El crecimiento de la inteligencia artificial ha propiciado que este sector tecnológico llegue a campos como la medicina o la educación. Unos meses atrás, muchos profesores empezaron a hacer hincapié en la llegada de ChatGPT a las aulas, ya que cada vez es más difícil discernir entre los trabajos que hacen los alumnos por su cuenta y los que llevan a cabo apoyándose en el bot de OpenAI. Y, apenas un tiempo después, parece ser que son los propios docentes los que han comenzado a utilizar ChatGPT para calificar a sus alumnos.
Según recoge el portal Ars Technica en una reciente publicación, muchos profesores han empezado a apoyarse en la herramienta de OpenAI para acelerar la corrección y, a su vez, desarrollar planes de estudios que buscan implementar en las aulas. Para ello están utilizando Writeable, una nueva opción impulsada por ChatGPT que busca ayudar a docentes con alumnos de entre 6 y 18 años, todos ellos pertenecientes a los ciclos correspondientes con la formación obligatoria. Y, según Jack Lynch, CEO de Mifflin Harcourt (dueños de Writeable), esta idea “entusiasma a cada vez más profesores”.
La inteligencia artificial da pie a varios problemas
Así, en palabras de Lynch, cada vez más profesores utilizan el programa y están entusiasmados con las posibilidades que este ofrece. Según relata, una de las principales ventajas de Writeable es que es capaz de ofrecer sugerencias basadas en IA sobre cualquier tema. Además, también crea unidades curriculares, genera redacciones, tareas e incluso elabora preguntas de opción múltiple para poder elaborar exámenes. Sin embargo, la popularidad de Writeable no consigue dejar atrás alguno de los principales problemas de la inteligencia artificial.
Uno de ellos, por ejemplo, es la tendencia a la alucinación que siguen teniendo estas tecnologías. Esto, en resumidas cuentas, sucede cuando una IA inventa información y asegura que es verídica. A esto también hay que sumarle los posibles problemas con la privacidad, ya que podría estar en riesgo la información de los estudiantes, y la posibilidad de que los profesores terminen generando dependencia hacia la IA. Además, a la larga también podrían distanciarse de los alumnos, ya que ChatGPT estaría a cargo de leer sus trabajos. Sea como fuere, la popularización de esta herramienta demuestra que el crecimiento de la IA ya es una constante.
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