Llevábamos mucho tiempo ya sin escuchar sobre Devil's Third, y en particular fue una de las ausencias del reciente E3. Ni rastro del desarrollo hasta ahora mismo, cuando Nintendo nos ha facilitado el código del juego para probarlo largo y tendido. Y ahora que lo hemos jugado tenemos un poco más claro el porqué de su letargo. Os contamos cómo lucen los tatuajes de Ivan en este exclusivo para Wii U.
La marcha de Tomonobu Itagaki de la compañía que lo había visto crecer, la mítica Tecmo, fue de todo menos silenciosa, y con abogados de por medio. Desde entonces, no son pocos los que se han interesado por lo que estaría haciendo en su nueva empresa, Valhalla Games, aunque lo cierto es que suerte, precisamente suerte, no es que haya tenido. THQ, su nuevo "publisher", cerró sus puertas como todos sabemos, y con ello se paralizó ese aparentemente ambicioso proyecto que tenía entre manos.
Más tarde nos enteramos de que se trataba de Devil's Third, y que Nintendo se había interesado por él después de todo el lío que se había montado. Así nació una exclusiva que si echamos cuentas debería tener unos cuantos años de desarrollo a sus espaldas. Sin embargo, tras haberlo probado durante sus primeras horas, desgraciadamente la sensación es la de haber sido producido en circunstancias difíciles, porque está lejos de ser un gran juego de acción, y mucho menos producido por Itagaki.
El exclusivo de Wii U que aparecerá el próximo 28 de agosto es un "hack 'n slash" en tercera persona que combina golpes y tajos de espada con acción shooter desde vista subjetiva. Ambiciosa propuesta en escenarios de avance lineal en que nuestra mayor preocupación es despachar con la mayor violencia posible a cuantos se pongan por delante. División por misiones y una historia de trasfondo, así como variedad de situaciones, completan un cóctel muy tradicional y que no es la primera vez que vemos, pero que adolece del sello de calidad que solía otorgar a sus desarrollos este conocido creativo.
Itagaki… ¿dónde estás?
No vemos el espíritu Itagaki en una obra que desde el comienzo da síntomas de torpeza a la hora de diseñar el propio control del juego. La acción cuerpo a cuerpo es tosca y está mal integrada, muy lejos de lo que hemos visto hacer al japonés en otras ocasiones (véanse cualquiera de sus Ninja Gaiden o Dead or Alive). Tenemos un ataque rápido y otro más fuerte que podemos combinar para realizar combos, pero estos no se conectan adecuadamente y además el "timing" directamente no existe, dando lugar a meros trámites combativos.
Eso sí, las amputaciones no se han olvidado, y esa tal vez sea la única herencia reconocible del nipón. Manejamos a Iván, una suerte de personaje recluido en una prisión de alta seguridad que en un determinado momento es necesitado por el gobierno estadounidense para llevar a cabo una importante misión. Los satélites terrestres han colisionado unos con otros, trayendo el caos y generando una guerra entre naciones. Se sospecha que un grupo terrorista se encuentra detrás, y más en concreto… ¡los rusos! Sorpresa, ¿verdad?
El guión tampoco se llevará un premio por su profundidad, pero visto lo visto puede que acabe siendo uno de los mayores reclamos del videojuego. Además, hay que reconocer que el diseño de algunos personajes no está mal, destilando cierto carisma. La cantidad de intros es otro aspecto a mencionar, muy a pesar de que hay un par de aspectos que las empañan: el primero que no tenga subtítulos en castellano (ya que las voces están en inglés) y luego que el apartado visual sea tan pobre, realmente mediocre considerando que estamos hablando de una Wii U.
No vemos el espíritu Itagaki en una obra que desde el comienzo da síntomas de torpeza a la hora de diseñar el propio control del juego
El videojuego, tras haber probado el uso de varios motores procedentes de THQ, finalmente ha tenido que optar por el Unreal Engine 3. Seguramente haya pesado el auténtico caos presente en cuestión de desarrollo. Esto se ve reflejado en el diseño de los escenarios, con partes muy simples, interacción a bajo nivel (aunque nos ha sorprendido que haya cosas que se destruyan) y hasta algún que otro error de programación. Tras un par de horas nuestras conclusiones no son muy positivas ni mucho menos.
No sólo nos referimos a lo meramente visual, sino a lo jugable. El diseño de los combates cuerpo a cuerpo ya hemos dicho que no es nada del otro mundo, pero tampoco lo es la acción shooter. Al menos, nos ha gustado que podamos optar en todo momento por ambas perspectivas. Una de las mejores cosas de Devil's Third es que nos permita escoger acabar con los enemigos a espadazo limpio (con ejecuciones brutales) o mediante el uso de la primera persona desde detrás de la mirilla. Para esto último sólo tendremos que apuntar con un gatillo y disparar con el otro, habilitándose el uso de coberturas para cuando las necesitemos.
No obstante, no nos ha convencido el manejo de las pistolas, rifles ni lanzacohetes, que son algunas de las armas que nos iremos encontrando. Además, hemos notado que el juego se hace más fácil optando por disparar a todo ser viviente, con lo cual se establece un desequilibrio. Probablemente Itagaki se dio cuenta y por ello incentiva los golpes cuerpo a cuerpo, recargando una barra especial que activa un poder temporal (básicamente nos permite hacer más daño). Aún así, no vemos en este punto que el esquema esté bien resuelto.
Tenemos secciones en las que nos ponemos detrás de una ametralladora, otras en las que ir detectando explosivos con un visor, algunas concercientes a usar armamento especial contra vehículos blindados… La variedad es buena, con la presencia de jefes finales interesantes, pero la base sobre la que se asienta el videojuego no nos ha convencido. Se encuentra lejos, muy lejos de lo que esperábamos de Itagaki, una decepción a la que no obstante seguiremos dando horas hasta nuestro análisis.
Principalmente, aún tenemos que probar el multijugador, que parece contener bastantes modos y posibilidades. Como ya vimos en este tráiler, hay poder de personalización y de progresión, además de un editor para diseñar nuestros propios escenarios. Así, aunque ahora mismo nos sintamos algo decepcionados por lo que hemos visto, puede que sumando las partes se obtenga un conjunto decente, o al menos entretenido. Será algo que tendremos que valorar, aunque de momento somos pesimistas ante el horizonte que nos espera.