El espíritu de Trackmanía nacido en PC irrumpe a toda velocidad en Nintendo DS conservando el dinamismo y las enormes posibilidades de edición que han hecho a esta serie todo un éxito entre la comunidad de jugadores. Un título que dará luz verde a nuestra creatividad.
Desde hace años un digno heredero de títulos como Stunts o Racing Destruction Set están revolucionando PC con una apuesta hacía la imaginación de los jugadores invitados a adentrarse en un mundo de la creación casi ilimitada de circuitos. Ya con 4 versiones en compatibles y una anunciada a lo largo de este año, sorprendió en su tiempo el anuncio de un Trackmania para una portátil, y más para Nintendo DS, aunque viendo las posibilidades que ofrece la doble pantalla y el stylus era evidente por donde iban a ir las intenciones.
Si los franceses de Nadeo ya se han reinventado a sí mismos y han innovado a su manera el concepto de creación en los últimos años, esta tarea recae ahora en el estudio Firebrand Games, encargados de esta adaptación portátil y de la que según lo visto ha sobrepasado las expectativas, sobre todo por los límites técnicos con los que se iba a encontrar y que han sabido optimizar para hacer un título enormemente divertido en cada uno de sus modos.
Carreras creativas
Para los no familiarizados con la esencia Trackmania conviene definirla como un juego de carreras sencillo y directo que se desarrolla en unos tramos creados para la ocasión llenos de curvas imposibles, loopings inverosímiles y trampas que debemos evitar para acabar el circuito en el menor tiempo posible. En Trackmania DS no tendremos coches con quienes competir, sino que la única intención es marcar el mejor tiempo con el menor número de intentos. Cierto es que en pantalla ciertos coches estarán presentes, pero actuarán a modo de competidores fantasmas que representan los tres mejores tiempos ostentando las medallas de bronce, plata y oro.
Los escenarios y los vehículos se dividen en estadio, desierto y rally, con particularidades del terreno propias y coches específicos para cada uno. Los circuitos estadio apuestan por trazados rápidos y técnicos en pistas de competición ideales para un coche mezcla entre Fórmula 1 y buggy que posee un gran agarre. En cambio los enfocados al desierto contienen zonas arenosas, multitud de loops, curvas cerradas, y grandes descensos. El coche en esta zona, llamado El Americano, posee un buen freno y una gran aceleración, aunque lamentablemente reacciona al mínimo bache. El otro escenario es el rally, que ofrece paisajes abiertos, curvas largas y peligrosas con posibilidad de caer por alguna de sus numerosas pendientes. El coche que se mueve por este terreno posee gran potencia y aceleración que hace precisar un buena habilidad para llevarlo a buena posición.
El control no requiere ningún tipo de práctica porque básicamente utiliza sólo los cuatro botones frontales, uno de ellos para acelerar, otro para frenar y la marcha atrás, y los otros dos para volver al anterior checkpoint o al inicio de carrera. Estos dos últimos botones son la esencia de Trackmania ya que como hemos dicho se prima ante todo la superación de tiempos, por lo que si nos salimos del circuito o nos estrellamos con alguna estructura es conveniente reiniciar desde alguno de los puntos anteriores.
Estreno casi al completo
Tenemos varios modos de juego a destacar, diferenciándolos si optamos por partidas para un solo jugador o multijugador. Las más numerosas incluyen los modos para un jugador siendo el modo estrella el Carrera, que consiste en ir superando circuitos uno a uno para ir desbloqueando otros y así dar el salto a otros niveles de dificultad. Gracias a esto iremos consiguiendo abrir nuevos circuitos y también, dependiendo de las medallas conseguidas, hacernos con algo de dinero para usar en la tienda que nos va a permitir conseguir nuevos circuitos o vehículos. Otro de los modos y que resulta muy curioso es el llamado Plataforma, una especie de supervivencia donde nuestra misión es la de acabar el circuito con el menor número de intentos posibles sorteando todas las trampas.
Uno de los modos más originales lo compone el llamado Puzzle, que nos propone crear un circuito con una serie de bloques determinados cumpliendo unas características para, una vez construido, jugarlo consiguiendo la victoria. Una buena oportunidad para irnos haciendo con el modo edición. Reseñar por encima la Carrera rápida para competir en los circuitos desbloqueados sin meras presiones o el modo personalizado que sólo pone en disputa circuitos creados por los jugadores.
El modo edición, que en PC es la estrella del producto, se ha quedado en Nintendo DS a medio camino entre la apuesta estrella y un mero añadido. A pesar de las grandes posibilidades de creación que contiene conviene señalar la limitada disposición de bloques en nuestras creaciones y la restricción del guardado de circuitos en la memoria del cartucho. Las posibilidades en todo caso son inmensas y podemos hacer auténticas virguerías creativas para nuestro disfrute para después compartirla con nuestros amigos.
Los modos multijugador del título se apoyan en juego una tarjeta, multitarjeta o bien una misma consola por turnos, que además de permitirnos disputar carreras brinda la posibilidad de intercambiar circuitos con nuestros amigos. El punto negativo es el no soporte del modo online, con lo que todo el multijugador corre por vía local. Una oportunidad fallida de potenciar la duración del título y su calidad a grandes rasgos.
Sorprende la suavidad con la que se suceden las carreras en circuitos repletos de obstáculos y diversos caminos con una amplia visión de horizonte. La sensación de velocidad viene favorecida por el hecho de sólo poner en carrera cuatro vehículos, aunque los circuitos repletos de tramos, acaban siendo muy completos.
Trackmania DS expande sus fronteras y aborda las videoconsolas en su particular versión para Nintendo DS. Enorme sencillez, eficiencia jugable, multitud de modos de juego y un modo edición acorde con las funcionalidades de la portátil. Su inconveniente es el no soporte de modo online, necesario en la serie. Un buen comienzo de Trackmania en consolas y una versión correcta que aprovecha las capacidades de la pequeña de Nintendo.
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