2023 está siendo una auténtica gozada y la enorme cantidad de lanzamientos de calidad que hemos recibido (y que vamos a recibir) no tiene ni sentido. Aún estamos disfrutando y digiriendo Starfield, Marvel's Spider-Man 2 o Super Mario Wonder, por citar tres nombres potentes. Pero entre los pesos pesados, hay videojuegos que han pasado sin pena y sin gloria. The Lamplighters League and the Tower at the End of the World es uno de ellos.
Seguro que te preguntas por qué analizo ahora el nuevo juego de Harebrained Schemes y Paradox Interactive para PC y Xbox Series X|S cuando salió el 3 de octubre. El motivo es sencillo. La cobertura de Paradox Interactive ha sido muy complicada y con los últimos acontecimientos hemos tenido que pedir claves directamente a Harebrained Schemes, lo que ha retrasado el proceso.
The Lamplighters League puede disfrutarse desde su lanzamiento en PC & Xbox Game Pass
Todo esto viene por la difícil relación entre ambas empresas. Por si no estás al tanto, el juego ha sido un fracaso en ventas y Paradox ha estimado unas pérdidas estimadas de 22,8 millones de dólares como consecuencia. Esto ha provocado que Paradox y Harebrained Schemes anunciaran hace unos días que separan sus caminos. The Lamplighters League ha pasado muy desapercibido, y eso que está en Xbox Game Pass desde el Día 1. Y ya te digo yo que casi nadie lo juega, porque trofeos sencillos de obtener saltan como raros todavía a estas alturas.
Magia para controlar el mundo
The Lamplighters League es un RPG táctico con combate por turnos con una vuelta de tuerca adicional: tienes la posibilidad de realizar acciones en tiempo real para infiltrarte sin ser visto y evitar batallas. Esto, claro, es la teoría, porque el videojuego presenta elementos buenos y bien trabajados, y otros que no están tan bien resueltos. La obra se fija en varios referentes del género para la jugabilidad, pero no termina de aportar frescura.
Antes de profundizar en el apartado jugable, el juego nos sitúa en 1932, en una aventura pulp. De hecho, seguro que la ambientación o el estilo artístico te recuerdan rápidamente a obras clásicas, como Indiana Jones o La Momia. Si eres amante de este tipo de cine o, en general, de esa corriente cultural y artística, creo que vas a apreciar con mayor agrado el videojuego, incluso en su historia y diálogos, aspectos bien trabajados en general.
En esta realidad ficticia, afectada por las consecuencias de la I Guerra Mundial y por el nuevo Orden Mundial que está surgiendo tras la Gran Guerra, varias sociedades secretas luchan por tener el control del mundo. Para ello, buscan un poder mágico. El misterio parece estar relacionado con una misteriosa Torre que, como el juego explica, algunos llaman Axis Mundi, Yggdrasil o Torre de Babel.
En su realidad, varias sociedades secretas luchan por tener el control del mundo
La secta que puede causar el terror si consigue ese poder mágico es la Corte Desterrada, una organización formada, a su vez, por tres casas nobles. El objetivo de la Liga de los Alumbradores (de ahí el nombre del título) es descubrir su paradero primero, para evitar que la magia caiga en las manos equivocadas. Eso sí, los Alumbradores ya no son lo que eran: batallas previas han mermado sus filas y solo unos pocos agentes siguen vivos, la mayoría en paradero desconocido. Uno de los que siguen en pie, Locke, está empeñado en reunir a los agentes de nuevo para combatir a la Corte Desterrada y obtener ese poder que cambiará el rumbo del mundo. Los tres protagonistas iniciales no forman parte de los Alumbradores realmente, pero también hay que incrementar el número de adeptos, ¿no? Por tanto, algo clave en el desarrollo del videojuego es reclutar a nuevos agentes para aumentar el “ejército”.
La sede de operaciones de los Lamplighters está en Desembarco de Del Vasto, una isla mediterránea que sirve como guarida de Locke y de los agentes. A efectos prácticos, en este lugar organizas todo lo que tiene que ver con los personajes, su equipamiento, las habilidades, los aliados que fabrican cosas para nosotros… Además, en el mapamundi decides qué misiones haces (y cuáles no) cada semana que pasa en el juego. Es un sistema tremendamente inspirado en la saga XCOM, especialmente en XCOM 2. Aquí también tendrás que ser estratégico, no solo en el campo de batalla. Nicastro, Marteau y Strum son las casas nobles que pertenecen a la Corte Desterrada y su influencia en el mundo puede aumentar o disminuir cada semana, dependiendo de las misiones que ejecutes con éxito. Quizá destruyas una Torre de Comunicaciones, pero eso no tiene por qué ser positivo al 100%. Tendrás que elegir tus movimientos con cabeza.
