Fallout 3 disfrutó de muchas expansiones y éstas fueron, en general, de muy buena calidad. Para la siguiente entrega de la saga RPG postapocalíptica de Bethesda, el estudio prometió volcarse en ofrecer grandes cosas. En este análisis de Fallout 4: Far Harbor te contamos si han estado a la altura de la promesa, y es que pagar 25 euros por un DLC no es ninguna tontería. ¿Merece la pena?
Bethesda decidió ampliar notablemente los contenidos de las expansiones de Fallout 4 y, con motivo de ello, aumentó su precio. Una decisión que, como es obvio, sembró una importante polémica por el lado de los aficionados pero que, por el del estudio, obligó a poner un listón tremendamente alto a todo lo que ofreciera post-lanzamiento, y es que con semejante controversia estaba claro que todo el mundo iba a mirar con lupa todo lo que pusieran sobre la mesa en cuanto a DLC. Hasta ahora llevamos disfrutados dos, el interesante Automatron que trajo abundantes contenidos, y también el accesorio y prescindible Wasteland Workshop, cargado de material para equipar.
En esta ocasión lo que se propone es una suerte de híbrido de lo que ya hemos visto hasta ahora, pero multiplicado exponencialmente… También con un precio más alto, claro, de la friolera de 24,99 euros de salida, por los 9,99 euros del primero y los 4,99 del segundo. Pero si hay alguna duda sobre si en cuanto a inversión de horas compensa, no hay que tenerlas. Los contenidos de Far Harbor podrán parecerte más o menos inspirados en función de tus gustos, pero no mentían en el estudio cuando aseguraban que la región es gigantesca, más que ningún DLC que en Bethesda hayan hecho hasta la fecha, y que traería consigo muchas misiones de interés. Hay mucho y muy bueno que hacer en este tercer añadido para el RPG postapocalíptico de Fallout 4, algo que lo hace una expansión muy recomendable a pesar de los problemas e irregularidades que, obviamente, tiene.
Un Puerto muy Lejano
El propósito del contenido descargable en términos argumentales es muy sencillo. La agencia de detectives de nuestro buen amigo Nick Valentine recibe un nuevo caso, uno centrado en la desaparición de una joven que nos obligará a abandonar la zona que conocemos y que nos lleva a una isla llamada Far Harbor. ¿Qué tiene de particular esta ubicación? Se trata de un misterioso lugar donde los índices de radiación son más disparatados que en ningún otro que hayamos conocido en este Fallout 4, lo que se traduce en que vamos a encontrarnos muchas sorpresas desagradables y a enfrentarnos a lo desconocido a menudo.
Monstruos que parecen deudores de la obra de H.P. Lovecraft son clave para ponernos los pelos de punta más de una vez y para dejarnos un listón muy alto en cuanto a poner a prueba nuestro nuevo y veterano arsenal. Por si fuera poco, a las peligrosas mutaciones que acabamos de mencionar se une una suerte de guerra civil entre los distintos bandos que operan en la zona. Los moradores que la habitan, así como los Hijos del Átomo y también los Synths, en un complicado entramado de facciones en el que, por supuesto, debemos tomar parte como líder directamente implicado.
Hay algunas de las misiones secundarias más imaginativas que el estudio ha puesto de largo en todo lo que llevamos de Fallout 4
Abandonar la región que ya hemos pateado durante centenares de horas en el videojuego original es uno de los puntos más agradables de esta expansión. Y es que, qué ¿lo más potente que propone este Far Harbor? Perderse, una vez más, en su mundo. Al igual que en cada videojuego de Bethesda, no hay intención alguna por desarrollar en demasía la trama principal de la desaparición o por dotarla de personajes especialmente carismáticos. Cualquiera de los NPC de esa línea principal palidece en interés si lo comparamos con todos aquellos que vamos a conocer aleatoriamente en nuestras aventuras y que, en la tradición del estudio, cuentan cada uno una pequeña historia que tiene mucho más interés que la de ese objetivo que nos lleva hasta aquí y que, como cabía esperar, rápidamente queda opacado como una mera excusa para traernos a este lugar de pesadilla.
