Si nos fijamos en las especies de animales más grandes que pueblan hoy la Tierra y su esperanza de vida, con elefantes que llegan hasta los 70 años y ballenas que pueden vivir hasta 200 años, sería fácil extrapolar que, como los dinosaurios también eran bestias enormes, su esperanza de vida debía ser similar. Sin embargo, pese a que esa creencia se mantuvo durante mucho tiempo entre los paleontólogos, la ciencia ha acabado demostrando que lo más común era que viviesen mucho menos, así que es probable que el T. Rex de Jurassic Park apenas fuese un veinteañero.
A través de los huesos fosilizados de distintas especies que hemos ido encontrando, la ciencia se ha servido de una técnica muy similar a la que utilizamos para medir la edad de los árboles con la intención de descubrir cuál era la esperanza de vida de los dinosaurios más famosos. Para ello se estudian las líneas de la cavidad medular de sus huesos, donde se aloja el túetano, para intentar comprender los cambios anuales que se producen.
Pese a ello la técnica tienen un problema, y es que a medida que crece el hueso también lo hace la médula, lo que provoca que dichas marcas se borren, especialmente en etapas más tempranas del desarrollo. Para solucionarlo acuden a fósiles de especímenes más jóvenes con la intención de comparar el número de líneas que hayan podido desaparecer con el paso del tiempo.
¿Hasta qué edad podían vivir los dinosaurios?
Gracias a estos estudios de la Universidad de Maryland hoy en día sabemos que los dinosaurios más longevos podían llegar a alcanzar los 80 años, como en el caso de los Diplodocus, pero que en otras especies la esperanza de vida era mucho más reducida. El Estegosaurio, por ejemplo, se quedaba en unos 50 años, por ejemplo, mientras que otros dinosaurios más famosos como el Triceratops y el Tiranosaurio Rex apenas llegaban a los 30 años.
Entre las causas que provocaban este envejecimiento prematuro y su posterior muerte, más allá de que no eran inmunes a enfermedades, tumores, artritis o incluso estrés, está el hecho de que al ser animales parcialmente de sangre caliente precisaban de un metabolismo muy rápido, lo que podría haber provocado un crecimiento mucho más rápido que también habría afectado a la velocidad con la que se hacían demasiado mayores para sobrevivir en un ambiente hostil.
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