Rubén Márquez
Editor - TriviaDurante su último discurso anual, Lei Jun, CEO de Xiaomi, admitió haber comprado tres Tesla Model Y con la intención de desmontarlos por completo para examinar pieza por pieza que había dentro de la maquinaria de Tesla. No sólo lo dijo sin pelos en la lengua ante los asistentes a la convención celebrada en Beijing, también añadió que era un muy buen coche: "Si no eliges un Xiaomi YU7, puedes considerar el Model Y".
La práctica, una estrategia habitual dentro del mundo de la automoción y la tecnología para saber a qué se enfrentan y cómo pueden mejorar sus propios productos, se aleja de lo que entendemos por espionaje industrial porque, a grandes rasgos, ha conseguido esa información de forma lícita con la intención de estudiar mejor sus diseños, el coste de los materiales o incluso su rendimiento. El paso, de hecho, les sirvió para entender mejor cómo llevar su nuevo YU7 al siguiente nivel.
El Xiaomi YU7 frente al Tesla Model Y
El estudio sirvió también para aterrizar entre los asistentes a la presentación una comparativa clara entre ambas opciones: "No estoy criticando el Model Y. El Model Y es un coche muy, muy sobresaliente", pero sí destacó que el diseño del espacio interno de su Xiaomi no tiene nada que envidiar al de Tesla y que, en términos de vida útil de la batería, el rendimiento es excelente para el precio de partida con el que han decidido introducirse en el mercado.
Con una demanda que alcanzó los 200.000 pedidos en apenas 3 minutos, el segundo eléctrico de Xiaomi en el mercado Chino se vende a partir de 253.500 yuanes (unos 30.300 euros al cambio), se desconoce cuándo llegará a Europa -y más concretamente a España-, la incursión de Xiaomi en forma de coches eléctricos. Pese a que las intenciones de la marca lo sitúan para 2027, la marca no se ha pronunciado aún de forma definitiva sobre sus planes exactos.
Gran parte del problema reside en cómo los estándares europeos limitan que este tipo de vehículos procedentes de China lleguen a España para comerse el mercado, así que aunque Xiaomi tiene entre sus planes un desembarco en Occidente, queda por ver cómo los impuestos de importación y el resto de normativas terminan maquillando tanto sus planes como sus precios.
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