría
El videojuego a nivel visual es el más avanzado de la saga gracias en buena parte al empleo del motor Gepard 3, sin embargo esto no es óbice para considerar a Cold War un videojuego meramente notable en los estándares actuales de la estrategia.
En el aspecto más puramente gráfico el videojuego hace los deberes. El modelado de las diferentes unidades de infantería y vehículos está cuidado, con unas animaciones bastante aceptables. Los escenarios también cuentan a sus espaldas con un nivel de detalle alto, texturas definidas y sombras y efectos trabajados con un mimo bastante razonable.
La física es, sin embargo, uno de los aspectos que más ha avanzado con respecto a episodios precedentes de Codename Panzers, y es que parece ser uno de los factores a los que más atención se ha prestado desde Stormregion. Los escenarios son plenamente destructibles, lo cual enriquece muchísimo la experiencia jugable, y éstos se vienen abajo o vuelan por los aires con un realismo bastante bueno.
Por otra parte en términos de optimización el videojuego resulta bastante discreto, y en general demasiado exigente para lo que en realidad ofrece. En el equipo de pruebas de redacción AMD X2 4200+, 8800 GT 2Gb de Ram, hemos podido “mover” el título con casi todas las opciones al máximo, y con una tasa de imágenes por segundo tremendamente respetable en los momentos de calma. En los combates, sin embargo, el frame rate se resiente de forma brutal en los momentos de mayor frenesí en pantalla. Un defecto importante en un título de estas características.
De igual modo si tenemos problemas con las configuraciones visuales que el título incluye por defecto, también tenemos acceso a las opciones avanzadas en las que podremos pormenorizar el rendimiento en base a una larga serie de valores. Aquí se nos brinda la oportunidad de alterar la resolución como aspecto más genérico, y pasar a detallar abundantes elementos como la calidad de las sombras, el detalle de texturas, o el tipo de filtros y, además, la presencia o no de sombras de nubes, reflejos, huellas, luces dinámicas, etcétera. El título, por si fuera poco, cuenta también con tres barras con las que medir el detalle de los efectos visuales, así como el nivel de física, y el número de soldados que morirán en pantalla al mismo tiempo empleando técnicas de Rag-Doll.
En el aspecto sonoro el videojuego hace un buen trabajo. Los efectos de audio cumplen su cometido a la perfección y la música hace los deberes con discreción. El doblaje de las voces durante el juego no está localizado al español, aunque los textos sí están en nuestro idioma.
Codename Panzers: Cold War es un buen juego de estrategia al que sólo le ha faltado algo más de chispa y carisma para estar a la altura del resto de entregas de la saga. La magia desaparece y gana peso la velocidad, pero siguen presentes los abundantes contenidos y la propuesta seria y de calidad que siempre ha caracterizado a la franquicia.
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