Análisis de Napoleon Total War

Análisis de Napoleon Total War
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No exento de enorme polémica, por fin está terminado Napoleon: Total War, una nueva cita con la estrategia con mayúsculas. Las bases de mezcla de estrategia por turnos y táctica en tiempo real siguen presentes con enorme calidad, y la principal novedad es la de la inclusión de la campaña multijugador: Algo que llevábamos ya años deseando ver en el género.

Sin hacer la mitad de ruido que sus predecesores en la saga, Napoleon: Total War se presentó en sociedad en agosto del pasado año 2009 como la nueva y esperada entrega de las series estratégicas desarrolladas por los maestros de Creative Assembly.

Tras el aplauso de crítica y público con Empire: Total War, lastrado eso sí por algunos bugs de diversa consideración, el estudio británico se enfrenta a la impopular decisión de lanzar rápidamente otro título. Acusado por muchos aficionados de no contar con todas las novedades exigibles para una nueva entrega, y de parecer más una expansión.

¿Es o no es Napoleon: Total War una expansión? Técnicamente no, aunque ciertamente los aficionados tienen derecho a cuestionar su existencia dada la ausencia de novedades. ¿Significa esto que el videojuego no es bueno? En absoluto, sin embargo nosotros, al igual que los usuarios, esperábamos más novedades de su propuesta a parte de la intensa campaña multijugador.

En su repaso por diferentes épocas e imperios, Creative Assembly se ha fijado en uno de los más grandes estrategas: Napoleón Bonaparte.
En su repaso por diferentes épocas e imperios, Creative Assembly se ha fijado en uno de los más grandes estrategas: Napoleón Bonaparte.

Señores de la Guerra
Lo mejor de Empire vuelve a ser, como en la mayoría de los Total War, la decidida apuesta de sus responsables por ofrecer infinidad de contenidos para una saga que, entrega a entrega, ha traído consigo incontables horas de un entretenimiento de una calidad pasmosa.

Entre las opciones de un solo jugador contamos con los Tutoriales de Guerra Terrestre, Guerra Naval y Campaña, así como con las clásicas Escaramuzas, en esta ocasión llamadas Batallas de Napoleón. Aquí el componente estratégico no existe, quedando todo reducido a nuestro valor táctico a la hora de gestionar las tropas de las que contaremos, sin posibilidad de ampliarlas o personalizarlas.

Dentro de éstas podemos encontrar la de Trafalgar, Waterloo, Ligny, Dresde, Austerlitz, Borodino, Lodi, Arcole, la del Nilo y, por último, la Batalla de las Pirámides. Todas ellas se desbloquean progresivamente, y al comienzo sólo contaremos con acceso a las de Lodi y Arcole, ambas en el norte de Italia.

La primera, contra los austríacos, tuvo lugar en 1796, y se convirtió en uno de los grandes hitos del mito napoleónico. La segunda, Arcole, se libró también en 1796 aunque a finales, y supuso el flanqueo del las tropas napoleónicas a las del general austríaco Alvinczy. Esta última trae consigo el punto crítico del puente que separa las dos mitades del escenario y que se acaba convirtiendo en el elemento táctico primordial.

El resto de las citas militares son puntos todavía más importantes de la historia de Napoleón Bonaparte, con citas como las mencionadas –Trafalgar, Waterloo, Austerlitz, etcétera- que están recreadas con gusto por el detalle y con el rigor histórico que caracteriza a Creative Assembly.

Una vez más se premia la diversión sobre el realismo, sin embargo están muy cuidadas las representaciones orográficas de los campos de batalla, y también los números de tropas con las que contamos nosotros y los enemigos –siempre en proporción, claro-, para que medirnos contra prusianos, rusos, ingleses o mamelucos sea siempre veraz a la par que divertido.

Las cruentas batallas en tiempo real rivalizan con el tranquilo ritmo de las secciones estratégicas que se desarrollan sobre el mapa 2D. Aquí  todo será calma, planificación y gestión de recursos.
Las cruentas batallas en tiempo real rivalizan con el tranquilo ritmo de las secciones estratégicas que se desarrollan sobre el mapa 2D. Aquí todo será calma, planificación y gestión de recursos.

La Fuerza de la Coalición
Son, sin embargo, las campañas donde realmente el videojuego muestra su profunda jugabilidad en todo su esplendor, y es que es aquí donde los Total War manifiestan con mayor claridad su compromiso con su ímpetu por aunar estrategia por turnos en dos dimensiones, y táctica en tiempo real de corte tridimensional.

Las opciones son las de afrontar las Campañas de la Coalición, o las de Napoleón, estando en ambas opciones igualmente cuidadas. Por gozar de menor peso empezaremos por las primeras, con cuatro facciones de entre las que escoger: Austria, Reino Unido, Prusia y Rusia, todas ellas de inicio en 1805.