Es más, ten claro que puedes perder la partida si alguna de estas facciones obtiene antes que nadie el poder mágico. Puedes llevar 20 horas y liarla parda. Te recomiendo encarecidamente que guardes constantemente y en muchos huecos distintos. Llegar al final con éxito depende de multitud de factores, pero en un primer intento te puede llevar fácilmente unas 20-25 horas, aunque esto también variará sensiblemente de un jugador a otro.
Infiltración, tensión y estrategia pura
A nivel jugable, The Lamplighters League se basa en juegos del género que han triunfado y aportado diferentes mejoras. Aunque os iré señalando a qué otro título me recuerda cada apartado, quiero hablar primero de la parte más única del juego. Cuando entras en una misión, puedes moverte libremente por el escenario con los personajes, ya sea en grupo o por separado, ya que tienes la opción de controlarlos de forma individual. Algo parecido sucedía en Mutant Year Zero: Road to Eden.
Los mapas nos llevan a diferentes puntos de la Tierra y tienen elementos característicos de cada zona: hay escenarios urbanos, selvas, otros nevados… Aunque no son demasiado grandes, suelen dar pie a 2, 3 o 4 zonas de combate y de exploración. Algunas de ellas son totalmente opcionales y puedes superar la misión sin acercarte a esos lugares, pero te recomiendo que lo hagas porque conseguirás suculentos recursos.
Cada uno de los agentes posee una habilidad de campo única. Por ejemplo, el primer personaje del juego apuesta por el sigilo y con él puedes noquear a enemigos sin ser descubierto. Otro de los aliados es capaz de situar trampas para dañar a los soldados. Hay diferentes opciones que pueden ayudarte, en el mejor de los casos, a que cumplas tu objetivo sin ser visto. Pero esta es la teoría, porque en la práctica no es así. Esta faceta de infiltración es terriblemente simple y no hay suficientes opciones. Es muy difícil completar un objetivo de esta manera. Los poderes de los agentes, más allá de que tengan límites de uso (no me parece mal, y la realidad es que puedes aumentar su utilización con mejoras), son insuficientes para hacer una incursión completa sin ser visto. Además, el control en este apartado es tan tosco que las acciones se complican aún más.
Cuando entras en la batalla por turnos, el componente táctico aparece y el juego funciona mejor
Lo cierto y verdad es que la IA te descubre con bastante facilidad, algo interesante, pero es un aspecto que se queda en una buena idea que no está bien ejecutada. Es una verdadera lástima, porque el hecho de que los enemigos sean tan avispados podría hacer que, si el juego te diera las herramientas correctas, la infiltración fuera una gozada. Pero no lo es. De hecho, acabarás posicionando lo mejor posible a tus agentes e iniciando un combate. Más allá de estas habilidades de campo, cada personaje también tiene la capacidad de realizar acciones únicas que pueden abrirte nuevos caminos. Por ejemplo, los agentes habilidosos trepan por unas lianas y suben a un lugar alto; otros fuerzan cerraduras y dan acceso a lugares secretos para obtener recursos… Otro apartado que sobre el papel mola un montón, pero que realmente no se aprovecha del todo.
Cuando entras en la batalla por turnos, el componente táctico aparece y The Lamplighters League funciona mucho mejor. Me ha recordado especialmente a la saga Mario & Rabbids por el tipo de habilidades de los personajes (formas equipos de tres agentes). Puedes distraer a los enemigos, atacar a distancia o cuerpo a cuerpo, hacer ataques masivos para sacar a los rivales de sus coberturas, curar a los aliados… Las posibilidades son enormes y la realidad es que llegas a realizar algunos combos realmente chulos y satisfactorios. Es más, aunque puedas pensar de primeras que el cuerpo a cuerpo no es útil, no lo descartes. Por ejemplo, Ingrid, que es uno de los agentes iniciales, se convierte en una máquina de encadenar muertes y eso que solo usa sus puños. Por cierto, cada personaje tiene de base 2 puntos de acción, y cada movimiento y habilidad consume uno de ellos.
Hay una buena variedad de tipos de enemigos y he disfrutado de los combates, especialmente con los jefazos
El combate está realmente bien y he disfrutado de los enfrentamientos, especialmente de los que implican a jefes. Tienes que pensar muy bien cuáles van a ser tus movimientos, qué uso haces de los objetos (es algo limitado), dónde vas a situar a los personajes, qué enemigos deben caer primero, con qué elementos del escenario interactúas… El componente táctico está ahí (incluso puedes analizar la situación con calma en el Modo Reconocimiento). Eso sí, es un juego complicado.
Hablando de los soldados rivales, hay que señalar que hay una buena variedad de tipos de enemigos: a distancia con metralletas o fusiles, algunos que actúan cuerpo a cuerpo, otros que son más duros y resistentes, algunos que mejoran al resto, e incluso no-muertos… El punto de fantasía y magia está ahí, y se ve especialmente en los diferentes jefes que encontrarás en tu aventura, ya que utilizan poderes únicos y muy molestos.
