En el sótano de Solo en Casa había un cine y una pista de baloncesto. Ahora que la casa se ha vendido podemos ver su interior

Si te has planteado alguna vez quién narices tiene dinero para llevarse a toda la familia de viaje a París por Navidad, probablemente ya sabrás que los McCallister de Solo en Casa estaban lejos de ser clase media. La casa en la que vivían, y en la que había hueco para que durmiese todo un ejército, se acaba de vender por 5,25 millones de dólares. Algo más de 4.800.000 euros al cambio actual.

Vendida en menos de una semana desde que se pusiese a la venta, la gran baza de la casa está lejos de ser el hecho de haberse convertido en protagonista de la película de 1990 mano a mano con Macaulay Culkin (nombre que evidentemente he tenido que buscar para escribirlo bien). Lo que llama la atención de la casa es que su interior es una auténtica locura.

Así es hoy la mansión de de Solo en Casa

Pese a que el exterior no ha recibido grandes cambios desde que la vimos en la cinta de Home Alone, el interior ha sido completamente renovado y ha perdido ese aire rococó que nos encandiló en su día. Ahora es la clásica mansión americana de aire colonial con salas inmensas y muebles carísimos que parecen romperse con sólo mirarlos.

Pese a ello siguen habiendo estancias muy reconocibles, como la escalera principal y la cocina en las que se desarrollaba gran parte del inicio de la película, o la inmensa zona de comedor que había detrás y que podéis ver en las fotos de la mano de la agencia inmobiliaria que ha debido de llevarse un buen pico tras la venta de la mansión.

No debe haber sido fácil quitársela de encima teniendo en cuenta que, con una dirección pública (el 671 de Lincoln Avenue en Winnetka, en un barrio residencial al norte de Chicago) y cientos de fans amontonándose al cabo del año para hacerse la típica foto gritando con las manos en la cara frente a la puerta, vivir allí con todas esas ventanas debe ser un espectáculo.

De hecho, no me extraña que los ladrones viesen un filón en esa casa con todas esas ventanas. Menos aún si sabían que conforme fuesen avanzando por la casa se iban a encontrar con un sótano que poco o nada tiene que ver ya con aquél cuarto andrajoso y su terrorífica caldera. Hoy en día es un paraíso para el deporte, el juego y el cine.

Todo es parte de la gracia y se queda para el siguiente comprador, que probablemente estará también podrido de dinero y no habrá podido resistirse a tener un muñeco de Lego a tamaño real de Macaulay Culkin en su casa. Como apunte final, esta vez no he tenido que buscarlo, simplemente lo he copiado de arriba. Ojalá poder copiar también semejante casoplón.

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