Por lo que hemos podido comprobar por su situación geográfica quizá la campaña austríaca sea la de mayor nivel de oposición, puesto que se encuentra rodeada por otros países y con una muy escasa salida al mar. Los británicos, por ejemplo, sacan partido de su insularidad, y salvo el peñón de Gibraltar el resto de sus posesiones están rodeadas por mar y ajenas a cualquier tipo de conflicto directo.

Como siempre en las series Total War podemos escoger entre condiciones de victoria históricas o de dominio mundial. ¿En qué se traduce esto? La personalización de la experiencia es total, y es que podremos optar entre conquistar y después defender 20 regiones que se nos especificarán en los tipos de partida histórica, mientras que en las de dominio mundial son 60 las regiones a someter, aunque con libertad total mientras mantengamos nuestras posesiones iniciales. En ambos casos el último turno será el de finales de diciembre de 1812 para todas las facciones a excepción de la prusiana que cuenta con un año más.

Todo lo que hagamos en estas cuatro campañas se mueve dentro de los habituales patrones de las series Total War, de este modo tendremos un nivel de dificultad de cuatro posiciones para la campaña, y otro nivel para las propias batallas; dividiéndose una vez más claramente la experiencia entre el tiempo que pasaremos gestionando recursos, reclutando tropas y construyendo y mejorando nuestras regiones en el estilo por turnos en el que más tiempo invertiremos, con el tiempo que pasaremos combatiendo en tiempo real sobre el mapa tridimensional.

Como de costumbre el mantener a nuestro general con vida seguirá  siendo una de las grandes claves a la hora de conseguir una victoria. Piérdelo y la moral de tus hombres decaerá  con estrépito.
Como de costumbre el mantener a nuestro general con vida seguirá siendo una de las grandes claves a la hora de conseguir una victoria. Piérdelo y la moral de tus hombres decaerá con estrépito.

“Decían que Italia Nunca Sería Conquistada”
Las cuatro campañas napoleónicas se dividen en estilos muy similares a las de la Coalición, aunque moviéndose en períodos de tiempo todavía más breves. Tradicionalmente en los antiguos Total War los turnos dividían los años por la mitad, con uno para verano y otro para invierno por cada uno. Sin embargo de unas entregas a esta parte el tiempo que cubren sus campañas es mucho más reducido y en Napoleon: Total War, por ejemplo, los turnos suponen sólo dos semanas cada uno.

Con el Tutorial cubriremos la juventud del corso durante los años 1778 al 1793, y será aquí donde comenzaremos desde la isla de Córcega con las instrucciones más básicas de cómo manejarnos por un título de la saga. Los habituales de la franquicia no encontrarán utilidad alguna a este prólogo puesto que los cambios que supone la entrega Napoleon sobre sus precedentes son minúsculos. Sin embargo toda esta parte será muy recomendable para los que con este episodio se acercan por primera vez a la IP de Creative Assembly.

Por lo demás el resto de Campañas de Napoleón se mueven más en los estándares habituales de las series. La de Italia se desarrolla entre 1796 y 1797, la de Egipto entre 1798 y 1800, la de Europa entre 1805 y 1812, y la de Waterloo tiene lugar únicamente en el día 18 de junio de 1815, con lo cuál es la que se separa de esta línea.

En ellas volvemos a ver lo tradicional de la saga Total War, en las que empezamos –aquí sí, siempre con el mismo bando- con una reducida presencia en el mapa general bidimensional, y nuestra misión es maximizar la producción en la parte estratégica, y al mismo tiempo rendir de forma extraordinaria con nuestras tropas en el mapa táctico.

La experiencia sigue siendo tan divertida como siempre, aunque desde el comienzo hemos dejado claro que hay pocas novedades de calado. El trabajo de pulido ha sido notable tanto en la representación del mapa 2D como en la ejecución 3D de las batallas, sin embargo estos cambios no van mucho más allá de pequeñas modificaciones en el interfaz, en la forma de representar los itinerarios de las unidades y en algunos matices más de moderada importancia.

La importancia de algunos factores como el clima tiene menos importancia de la que podría. Sin embargo es agradable recorrer las nevadas estepas rusas.
La importancia de algunos factores como el clima tiene menos importancia de la que podría. Sin embargo es agradable recorrer las nevadas estepas rusas.

En Guerra contra el Mundo
Si bien, como decimos, las diferentes campañas individuales y escaramuzas son tremendamente tradicionales con respecto a entregas anteriores, lo cierto es que en lo que se refiere al multijugador es donde podemos encontrar el salto más importante del videojuego.

La mayor adición en este campo responde a la incorporación de las campañas on-line, que nos permiten jugar contra otros usuarios más allá de las clásicas escaramuzas habituales de las series desde la irrupción del modo on-line en Rome: Total War.