Jugar a lo loco acabará con tu partida. Debes pensar con calma lo que haces, tanto fuera como dentro del campo de batalla. Tus agentes pueden caer (y tienes que revivirlos antes de que mueran finalmente), lesionarse o entrar en un estado de estrés (los rivales también), algo que les merma enormemente las capacidades en ese momento, lo que puede decantar una batalla. De todas formas, si actúas con cabeza (y guardas mucho) avanzarás bien.
Las misiones son bastante repetitivas, eso sí, y se centran en lograr objetivos similares en la mayoría de ocasiones. El problema del videojuego, a mi parecer, es que llega un punto en el que es demasiado plano y se convierte en café para los muy cafeteros. Me lo he pasado bien, esa es la verdad, pero siendo honesto y frío, falta variedad en las tareas a realizar y, al final, estás haciendo lo mismo sin mucha novedad la mayoría del tiempo.
Después de completar misiones, el grupo obtiene puntos compartidos de habilidad. Esto te permite crear un equipo que se adapte a tu estilo de juego, mejorando aquellos aspectos que desees. La parte negativa de este sistema es que te obliga a farmear mucho para poder incrementar de forma equitativa el poder de los agentes. Es más, yo aposté por centrarme en el grupo inicial de tres y alguno más, y dejé al resto para misiones de investigación (incursiones automáticas en las que asignas personajes para que las realicen).
Durante las aventuras, o después de las mismas, puedes obtener unas “cartas del tarot” (no se llaman así en la obra, pero para que me entiendas) que, según el juego, modifican el futuro. Básicamente, actúan como modificadores adicionales de tus agentes, ya sea con mejoras pasivas o con nuevas habilidades. Pero, ojo, porque también puedes obtener algunas que tienen efectos negativos y que debes eliminar bajo ciertas condiciones.
Evidentemente, está muy lejos de ser algo similar a un “constructor de barajas” como era Marvel's Midnight Suns, porque ni siquiera puedes acumular estas cartas (o las usas y mejoras, o las descartas), pero sí tiene ese toque de personalización extra que se agradece. A esto hay que sumarle una capa adicional más: el equipamiento. Poco a poco conseguirás armaduras o diferentes objetos para mejorar las estadísticas de los personajes.
En general, puedes hacer que tus agentes se adapten a ti y esto es algo que valoro enormemente, porque no importa cómo te guste jugar: tendrás la opción de crear el ejército a tu medida. Además, el hecho de que cada personaje esté trabajado de forma individual me ha gustado mucho. No se ha apostado por la cantidad y la despersonalización, como sí pasa en XCOM, sino que hay unas pocas personas reclutables y cada una de ellas tiene sus características únicas.
Como resumen, creo que The Lamplighters League es un videojuego divertido en lo jugable y que te va a entretener si eres fan del género. Yo he disfrutado. Pero, a la vez, siento que le falta algo y que no ha cuidado lo que podía hacerle único. Ha mirado demasiado a otros, y eso que Harebrained Schemes también es un ejemplo de innovación, con la saga Shadowrun o con BATTLETECH. Si controlas tus expectativas, vas a pasártelo bien.
Faltan un par de minutos en el horno
He jugado en la versión de Xbox Series X y The Lamplighters League tiene margen de mejora en lo técnico. Para empezar, ofrece dos modos gráficos: Rendimiento y Calidad. Incluso en el primero, que es el que teóricamente alcanza los 60 FPS, he sufrido algunas caídas en la tasa de imágenes por segundo de forma puntual. El título es bonito, los escenarios están detallados y la iluminación es resultona, pero no creo que se justifique su funcionamiento mejorable.
Lo peor ni siquiera es esto, que es algo soportable y no demasiado grave; el gran inconveniente está en que he sufrido varios crasheos durante mis horas de juego. Menos mal que he guardado mucho todo el tiempo (¿te he dicho ya que lo hagas?) y las veces que he sufrido estos fallos solo he tenido que repetir una zona dentro de una misión, pero es algo que puede llegar a fastidiarte una barbaridad.
The Lamplighters League admite un margen de mejora en lo técnico
En el apartado sonoro, me gusta el sonido de los efectos (disparos y otros ruidos) y me parece muy bueno el doblaje, con voces muy bien elegidas, aunque está en inglés (todos los textos y subtítulos en español, eso sí). Escuchar a los agentes ayuda a la inmersión, porque cada uno tiene su personalidad, así que me alegra ver un buen trabajo en este apartado. La música que acompaña cumple, sin más; he echado de menos alguna canción memorable.
The Lamplighters League es un buen RPG táctico por turnos y contentará a los fans del género, pero se queda corto en aquello que podía diferenciarle del resto. Sus mecánicas están muy trilladas y, aunque funcionan en conjunto, dejan un sabor de boca muy plano. La infiltración se queda en una buena idea que no convence. Además, algunos errores técnicos y crasheos también deslucen el resultado final de un juego que, a pesar de los peros, te divertirá.
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