La carrera por colocarse al frente del desarrollo y la investigación en inteligencia artificial no ha hecho más que comenzar. Desde que ChatGPT irrumpió en el escenario y cambió el paradigma de la industria tecnológica, un sector que en aquel momento miraba más al metaverso que a la IA, esta no ha hecho más que adaptarse a la situación de cara a buscar las formas de exprimir al máximo las virtudes de esta nueva herramienta. Pero, para algunos entendidos, esta es una situación límite que puede llevarnos a un punto de no retorno.
Figuras de la talla de Elon Musk o Steve Wozniak, por ejemplo, instaron hace unas semanas a distintas compañías a llevar a cabo una pausa en la investigación con inteligencia artificial. A esto, hay que sumar las declaraciones de otros expertos que creen que la humanidad se encamina hacia un punto de no retorno, una situación que ha llevado al creador de ChatGPT a presentar una medida polémica para preservar la estabilidad de la humanidad. Y, entre todas estas noticias, en las últimas horas ha destacado una que puede demostrar el verdadero impacto del desarrollo sin control de la IA: el adiós de Geoffrey Hinton a Google.
Un pionero en inteligencia artificial cree que la situación debe regularizarse
Aunque es posible que el nombre de Hinton no les suene a muchos, su labor y su trabajo han propiciado que la inteligencia artificial haya alcanzado su estatus actual. Así, Hinton ha estado ligado a distintas investigaciones relacionadas con este campo desde la década de los 70, razón por la que en 2012 pudo dar forma (junto a otros expertos) a AlexNet, un avance tan grande en la visión artificial y el aprendizaje profundo que, para muchos, es la base de la actual generación de IA generativa. Y, por ello, que el adiós a Google esté justificado con la intención de “hablar libremente de peligros potenciales” es un aspecto que debemos tener en cuenta.
Como recoge Ars Technica, Hinton considera que una IA más inteligente que un humano era una idea que él consideraba que veríamos “en 30, 50 años o incluso más”. Sin embargo, a raíz de la evolución que ha vivido el sector en los últimos meses, señala que ya no piensa lo mismo y que cree que es importante una regularización internacional: “fíjense cómo eran las cosas hace cinco años y cómo son ahora; coged la diferencia y propagadla hacia delante, eso da miedo”. Por ello, cree que los investigadores no deberían seguir trabajando en IA “hasta que hayan comprendido si pueden controlarla”, razón por la que aboga por una pausa y una regularización que considera más que necesarias.
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