De hecho, aquí hay algunas de las misiones secundarias más imaginativas que el estudio ha puesto de largo en todo lo que llevamos de Fallout 4, expansiones incluidas, y es que sin temor a provocar ningún spoiler sí podemos comentar que hay algunas con puntos de partida de investigación muy interesantes y con algunos giros realmente sorprendentes. Se trata de seguir prolongando las labores de la agencia de detectives Valentine en esta isla, así que muchos de los encargos tratan sobre asesinatos que debemos resolver. Otros hacen gala de un estupendo “todo vale” y proponen niveles completamente distintos a lo que estamos acostumbrados a ver, así como algunas arriesgadas propuestas jugables que incluso ofertan sorprendentes rompecabezas. Lamentablemente no está todo a la altura, y en algunos elementos el título decepciona contra todo pronóstico. Hablamos, por ejemplo, de esa niebla que nos ha desagradado profundamente y que tiene efectos incómodos en el frame-rate de consolas (particularmente en PS4), así como de algunos encargos que tienen un interés reducido o, por poner otro caso, de nuestro acompañante en la aventura, que definitivamente no está a la altura de lo que el propio Fallout 4 logró con su extraordinaria selección de secundarios. Algunas de las conversaciones entre otros de los seres que conoceremos aquí están realmente bien escritas, mientras que otras hacen gala de un nivel muy pobre, así que en líneas generales el resultado es irregular. Hay gente fascinante, y otra que deja mucho que desear y con la que es difícil empatizar.
Pasear por la isla de Far Harbor es un placer
Eso sí, pasear por la isla de Far Harbor es un placer y continúa atesorando todas las claves que hacen de la exploración de los videojuegos de Bethesda Softworks algo muy interesante. Se trata de una gran masa de tierra llena de secretos que descubrir, con algunas sorpresas muy simpáticas y con abundantes detalles para tenernos muy entretenidos durante mucho tiempo al margen de su ya de por sí generoso abanico de misiones que nos llevará superar unas 14-16 horas, y que podría ampliarse en cuatro o cinco más si lo que nos interesa es explorar a fondo todo el decorado. Hay que matizar que hay algunas decisiones importantes que deberemos tomar a lo largo de ese periplo de encargos principales, y ya te advertimos que no serán fáciles y que a menudo tendremos que optar sencillamente por el mal menor puesto que todo se torcerá muy rápido. De hecho hay muchas soluciones a objetivos que se llevan a cabo en conversaciones, así que es agradable que en un RPG de acción del año 2016 haya tanto espacio para resolver problemas charlando.
Algunos aficionados, no obstante, estarán aquí principalmente por el botín, y en este caso el resultado es positivo. Huelga decir que al final de cuentas las conclusiones sobre esto dependen muy mucho de quién es el que las expone, pero también hay que dejar claro que esta expansión está pensada para niveles altos de personaje y de equipamiento, y que en el segundo campo hay algunas novedades muy interesantes que disfrutar en cuanto a blindajes y también de armas. En este último término destaca, como no podía ser de otro modo, el suculento arpón, que nos permite ensartar partes del cuerpo de los enemigos para acabar con ellos rápidamente merced a su abrumador poderío. Su tiempo de recarga es muy lento, como contraprestación, pero viene realmente bien para acabar con las criaturas mutantes más peligrosas de tierra y de los pantanos y acaba siendo un arma con la suficiente personalidad y fuerza como para que sea muy acertada su introducción en este universo.
¿Terminaste Fallout 4 y necesitas más contenido que llevarte a la boca? Far Harbor es una motivación perfecta para volver a la propuesta de rol y mundo abierto de Bethesda y pasear, en esta ocasión, por un entorno completamente nuevo que tiene las mismas cotas de interés que acostumbran a tener las obras de este estudio. Este tercer DLC tiene irregularidades y aspectos francamente mejorables, pero también muchas buenas ideas, un sinfín de misiones y objetivos, y un extraordinario botín para seguir mejorando a nuestro justiciero postapocalíptico.
- Cuesta 25 euros, sí, pero cuenta con contenidos suficientes como para justificarlos sobradamente
- Un nuevo territorio que explorar con el nivel de detalle que garantiza Bethesda es siempre buena noticia
- El botín y las nuevas armas son añadidos extraordinarios para mejorar nuestro personaje
- Algunas de las misiones secundarias son muy arriesgadas y originales
- Mucha irregularidad en los secundarios. Algunos muy interesantes, otros absurdos y mal escritos
- La niebla radiactiva es más desagradable estéticamente que útil desde el jugable
- Tecnológicamente las versiones de consola “rascan” más de lo debido
