Fue la última gran obra de Walt Disney dentro de Disneyland, pero lamentablemente nunca llegó a disfrutar de su estreno, y mucho menos a conocer la leyenda en la que se ha convertido Piratas del Caribe. En parte gracias al parque Disney, y en parte gracias al mundo del cine, la atracción es toda una leyenda que, además, cuenta con un pasado particularmente oscuro. Sus piratas estaban hechos con esqueletos y huesos reales para aportar más realismo.
Con un coste de 15 millones de dólares, que equivaldrían a unos 93 millones de euros en la actualidad en base a la inflación, en 1967 se estrenaba en Disneyland la atracción Piratas del Caribe. Un simpático paseo en barca que mostraba distintas escenas de piratas mediante animatrónicos y que, en cierto punto de la aventura, dejaba hueco a unos esqueletos piratas con un curioso y perturbador pasado.
Los esqueletos de Piratas del Caribe en Disneyland
Lo que en general eran muñecos de goma y escenarios de cartón piedra contaba con esqueletos reales en cierta zona de la atracción, y es que a pesar de que la intención inicial no era esa, el equipo de Imagineers de Disney estaba teniendo serios problemas para poder dar forma a muñecos que resultasen lo bastante realistas.
Tal y como recoge Jason Surrell, productor de Disney, lo que hicieron para solventar el problema fue acudir a la Universidad de California, donde les donaron esqueletos reales que posteriormente mecanizaron para dar forma a las escenas con los piratas malditos que luego dieron también sentido a la película de Johnny Depp y sus míticos enemigos.
En el vídeo que tenéis sobre estas líneas se puede ver el recorrido original de la atracción y, por descontado, también que fue lo que hicieron con aquella donación de la universidad de medicina. A partir del minuto 1:53 es cuando empieza a aparecer el particular montaje.
"Con el tiempo, mientras la tecnología para crear esqueletos falsos mejoró, una nueva generación de trabajadores reemplazó a los reales, que se enviaron a sus países de origen para darles un entierro apropiado".
Ante la duda de si los decoradores e ingenieros del parque de atracciones Disney dejaron en Piratas del Caribe algún resto, desde la organización del parque han repetido en varias ocasiones que no quedan huesos humanos en la atracción de Disneyland, pero como suele ocurrir en estos casos, la leyenda siempre tendrá más fuerza que la historia real.
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