Desde la irrupción de ChatGPT, la herramienta conversacional de OpenAI a la que sacan partido cada día más de 100 millones de usuarios, la inteligencia artificial está en boca de todos. Así, ya sea por las posibilidades de esta popular opción o por las virtudes de otras como Midjourney o DALL-E, tanto las compañías como los usuarios de a pie están pendientes de los avances de la IA. Sin embargo, existe un aspecto que preocupa a todos los entendidos ya que, de caer en malas manos, puede provocar múltiples casos de desinformación.
Aunque la inteligencia artificial es una gran herramienta para informarse de distintos temas, ello no significa que estas tengan las respuestas a todas las preguntas. Así, por ejemplo, los usuarios que utilizan el buscador de Microsoft Bing se han topado en alguna que otra ocasión con afirmaciones sin sentido, una característica que también han experimentado los que sacan partido a las opciones de ChatGPT y otras herramientas similares. Y esto, en el argot de la inteligencia artificial, es un fenómeno que se conoce como “alucinación”.
Qué son las alucinaciones de la inteligencia artificial
En esencia, una IA sufre una alucinación cuando comparte información errónea de forma convincente. Así, por ejemplo, este caso se puede producir cuando un usuario quiera informarse de eventos históricos y, en su lugar, la inteligencia artificial opte por compartir pasajes inventados o de poco rigor histórico. Esto, por consiguiente, puede provocar que los usuarios obtengan información errónea o dañina, una posibilidad que llevó a un alcalde de una región de Australia a demandar a OpenAI ya que ChatGPT afirmaba que tenía un historial delictivo que nunca existió.
Aunque pueda parecer lo contrario, es más común de lo habitual que las herramientas basadas en inteligencia artificial generativa experimenten casos de alucinación. Como ejemplo, hemos forzado a ChatGPT a una alucinación haciendo creer a la IA que The Last of Us: Parte II, la conocida entrega de Naughty Dog, está protagonizada por dinosaurios que han sobrevivido a una epidemia zombie. Y, aunque cueste creerlo, el bot conversacional de OpenAI nos ha arrojado una convincente trama que resume los eventos de un título ficticio de este universo que, efectivamente, está protagonizado por dinosaurios:
Imagen: propia
Así, aunque este es un ejemplo inocente, lo cierto es que las alucinaciones de la inteligencia artificial es un factor preocupante que temen empresas de la talla de Microsoft y Google. En pleno crecimiento de la IA y sus posibilidades, lo que buscan estas entidades es sacar todo el partido posible a estas herramientas, razón por la que los usuarios no verían con buenos ojos que empezasen a alucinar y a inventarse datos. Por ello, la mejor forma de evitar las alucinaciones de las IA es contrastando datos con otras fuentes de información fiables ya que, en estos momentos, la inteligencia artificial aún sigue dando sus primeros pasos.
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