Va camino de celebrar su décimo aniversario ¡y ahí sigue!, tan fresco e innovador como el primer día. En este análisis de World of Goo para Nintendo Switch te contamos por qué el videojuego de 2D Boy se ha ganado tantos y tan merecidos elogios en la última década. Un desafiante y adictivo juego de puzles con el que es difícil aburrirse. ¡Además con cooperativo local!
Hacía mucho tiempo que no me echaba unas partidas a World of Goo, el fantástico juego de puzles con el que 2D Boy sorprendía a los jugadores de Wii hace casi una década, y la experiencia no podía ser mejor. ¡Conserva intacta toda su magia! Ese encanto, la brillantez en el diseño de sus rompecabezas, que le granjearon tantísimos elogios en su día. Por eso, si eres de los que no conocía la obra o, simplemente, nunca te tentó lo suficiente… ¿a qué esperas! Acaba de estrenarse en Nintendo Switch por 9,99 euros y ya sea en casa, o con la consola a cuestas en su modo portátil, es una experiencia jugable que no deberías perderte. Cuesta explicar el por qué, pues si bien es verdad echando un vistazo a la pantalla es fácil percibir su concepto, en realidad no lo es tanto describirlo.
Nuestra misión aquí consiste en guiar a un grupo de pequeñas bolitas de Goo hasta un punto concreto del escenario, y para ello debemos erigir torres, puentes, o lo que sea que se nos pase por la cabeza teniendo en cuenta ¡que pueden desmoronarse!; que a pesar de la encantadora apariencia de los gráficos, este videojuego se toma muy en serio la física. Construid una torre muy alta sin unos cimientos sólidos… y ¡katapum! Adiós muy buenas. Cosa que me encanta; pero hay más. En cada nivel se nos marca un número mínimo de Goo que deben alcanzar el final de la fase. ¿Problema? Que construir requiere perder algunas de estas bolitas, convertidas en cimientos, así que toca pensar muy bien cada movimiento para evitar quedarse corto antes siquiera de llegar al destino fijado. No es fácil, pero sí ¡muy divertido!
Colinas Repletas de Goo
El grueso de bolas de Goo que empleamos en el videojuego es de color negro, y en su mayoría una vez fijadas no podremos moverlas, con lo cual deberemos estudiar con mucho cuidado cómo emplearlas y dónde situarlas. Sin embargo, lejos de estar limitados por esta única pieza, World of Goo nos ofrece un vasto arsenal de bolas y elementos que emplear en la aventura. Por poner un par de ejemplos rápidos las unidades verdes sí son móviles, es decir, que podemos cambiarlas y fijarlas tantas veces como deseemos; las rojas, por su parte, son globos que podemos usar para hacer que vuelen nuestras torres. ¿Volar! Sí, ¡volar!
Los obstáculos a los que nos enfrenta este videojuego son primorosos, un auténtico ejercicio de creatividad por parte de los desarrolladores, precisamente por poner a prueba nuestra imaginación para salir victoriosos. Deberemos cruzar barrancos de 15 metros empleando únicamente bolas y globos, llegar a la tubería situada en la parte más alta de una esfera en constante rotación, abrir puertas levantándolas con globos o despertar a más bolas Goo que se encuentran durmiendo en alguna parte del escenario para tener más piezas con las que seguir construyendo entre otros muchos retos. No os preocupes; hay pistas traducidas al español que ayudan a entender estas mecánicas, que de alguna forma, despiertan tu creatividad. Es lo que más me apasiona de este trabajo.
Es adictivo, desafiante y encaja a la perfección en una consola como Nintendo Switch
El juego nos emplaza de tal forma a utilizar la inteligencia que debemos sacar incluso partido de las desventajas, y tornarlas a nuestro favor. Me explico. Si bien la gravedad es un enemigo primordial a la hora de levantar las construcciones, en realidad si somos lo suficientemente avispados puede ser un aliado muy interesante. ¿Ejemplos? Uno muy rápido. Para despertar a un fuerte conglomerado de bolas de Goo debemos entrar en contacto con ellas y que éstas trepen por nuestra estructura para pasar a formar parte de nuestro ejército. ¿El problema? Andamos justos de efectivos para alcanzarlas, puesto que se encuentran en una profunda garganta y muy extendidas por su superficie. La solución es la de emplear la gravedad a nuestro favor, creando una suerte de látigo de bolas que se balancee y que recoja con su bamboleo a todos los Goos durmientes. Una pequeña muestra de las maravillas de un videojuego en el que el único límite es la imaginación del que lo emplee.
La experiencia gana muchos enteros en su salto a Nintendo Switch precisamente por el carácter portátil de la máquina. Puedes disfrutar de World of Goo usando la pantalla táctil, donde funciona francamente bien; usar los Joy-Con como puntero en el Modo Televisor, o disfrutar igualmente de la experiencia en el Modo Sobremesa con los pequeños mandos de la consola. Hay opciones para aburrir y el videojuego se adapta a la perfección a todas ellas. Además, en breve contará con un multijugador local con el que disfrutaremos todavía más del que es uno de los mejores juegos de puzles recientes.
Pasan los años y aquí seguimos, disfrutando de World of Goo como el primer día. Estamos ante uno de los mejores rompecabezas de la historia reciente, con una dirección artística irreprochable, una jugabilidad adictiva y desafiante, y un empleo de la física sencillamente genial. Hay pocas excusas para no comprar este videojuego en Nintendo Switch.
- Puzles imaginativos que fomentan la creatividad del jugador
- Sabe cómo sorprenderte con nuevos desafíos
- Ya sea en casa o en Modo Portátil, se adapta a la perfección a Nintendo Switch
- Se echan en falta novedades con respecto al videojuego original
