Análisis de DriveClub Bikes. Motos sociales

Análisis de DriveClub Bikes. Motos sociales
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No es algo nuevo. Cuando una serie de videojuegos de coches quiere proponer una experiencia renovada, la solución pasa por quitar dos ruedas. Las motos llegan a DriveClub con un contenido cargado de nuevas pruebas y, sobre todo, la increíble sensación de velocidad que poseen estos vehículos. Nos ponemos el casco más social, el de DriveClub Bikes.

Aseguran que ha sido muy difícil mantenerlo en secreto, esperar hasta el mismo día de lanzamiento para anunciarlo. Los desarrolladores de Evolution Studios se muestran como unos auténticos entusiastas de las motos, y no hay razones para que nos estén mintiendo. Ya las introdujeron en la serie MotorStorm, aunque se trataba sobre todo de modelos off-road. Ahora nos descubren su percepción sobre la velocidad en asfalto a dos ruedas, tratando de recrear el espíritu de las carreras "superbike".

Como ocurrió con Driveclub, este nuevo contenido pretende ser accesible y divertido, sin centrarse tanto en reflejar una conducción más o menos realista. De hecho, DriveClub Bikes se acerca mucho a la sensación arcade, con motoristas que colisionan como si nada, motos que ni se inmutan al tocar una valla o que directamente no incluyen secuencias de animación para caernos de la moto (si vamos muy deprisa y nos chocamos, aparece un fundido a blanco con la moto ya reposicionada en la pista).

No es por ello un peor videojuego, y se nota que es así por decisión propia de los desarrolladores, para evitar frustraciones. Esto no es simulación, y nunca pretendió serlo. Más bien, busca la diversión inmediata, que te pongas a los mandos y te hagas con el manejo de tu moto, pero que al mismo tiempo te cueste tiempo dominarla al cien por cien. La sensación de velocidad es a este respecto excelente, y hemos notado un mayor dinamismo en las carreras, con más facilidad para los adelantamientos y cambios de posición.


DriveClub se sube a las motos

Se trata de una experiencia de conducción diferente y, como tal, se encuentra separada de la vertiente de coches a través de un menú de selección en la pantalla principal. Eso sí, en realidad se conservan muchas cosas: interfaz, opciones, circuitos, desafíos… Es DriveClub pero llevado al mundo de las motos, con sus particularidades de conducción y vistas desde las que seguir la carrera, incluida una que nos mete en el casco del piloto.

El cambio de posición es frecuente durante las carreras, ganando y perdiendo la posición de forma continua.
El cambio de posición es frecuente durante las carreras, ganando y perdiendo la posición de forma continua.


Esta cámara no sólo es buena para ponernos a prueba por su increíble sensación de velocidad y ver cómo caen las gotas sobre nuestra visera, sino también para contemplar el panel de mandos de las 12 motos disponibles. Tenemos las principales marcas: Honda, Yamaha, Kawasaki, Ducati… pero lo que más destaca es que cada modelo dispone de sus propios atributos en términos de manejo y velocidad. Y es algo que se siente a los mandos. Las hay más rebeldes y las hay más asequibles.

No es coincidencia que a medida que progresamos el reto no venga tan impuesto por los trazados como por la propia moto que manejamos. Esto lo descubrimos enseguida con el Modo Tour, cuya estructura es idéntica a la que ya conocíamos en el caso de los coches, aunque con unos números ligeramente reducidos, pero aún así potentes. Tenemos más de 40 pruebas y 162 estrellas a desbloquear mediante objetivos como acabar en el podio, batir un tiempo o realizar un caballito. Llega un punto en que resulta más complicado seguir avanzando, con lo cual no es ni mucho menos un paseo… y se agradece.

Motos sociales


La sensación de velocidad es excelente, y hemos notado un mayor dinamismo en las carreras

Sobre las pruebas tenemos sensaciones encontradas. Ningún reproche sobre los emplazamientos (Escocia, Noruega, India, Japón…). Son todos bellísimos, ofreciendo una variedad paisajística envidiable, pasando del día a la noche, con la lluvia sorprendiéndonos en alguna que otra carrera. La lluvia no afecta demasiado a la conducción, pero está ahí, nos hace resbalar puntualmente y como elemento estético es formidable. Sin embargo, las pruebas arriesgan poco, con las clásicas carreras y contrarrelojes.

Lo único que se sale de la norma son las pruebas de habilidad, pequeños recorridos con tramos que nos invitan a hacer el caballito, el caballito invertido o en pasar a toda velocidad por un determinado punto. Fue un aspecto que ya criticamos en DriveClub: la escasa variedad. Por desgracia, sigue vigente. Eso sí, tiene otras cosas interesantes, como nuevos trofeos (no son poco numerosos) y una personalización que permite modificar nuestra moto y piloto, incluyendo uniforme y casco.

Las carreras durante la noche son emocionantes y muy vistosas, con el impacto de los faros sobre la carretera, así como las chispas que saltan de nuestra moto.
Las carreras durante la noche son emocionantes y muy vistosas, con el impacto de los faros sobre la carretera, así como las chispas que saltan de nuestra moto.


Pero lo mejor de DriveClub Bikes sigue siendo lo mismo que en el caso de los coches: la comunidad. La oportunidad de generar nuestros propios eventos hace que la diversión se prolongue en el tiempo. Tal vez el Modo Tour nos lleve entre 4-6 horas completarlo, pero obtener todas las estrellas y, principalmente, participar en la comunidad (incluyendo la formación de clubs) es algo que nos proporciona una duración incalculable.

Esto también lo decimos por la variante multijugador, que admite hasta 12 participantes en pista. Poco que añadir sobre este punto, con una serie de eventos (principalmente carreras de equipos) que se nos van presentando y en los cuales podemos escoger si entrar o esperar al siguiente. Tal vez debido a que el lanzamiento se ha producido muy recientemente, en este momento no hay muchos jugadores y no es tan fácil llenar las partidas.

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En cualquier caso, un contenido interesante que se puede adquirir por separado sin necesidad de poseer el videojuego DriveClub (en ese caso cuesta 20 euros). Si ya lo tenemos, el desembolso es menor (15 euros). Lo mejor de esto es sin duda que se nos dan opciones para jugarlo, convirtiéndose en un título atractivo tanto si quieres prolongar la experiencia DriveClub como si eres un apasionado de las dos ruedas.

Bueno

Sin sello
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DriveClub Bikes

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Las motos llegan a DriveClub con un contenido que propone más pruebas y la renovada experiencia que supone conducir estas veloces máquinas. No obstante, también repite los errores del anterior, como la poca variedad de pruebas. La falta de ambición queda más patente con DriveClub Bikes, pero aún así supone una gratificante propuesta para añadir más horas a nuestra aventura con este exclusivo para PS4. Especialmente recomendable para los que se quedaran con ganas de más y moteros en general.

  • Fácil de controlar pero difícil de dominar
  • Cada moto presenta un comportamiento distinto, añadiendo dificultad
  • La sensación de velocidad está muy bien recreada
  • Como en DriveClub, la variedad de pruebas es bastante escasa
  • Se echan de menos más elementos diferenciadores
Jugadores: 1-12
Idioma: Textos en español
Duración: Incalculable
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