Aquí podemos iniciarla como si de cualquier otro Modo Historia se tratara, escogiendo si deseamos emplear el telón de fondo de la campaña de Italia, de Egipto o de Europa; sólo que en esta ocasión decidiendo si creamos nosotros la partida estableciendo las condiciones que deseemos o si nos plegaremos a las de otros usuarios.

Por lo demás las condiciones son las esperadas, pudiendo auto resolver las batallas o librarlas en función de si las selecciones previas de los jugadores coinciden o no, y además se fijará también la opción de si deseamos que sea el rival humano el que tome el papel de los ejércitos dirigidos por la IA.

Los tiempos de turno se fijan, y también lógicamente los de batalla, siendo la condición de victoria siempre la de conquistar la región de origen de nuestro rival humano mientras defendemos el control de la nuestra.

El multijugador vuelve a gozar de enorme importancia. Las pegas que podamos interpelarle a la IA se tornan en un verdadero desafío cuando nos enfrentamos a oponentes humanos.
El multijugador vuelve a gozar de enorme importancia. Las pegas que podamos interpelarle a la IA se tornan en un verdadero desafío cuando nos enfrentamos a oponentes humanos.

La incorporación es divertida, y ofrece un aire muy fresco a la experiencia Total War. Lógicamente el traslado de una jugabilidad tan eminentemente individual a una modalidad multijugador resulta en ocasiones algo tosca, y no está todo lo bien resuelta que podría; pero es una alternativa muy seria para alargar todavía más la dilatadísima vida útil de un videojuego de estas características.

Por otra parte resulta más que obvio que seguiremos disponiendo de la posibilidad de enfrentarnos directamente a otros jugadores de todo el mundo sin dar tantas vueltas con las batallas directas. Aquí disfrutaremos de Batallas Terrestres o Marítimas, además de Asedios o Escenarios históricos en infinidad de mapas para cualquiera de las opciones.

La Elegancia del Corte Imperial
Napoleon: Total War es, en su faceta visual, un videojuego directamente deudor de lo que supuso Empire en su momento. Sin embargo el año transcurrido tiene que pesar de alguna manera en la calificación general del título, y en este sentido el avance ha sido escaso.

Las unidades continúan presentando el agradecido efecto de contar con diseños diferentes entre sí para que no de la sensación de estar ante un episodio de El Ataque de los Clones, sin embargo la variedad de modelos continúa más o menos las cifras de Empire. Lo mismo se puede decir del apartado de iluminación o efectos, que recoge también el testigo de su predecesor sin aportar grandes avances.

Por lo demás el título ofrece las clásicas opciones visuales, muy en la línea de a lo que las series Total War nos han acostumbrado. La resolución de pantalla y el modo ventana están presentes, además de opciones para establecer la calidad de texturas, de sombras, de agua y cielo entre Baja, Media, Alta y ultra. Por otra parte también podemos aplicar los clásicos filtros de texturas, así como decidir el grado de alisado de dientes de sierra. Por otra parte también encontraremos con opciones de activación o desactivación la Sincronía vertical, el HDR, los efectos volumétricos, iluminación ambiental y sombras en los contornos de los elementos, las sombras por hardware, los efectos de distorsión y la profundidad de campo.

La exposición de los interfaces ha cambiado y ahora todo en el mapa general resulta algo más claro. Es una de las pocas novedades del programa.
La exposición de los interfaces ha cambiado y ahora todo en el mapa general resulta algo más claro. Es una de las pocas novedades del programa.

Por otra parte las series Total War siempre han sido un videojuego exigente en términos de hardware, y Napoleon no es una excepción. El mapa 2D está ciertamente optimizado, sin embargo el tridimensional de las batallas se muestra severo con las posibilidades de nuestro equipo, y nos hará reducir drásticamente la calidad de imagen si no disponemos de un ordenador a la última.

Asimismo, el trabajo sobre la IA vuelve a adolecer de idénticas flaquezas que en su predecesor. En líneas generales el resultado es francamente bueno, sin embargo en momentos en los que el trazado de rutas es algo complicado, asedios por ejemplo, el enemigo se muestra inoperante.

Por lo que respecta al sonido aquí todo son buenas noticias. La banda sonora vuelve a ser una de las robustas fortalezas del videojuego, el doblaje es bueno y los efectos de audio tan majestuosos como siempre durante los combates.

Excelente

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Napoleon: Total War

Por: El equipo de 3DJuegos
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A pesar de que echamos en falta más novedades, lo cierto es que la primera incursión de Napoleón en las series Total War es un gran videojuego de estrategia. La adición de la campaña multijugador es bienvenida, pero lo que sobre todo triunfa es el hecho de contar con una excusa perfecta para volver a invertir horas y horas en un RTS con mayúsculas.

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Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
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