Hace unas semanas, durante una de esas interminables caídas en el pozo de curiosidades que es Reddit me crucé con un tema que no esperaba leer sobre el mundo de los RPG. En busca de esa fidelidad histórica mezclada con fantasía de este tipo de juegos, alguien parecía especialmente enfadado con Skyrim por una sencilla razón. Decía que las escaleras estaban mal.
Ln un discurso en el que se mostraba ofendidísimo por la situación, aseguraba que tras lo vivido y aprendido en un viaje a Inglaterra se había percatado de que todas las escaleras de caracol de Skyrim estaban al revés. Lo curioso era que, para defender su teoría, utilizaba uno de los mitos más extendidos de la Edad Media. Uno que, además, es completamente falso.
El mito de las escaleras de Skyrim
En su particular rabieta recogía que, tal y como le habían dado a conocer los habituales guías que hacen recorridos por viejos castillos para explicar curiosidades sobre ellos, las escaleras de caracol de la época siempre se construían con la subida siguiendo el giro de las agujas del reloj.
De la misma forma que defendían quienes se sumaron al debate sobre la supuesta inexactitud, el resto de usuarios apuntaban también que la razón detrás de ese estilo de construcción estaba en las batallas en las que podían verse envueltas estas fortalezas durante los asedios del medievo.
La clave parece estar en la creencia de que, a la hora de defender esas escaleras, el giro en sentido del reloj permite que quienes tengan una ventaja elevada puedan maniobrar mejor con la espada de forma diestra, la posición más extendida. De esta forma, quienes intentan ascender chocarían más con la curva y harían más complejo el ataque.
De hecho es ese mismo discurso el que utilizan algunos para defender la decisión de los diseñadores del RPG de Bethesda, asegurando que, como en el juego estás más por atacar fortalezas que por intentar evitar que ocurran, decidieron hacerlas en sentido contrario a las agujas del reloj para favorecer esa facilidad.
Por qué las escaleras de los castillos están en esa dirección
La verdad, mucho me temo, es que todo es bastante más simple que eso. En primer lugar porque no todas las escaleras de caracol de los RPG están orientadas en el mismo sentido, de hecho parece evidente que en busca de una simetría girarán hacia un lado o el otro dependiendo del lugar en el que se encuentren. En segundo lugar, porque el mito de girar como las agujas del reloj para favorecer su defensa es, a grandes rasgos, eso mismo: un mito.
Pese a que los guías turísticos amen la idea de la misma forma que lo hace el mundo del cine, no hay pruebas históricas que revelen cómo se sucedían los combates en las escaleras de caracol de un castillo durante un asedio. Aunque el mero hecho de leer esa frase ya te habrá apuntado en la dirección adecuada, hay dos temas que resuenan de forma especial a la hora de desmontar esa creencia.
La idea es absurda no sólo porque las espadas medían unos 110 centímetros de media y esas angostas escaleras apenas pasaban de los 70 centímetros de anchura, lo que hace difícil mover la hoja en cualquier dirección. Además, tras asedios en los que se llegase a esos extremos, probablemente no quedaba nadie para contar lo sucedido en ese lugar específico.
Sin embargo, llegados a este punto la duda sigue ahí, y la certeza de que las escaleras de caracol del medievo se construían siguiendo las agujas del reloj es completamente cierta. ¿Por qué? Tal y como recogía el experto en arquitectura medieval, James Wright, era una mera cuestión estética.
Además de resultar útiles para transportar bienes ocupando menor espacio que las escaleras convencionales, el diseño simplemente seguía la estética de otros castillos como forma de opulencia para sus poseedores. Vamos, que es una simple cuestión de "si aquél tiene una escalera así, yo quiero otra", que fue saltando de un señor feudal a otro durante los siglos XI y XII. Pese a que la realidad es esa, podéis dar por seguro que la próxima vez que visitéis un castillo y preguntéis sobre ello alguien no tardará en apuntar hacia el mito de la espada. Os encantará tener la oportunidad de poder rebatirlo.
Imagen | Amandine Bataille
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